23 julio 2005

La última peli: El maquinista

Dirección: Brad Anderson.País: España.Año: 2004.Duración: 102 min.Género: Thriller.Interpretación: Christian Bale (Trevor), Jennifer Jason Leigh (Stevie), Aitana Sánchez-Gijón (Marie), John Sharian (Iván), Michael Ironside (Miller), Larry Gilliard (Jackson), Reg E. Cathey (Jones), Anna Massey (Srta. Shike), James DePaul (Reynolds), Matthew Romero (Nicholas), Craig Stevenson (Tucker), Colin Stinton (Rogers).Guión: Scott Kosar.Producción: Julio Fernández.Música: Roque Baños.Fotografía: Xavi Giménez.Montaje: Luis de la Madrid.Dirección artística: Alain Bainée.Vestuario: Patricia Monné.Estreno en España: 17 Diciembre 2004.

SINOPSIS
Trevor Reznik (Christian Bale), operario de una máquina en una factoría, no puede dormir. Pe-ro no se trata de un insomnio común. Trevor no duerme desde hace un año. La fatiga le ha comportado un horrible deterioro de su condi-ción física y su salud mental. Repelidos por su aspecto físico, sus compañeros de trabajo primero le evitan, y después se volverán contra él cuando uno de ellos pierde un brazo en un incidente en el que Trevor se ve involucrado. Se ha convertido en una carga para sí mismo y los demás, y quieren echarle. Atormentado por la culpa, la vergüenza de Trevor se transforma en sospecha, y después en paranoia, cuando parece que sus compañeros conspiran para con-seguir que sea despedido, o algo peor. Primero encuentra crípticas notas que alguien ha dejado en su apartamento. Seguidamente, se le dice que el misterioso compañero también involucrado en el acci-dente no existe. ¿Son todos estos misterios parte de un plan para hacer que Trevor se vuelva loco? ¿O es la fatiga lo que le está ha-ciendo perder la razón? Con la firme determinación de encontrar una respuesta, Trevor investiga los extraños sucesos que están convirtiendo su mundo en una pesadilla. Pero cuanto más descu-bra, menos querrá saber.

Comentarios del director Brad Anderson
«El Maquinista es un thriller oscuro y atmosférico. Narra la historia de un hombre que soporta un sentimiento de culpa que literalmente le consume, aunque no sabe qué crimen ha llegado a cometer. Sus fuentes literarias son clásicos como Kafka y Dostoievsky. Y en el campo cinematográfico, Hitchcock, Polanski y David Lynch. En otras palabras, se trata de una historia sobre paranoia desbordante y horribles presentimientos.
El look de la película se ha inspirado en la austeridad expresionista de los primeros films de terror como El Gabinete del Dr. Caligari, Nosferatu, y Vampyr, así como en las sombrías y sugerentes películas producidas por Val Lewton en los años cuarenta como Yo Anduve con un Zombi y The Seventh Victim. Esperamos haber sabido crear una “pesadilla sutil” con esta película, que extrae su carga de suspense dramático y horror de situaciones cotidianas.»
Comentarios del guionista Scott Kosar
«El Maquinista fue el segundo guión que escribí mientras estudiaba en el programa de escritura de guiones de la U.C.L.A (University of California-Los Angeles). No lo concebí como tarjeta de presentación para conseguir un representante. Tampoco como una película de éxito veraniego. Fue algo más parecido a una confesión.
En los talleres de guiones, los estudiantes a menudo exponen sus ideas a la clase antes de escribirlas. Mi exposición sobre The Machinist fue muy simple, casi absurda: “Trata sobre un operario que muere de insomnio.” Por aquel entonces no podía avanzar más ya que ni yo mismo sabía mucho más sobre la historia. Tenía la imagen de un sujeto muy reservado, incapaz de dormir, atrapado en su propio infierno particular. La idea se me ocurrió una noche en que regresaba a casa desde la parada del autobús. En mi barrio hay una zona que siempre me ha parecido poéticamente desolada – un parque industrial atravesado por vías de tren. Al pasar por una de las factorías que hay allí, me detuve y eché una ojeada al interior. Recuerdo haber visto varios operarios anónimos trabajando en sus máquinas como si fueran meras extensiones de éstas. Me pregunté qué tipo de historias personales se cocían debajo de aquellos cascos protectores y monos grasientos. ¿Tienen los operarios crisis existenciales?
Mi madre falleció el año antes que yo escribiera el guión. En cierto modo, fue escrito como remedio para enfrentarme al dolor y la soledad que sentía. Quise crear algo desde mis propias entrañas. Hal Ackerman, Richard Walter y Tim Albaugh de la U.C.L.A. me enseñaron cómo hacerlo.
El guión bebe de múltiples influencias. Siempre soñé con escribir películas como El Quimérico Inquilino de Polanski y El Amigo Americano de Wim Wenders. Hay algo en esas películas que me habla como si estuvieran hechas por mis almas gemelas. El Doble, de Dostoyevski fue otra influencia básica. Estos trabajos son los antecedentes temáticos de la historia que yo deseaba crear. Estéticamente, visionaba El Maquinista como “la última película de Hitchcock”.
Tras ver Session 9, supe que el director Brad Anderson era el hombre adecuado para este trabajo. En el transcurso de nuestra primera reunión, supe que compartíamos las mismas influencias literarias y cinematográficas. Aunque no fue hasta cuando visité el rodaje en Barcelona que me di cuenta lo adecuado que era para el material. El guión era una odisea, producto de una oscura visión personal. Para mi deleite, Brad había hecho suya tal visión, aportando incluso ideas que yo ni siquiera había soñado.
Lo mismo hizo Christian Bale. En el guión, el personaje de Trevor, está siendo consumido por el insomnio. Cada día pierde más peso hasta que queda reducido a unos imposibles 40 kilos. Yo me figuraba que los efectos especiales de ordenador y ropa holgada serían los recursos para conseguir plasmar en la pantalla la increíble pérdida de peso de Trevor. En lugar de eso, Christian Bale se obligó a pasar hambre durante meses, con gran riesgo para su integridad física, para conseguir capturar el horror de la vida de Trevor. Su compromiso con la película fue tan extraordinario como su propio trabajo interpretativo.
Igualmente, todos los actores aportaron pasión a su trabajo. Jennifer Jason Leigh interpreta el poco agradecido papel de Stevie con una excelente combinación de fuerza y vulnerabilidad; John Sharian da forma a un personaje tan amenazante como Ivan; Aitana Sánchez-Gijón aporta gracia y matices al misterioso papel de Marie – todo bajo el inventivo ojo de mi héroe, Anderson.
Para mí, El Maquinista fue un experimento sobre el proceso d colaboración en la obra cinematográfica. Todos los involucrados, desde el productor al encargado del sonido, aportaron su grano de arena a la película (¡En el caso de Christian, varios kilos de arena!). Su compromiso ha dado como resultado un trabajo muy inspirado.»

El País.es y Rebelión.org, frente a frente

Un estudio comparativo de los accesos en internet entre un periódico empresarial y otro alternativo

Pascual SerranoREBELIÓN

20 Junio 2005



En estos momentos, los medios alternativos en internet viven con el complejo de minoritarios frente a las abrumadores datos de accesos de los grandes medios. Si, además, nos acercamos a las cifras de tirada de los periódicos, el vértigo todavía es mayor.Sin duda el diario español El País está considerado líder de audiencia entre los hispanohablantes. Si bien su acceso en internet está limitado al pago previo, sus editoriales son de acceso libre y con una misma clave de acceso el resto de los textos puede leerlo simultáneamente varios usuarios.En cualquier caso, poder comparar los accesos en internet a los textos de El País con los de un medio alternativo puede ser de gran interés. Afortunadamente el diario madrileño permite saber el número de entradas a un artículo mediante la opción de una pestaña denominada 'utilidades' existente dentro de cada noticia.Hemos comparado el número de accesos en internet de los artículos de opinión de El País con los del periódico Rebelión.org durante los últimos días. No es que le concedamos a Rebelión mayor importancia o representación que a otros medios alternativos, la razón es simplemente el acceso que teníamos a las estadísticas de lectura de este medio.Veamos dos firmas estrella de cada uno de estas publicaciones opuestas ideológicamente, Mario Vargas Llosa en El País y James Petras en Rebelión. Lógicamente, las lecturas de accesos se han hecho el mismo día para que resulte válida la comparación.El último texto del escritor peruano fue el 12 de junio y se titulaba ' Los niños-brujo'. Tuvo 1.046 visitas. El anterior del mismo autor fue el 29 de mayo. Bajo el título 'Voluntad de morir', lo leyeron 1.278.James Petras escribió su último texto en Rebelión el 15 de junio y se titulaba 'La clase trabajadora en Estados Unidos: Reestructuración, retirada, reacción'. Fue leído por 5.010 personas. El anterior fue el seis de junio, se tituló Referendos en Europa: la izquierda contraataca y a él accedieron 6.823 personas. Los dos últimos trabajos sobre este tema de El País, enmarcados en el epígrafe 'El naufragio de la Constitución Europa', fueron los de Charles A. Kupchan y Alain Touraine, con unos accesos de 1.064 y 1.493 respectivamenteEvidentemente, hay que destacar a favor de El País que cuenta con cientos de miles de lectores en papel que no tiene Rebelión. Sin embargo, muchos de los artículos de opinión del periódico alternativo también son publicados en papel, al igual que los de El País. Por ejemplo, el señalado de Petras sobre Europa fue publicado en La Jornada, periódico de gran tirada en México, lo que no impidió que fuese seis veces más leído en Rebelión que Vargas Llosa en El País. Además habría que añadirle las lecturas en la versión digital de La Jornada.Veamos ahora algún columnista habitual. Si recurrimos, por ejemplo, a Rosa Montero, vemos que su texto Homofobia, el 7 de junio, fue leído por 620 personas. Y que el artículo del ideólogo orgánico de El País Javier Pradera sólo sumó 427 accesos en su artículo del 15 de junio La calle y las Cortes.Si ahora vamos a Rebelión, podemos contrastar con algún texto de Javier Ortiz de los que ya se publicaron en papel, concretamente en el diario El Mundo. Por ejemplo En defensa del voto francés del 1 de junio, que fue leído por 1.111 personas. O con alguno de Ignacio Ramonet, también difundido previamente por La Voz de Galicia, como El peligro Corea, publicado el 12 de junio y leído por 2.080 personas. Podemos compararlo con otra firma de Rebelión, por ejemplo Higinio Polo. Su último texto La marcha (fúnebre) hacia la democracia, publicado el 25 de mayo, lo leyeron 1.540 personas. Y se trata de un texto procedente de la revista El Viejo Topo, de la que se editan 15.000 ejemplares y cuesta diez veces más que el diario El País. Si lo comparamos con firmas de Rebelión que no se han publicado en papel, la diferencia es mucho mayor, por muy desconocidos que sean los autores. El francés Salim Lamrani alcanzó en su último artículo El Congreso de la 'disidencia' cubana, el 31 de mayo, 2.323 lectores, la cifra habitual de accesos alcanzada por una docena de artículos de Rebelión de cada día, casi seis veces más que Javier Pradera en El País.Es verdad que se podrá argumentar que el acceso a los textos del diario del grupo PRISA no es libre y eso limita las entradas. Sí que lo es para los editoriales el día de la publicación. El del 16 de junio fue la excarcelación del etarra José Ignacio de Juana Chaos, y lo leyeron 3.426 personas. Una cifra aceptable, pero superada por unos cuarenta textos de Rebelión durante el último mes de mayo. El editorial 20 años de éxito, una apología del apoyo de Zapatero a la Constitución europea, del domingo 12 de junio, tuvo 1.395 lectores.Si se abordan temas de actualidad internacional, podemos comparar el artículo de El País del 11 de junio sobre Bolivia de Edmundo Paz Soldán Bolivia: que pase el que sigue, con 1.090 lecturas, con los 5.654 accesos del artículo, también de opinión, Las tres fuerzas que luchan por el poder en Bolivia, publicado en Rebelión procedente de una agencia boliviana de prensa alternativa. O con Resistencia y soberanía del pueblo boliviano, de Adolfo Pérez Esquivel, publicado en Rebelión y anteriormente en el diario amigo La Jornada de México. Pero es que el editorial de El País sobre Bolivia del 11 de junio, de acceso libre, se quedó en tan solo 828 lecturas. A los internautas les interesó mucho más lo que pensaban de Bolivia las agencias alternativas de ese país y las firmas de Rebelión que los editorialistas de El País.Y llegamos a Cuba. El codirector de la revista Encuentro Rafael Rojas escribe el jueves 9 de junio el texto ¿Es Cuba un país justo? intentado desmontar el discurso de justicia social esgrimido por La Habana. Ese artículo le interesó a 1.040 internautas y fue recomendado por cuatro. Los textos de Cuba de Rebelión de esos días fueron leídos por 4.161 personas en el caso de El último discurso de Fidel que algunos quisieran del desconocido Koldo, escrito desde República Dominicana o 3.371 lectores de James Petras, ese mismo día con el artículo Algo más que hipocresía: el significado real del caso Posada Carriles. Incluso son más accesos que cuando escribe en El País el responsable de Internacional M.A. Bastenier, el día 8 de junio con El mal francés, leído por 2.630 internautas.También es objeto de curiosidad lo sucedido con una carta al director de El País publicada el 16 de junio y firmada Francisco José Fernández Ramos y 115 firmas más, bajo el título Amigos espías. Una carta enviada hacía bastante días a la redacción e ignorada por el periódico, que fue leída sólo por 349 personas. Esa misma epístola, con un texto previo denunciando la no publicación en El País, tuvo en Rebelión 3.180 lectores. Incluso el reportaje que motivó la carta, La red de amigos de Cuba, de Juan Jesús Aznárez el 24 de mayo, fue leído por menos gente, exactamente 1021 visitas.Incluso cuando se cogen a dos pesos pesados de la política, los fracasos pueden ser estruendosos. Ahí tenemos a Miguel Angel Moratinos, ministro español de Exteriores español, y Condoleezza Rice, secretaria de Estado de EEUU, escribiendo al alimón La contraproliferación mejora con la práctica, el seis de junio para que les leyeran tan solo 482 personas en internet. Y eso que el diario lo anunciaba pomposamente como 'Los actuales responsables de Exteriores de EEUU y España firman por primera vez un artículo conjunto para apoyar una iniciativa internacional'.Pero además, hay que señalar a favor de Rebelión que las lecturas en este diario se deben de repartir entre las varias decenas de artículos de opinión que publica cada día, frente a unos diez de El País.Por supuesto, hay que agradecer la transparencia de El País, haciendo públicas las cifras de acceso a cada texto, algo que no hace Rebelión. Aunque quizás es que el diario de Prisa debe dar explicaciones a anunciantes y agencias de publicidad, y los medios alternativos a nadie.
¿Qué conclusiones podemos sacar de todo esto? Por supuesto no podemos decir que los medios alternativos son más leídos globalmente que los tradicionales, porque no podemos olvidar los cientos de miles de ejemplares de papel que editan los poderosos. Tampoco sabemos el número de veces que se reproducen en internet por diferentes webs los textos, aunque estamos convencidos que circulan más los procedentes de autores contestatarios que los integrados en el establishment. No hay más que ver en los buscadores el número de veces que aparecen unos u otros. Lo que sí podemos decir con rotundidad es que, en internet, los artículos de opinión de medios alternativos, como Rebelión, tienen más accesos y, por tanto, son más leídos que los de grandes periódicos como, por ejemplo, El País. ¿Quiere eso decir que son mejores periodistas o informadores quienes llevan los medios alternativos que quienes mandan en los grandes? Tampoco. Con seguridad, lo que eso demuestra es que la prioridad de los grandes medios no es lograr el mayor número de lectores eligiendo autores o temas que interesen a los ciudadanos, sino aceptar el imperativo de empresas accionistas y anunciantes que son quienes nunca aceptarían a firmas de opinión que piden la nacionalización de los hidrocarburos bolivianos, que defienden la soberanía de los gobiernos cubanos o venezolanos, o que no dudan en denunciar el modelo monárquico de la España actual. Las firmas de los grandes medios no son las demandadas por los lectores, son las firmas que se ponen al servicio del ideario empresarial del holding dueño de la publicación. Escribirán bien de Cuba si sus dueños pueden apoderarse, por ejemplo, del mercado editorial de la Isla, y de Venezuela si el gobierno disminuye los impuestos a las empresas extranjeras.Lo que además resulta humillante es que, mientras los grandes medios disponen de grandes recursos, presupuestos y última tecnología sólo para sus ediciones digitales, los alternativos, habitualmente, no cuentan ni con sede siquiera. No pasan de ser una decena de personas coordinadas online para sacar adelante un periódico diario.Sin duda queda una sugerente pregunta en el aire, ¿qué sucedería si esos equipos alternativos tuviesen en sus manos las posibilidades técnicas y financieras de un gran medio? Probablemente, si se empeñasen en seguir la misma línea de independencia respecto al poder serían abandonados por los anunciantes al encontrar contenidos hostiles a sus intereses. Muchos de ellos, incluso son accionistas propietarios de los medios. Por supuesto, tampoco encontrarían apoyos financieros si continúan incluyendo en sus contenidos firmas de intelectuales y colectivos que denuncian el papel jugado por la gran banca en los países empobrecidos o el saqueo de esos pueblos. Y en cuanto apoyo institucional, difícilmente lo lograrían quienes apuestan desde sus páginas por otro modelo de democracia y airean las miserias de la política internacional al servicio de los grandes países y la complicidad de casi todo el espectro político mayoritario. O dicho de otro modo, no hay remedio ni regeneración posible de los medios actuales con el sistema económico vigente. Pero ni los medios de referencia tienen por qué seguir siendo los mismos, ni el sistema vigente el que hay en la actualidad.Es verdad que en el medio escrito el campo de combate dejaba fuera de juego a los medios alternativos. Grandes rotativas, oligopolios de la distribución, cifras abrumadoras de publicidad e imprescindibles inversiones tecnológicas impedían a periodistas y colectivos alternativos enfrentar a las grandes empresas en la audiencia. Pero eso ya no les funciona en internet. Ahí, uno de los dos modelos de comunicación ya no pelea con las manos atadas a la espalda.

A Garzón se le fue la mano

ALGO se mueve en la Audiencia Nacional, precisamente ahora que su más famoso juez, Baltasar Garzón, se encuentra ausente disfrutando de una especie de año sabático. En aplicación de la jurisprudencia del Tribunal Supremo, que entiende como grupo terrorista el que se trate de un grupo armado que tenga por objeto cometer delitos, la Sección Cuarta de lo Penal de esa Audiencia ha determinado que los procesados por su pertenencia a Jarrai-Segi-Haika han cometido acciones ilegales y les ha condenado por ello a las penas correspondientes, pero no admite que se trate ni de acciones terroristas ni de pertenencia a grupo terrorista.Baltasar Garzón protagonizó espectaculares operaciones judiciales en base a una teoría que ha quedado desmontada por la sentencia de la Audiencia Nacional: todo lo que de alguna manera coincide con los fines ideológicos de ETA es ETA. Y, según esa teoría, abrió el macrosumario 18/98 por el que centenares de ciudadanos fueron detenidos, encarcelados preventivamente y procesados bajo la acusación de terrorismo. Según esa teoría fueron cerrados medios de comunicación e imputadas editoras, distribuidoras y empresas varias. Por esa misma alucinada teoría, amplificada por partidos políticos y medios de comunicación, se abrió la veda de criminalizaciones como círculos concéntricos, se ilegalizaron ideas y llovieron las incriminaciones sobre presuntas complicidades, connivencias y coincidencias. Por esa teoría el aire político se hizo irrespirable y sus consecuencias aún impiden un proceso de normalización en el País Vasco. Todo ello, sin comenzarse aún a dirimir en juicio el famoso macrosumario 18/98 con el que el proceso Jarrai-Segi-Haika estaba relacionado.Vista la sentencia de este juicio, la teoría de Garzón se derrumbará como un castillo de naipes. Mientras tanto, políticos y medios que durante todos estos años han aplaudido este disparate reprimen a duras penas su decepción. Algún periódico de tirada estatal publicaba ayer en portada la foto de los tres jueces autores de la sentencia acompañadas de un comentario peyorativo sobre su trayectoria profesional. Mal perder se llama a eso. Mientras tanto, Garzón, ausente, quizá se esté pensando si le merece la pena volver.

Un día en el centro

El País20 Junio 2005 Edición Madrid
Moncho Alpuente

"Esto es mejor que ir al campo, o a un museo", así definía en estas páginas, Elisa, una niña de 12 años de un colegio de Leganés su visita, guiada y tutelada, a un centro comercial. Se acabaron las tediosas excursiones campestres y las plúmbeas jornadas museísticas, nada como un centro comercial para gozar y aprender de la vida, los museos están muertos y el campo en Madrid tampoco goza de muy buena salud. Además, en el centro comercial, "ni llueve, ni hace frío, ni calor", dice una compañera para completar el idílico panorama. "¿Dónde se está mejor que aquí?" Se pregunta la grey escolar y la profesora a cargo del grupo, se explica con las reporteras: "También hacemos otras cosas".
Sí, pero seguro que no son tan divertidas, ni tan motivadoras como un día de clase en las aulas y en los patios del centro comercial. Una experiencia relajante también para los educadores que ni siquiera tienen que dar explicaciones sobre el funcionamiento, o la utilidad de las instalaciones, sus alumnas y alumnos son auténticos expertos en la materia y se conocen al dedillo las franquicias de ropa y calzado de marca, las carteleras de los multicines y las cartas de todos los establecimientos de comida rápida, conocen precios y detectan ofertas, no es la primera vez que visitan estos paraísos de fin de semana, donde el ocio y el negocio conviven en simbiosis y armonía, cobijados bajo lujosas cúpulas, iluminados por neones de colores, vigilados por guardianes uniformados, falsos palacios, naves inmensas, galerías donde se cultiva el antiquísimo juego de la compra y la venta, sin mancharse las manos, con pequeños rectángulos de plástico.
La felicidad de niños y adolescentes sería completa si ellos dispusieran también de tarjetas de crédito como los mayores para jugar, pero hasta que llegue ese momento dorado, ese rito de iniciación a la edad adulta, se entrenan con pizzas, hamburguesas y refrescos y hacen cálculos de futuras inversiones o preparan la ofensiva del siguiente fin de semana cuando visiten, esta vez en familia, el país de las maravillas. Para que las excursiones escolares a este tipo de establecimientos adquieran una dimensión pedagógica, los profesores deberían acompañar el recorrido con algunas explicaciones, unas cifras como las que daba este periódico: Madrid tiene más centros comerciales que Andalucía y Cataluña juntas que ocupan una superficie de dos millones de metros cuadrados, en el último año se inauguraron cuatro y cerraron 730 pequeños comercios. A estas alturas del pregón la desbandada escolar ya se habría producido.
La "cultura del mall", surgió en las comunidades rurales de Estados Unidos, para cubrir las necesidades de urbanizaciones y poblaciones más o menos aisladas, alejadas de las grandes ciudades y de los grandes comercios, enormes y relucientes burbujas en el desierto, globalizadas por las grandes cadenas, los logos y las franquicias, paraíso de paletos sobre ruedas y de adolescentes bulliciosos. El modelo, exportado y promocionado por la gran maquinaria de la industria del espectáculo, ha hecho furor en Madrid capital y comunidad. El shopping es el deporte más practicado por los madrileños los fines de semana y comienzan a llegar esforzados deportistas de provincias colindantes, un deporte de alto riesgo en el que cuesta mucho mantenerse en la élite, sobre todo a fin de mes. Los atletas urbanos empiezan a gastar energía nada más salir de casa en el automóvil, pagan el peaje del aparcamiento y compiten hasta quedar exhaustos con periódicas paradas en los controles de avituallamiento, antes de elegir entre la media docena de ofertas cinematográficas de genuino sabor americano, como las pizzas y los burritos y los rollitos de primavera. Comprar es divertido, eso se llama hacer de la necesidad virtud, tiene que ser divertido porque a veces sólo se tiene tiempo para comprar en las horas del fin de semana, presuntamente dedicadas al ocio. Comprar es divertido, porque tengo que comprar y divertirme al tiempo.
Tras una de estas visitas pedagógicas a los centros comerciales, los profesores deberían tal vez proponer al alumnado como tema de redacción, "Un día en el centro", creo que les sería de utilidad, a los maestros por supuesto, ellas y ellos ya saben de qué va el asunto y les encanta.

Amnistía Internacional

completo en http://web.amnesty.org/report2005/index-esl ]


Europa y Asia central
Perspectiva general 2004
Los derechos humanos siguieron siendo víctimas de la “guerra contra el terror”. Un racismo muy arraigado, la discriminación y la intolerancia se pusieron de manifiesto en los ataques contra miembros de las comunidades árabe, judía y musulmana, en la violencia interétnica y en la falta de respeto a la dignidad de las personas con discapacidades mentales. Los responsables de abusos contra los derechos humanos tales como tortura y malos tratos continuaron gozando de una impunidad demasiado frecuente. La Unión Europea –que se amplió en mayo con la incorporación de 10 nuevos Estados– siguió mostrando una falta de voluntad política para hacer frente a las violaciones de derechos humanos dentro de sus propias fronteras.
La “guerra contra el terror”Los grupos armados de oposición sembraron la muerte y la destrucción en toda la región –atentados suicidas en Uzbekistán, atentados con explosivos perpetrados contra trenes en España durante la hora punta, toma de rehenes y sitio en una escuela de Beslán (Rusia)– y se cobraron centenares de vidas.Los gobiernos, a su vez, siguieron recortando los derechos al amparo de la “guerra contra el terror”. Aunque en una decisión histórica la instancia judicial más alta del Reino Unido resolvió que era ilegal la detención indefinida sin cargos ni juicio de “presuntos terroristas internacionales” extranjeros, al finalizar el año 11 hombres permanecían detenidos y uno se encontraba en la práctica bajo arresto domiciliario. El Tribunal de Apelación de Inglaterra y Gales había fallado anteriormente que las “pruebas” obtenidas mediante la tortura de un tercero sólo serían inadmisibles en los procedimientos judiciales en el caso de que agentes británicos hubieran colaborado o participado directamente en ella. A lo largo del año, el Reino Unido también trató de eludir sus obligaciones en virtud del derecho interno y de las normas internacionales sobre derechos humanos, afirmando que estas normas no eran vinculantes para sus fuerzas armadas destacadas en Irak y Afganistán. En Rusia, el Parlamento amplió a 30 días el periodo que se podía mantener detenido sin cargos a un presunto autor de delitos “relacionados con el terrorismo”. En Uzbekistán se llevaron a cabo detenciones arbitrarias de centenares de hombres y mujeres considerados fervientes musulmanes, así como de familiares suyos, y se condenó a decenas de personas acusadas de delitos “relacionados con el terrorismo” a largas penas de cárcel después de juicios injustos. En la práctica, las fuerzas de seguridad de la Federación Rusa siguieron gozando de impunidad respecto de los abusos perpetrados en Chechenia.Refugiados y solicitantes de asiloEn cuanto a las disposiciones sobre asilo y a los desafíos planteados por la migración, los gobiernos siguieron haciendo más hincapié en el control y en la disuasión que en la protección, contraviniendo las normas internacionales sobre derechos humanos. En Grecia, por ejemplo, es posible que los guardacostas y la policía utilizaran métodos que ponían en peligro las vidas de los migrantes con el fin de disuadirlos de entrar en territorio griego. Italia, que carece desde hace tiempo de una reglamentación adecuada e integral en materia de asilo, expulsó a numerosas personas procedentes de Libia, en su mayoría de origen norteafricano y entre las que figuraban solicitantes de asilo. La rapidez y la urgencia de las expulsiones suscitaron la sospecha de que el gobierno estaba decidido a actuar sin importarle el perjuicio que pudiera acarrear a los derechos humanos. Estos abusos flagrantes se vieron agravados por el hecho de que la UE no compensara su principal prioridad, la limitación de la entrada de migrantes y solicitantes de asilo, con una perspectiva clara en materia de protección.Racismo y discriminaciónLas manifestaciones de racismo, discriminación e intolerancia siguieron causando estragos en la región. La discriminación se manifestaba de muchas formas, por ejemplo en los obstáculos que impedían el acceso a los derechos básicos. Desde Finlandia a Chipre, los romaníes padecían graves desventajas en campos clave como la vivienda, el trabajo, la educación y los servicios médicos. En los países de la ex Yugoslavia, numerosas personas que trataban de reconstruir sus vidas después de verse desplazadas por la guerra siguieron sufriendo discriminación por motivos étnicos, sobre todo en el acceso al trabajo, la educación y la asistencia médica. En muchas zonas continuó siendo vergonzoso el trato que recibían las personas con discapacidades mentales. En Bulgaria y Rumania, las condiciones de vida y la falta de cuidados en algunos hospitales y hogares sociales eran tan deplorables que equivalían a trato inhumano y degradante. En algunas instituciones de Eslovaquia y de la República Checa se siguieron utilizando camas jaula como instrumentos de inmovilización. La discriminación persistió de forma generalizada, como en Irlanda, donde la legislación sobre personas discapacitadas promulgada en 2004 no se fundamentaba en los derechos de los afectados, a pesar de las promesas hechas por el gobierno. El racismo de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley continuó siendo el telón de fondo de las violaciones de derechos humanos en la administración de justicia. Entre los afectados por los abusos racistas y los malos tratos se encontraban miembros de la comunidad romaní, inmigrantes y solicitantes de asilo. En muy raras ocasiones los responsables fueron puestos a disposición judicial.La intolerancia ante otras personas y sus identidades se puso también de manifiesto en el comportamiento de organizaciones y particulares. En la isla francesa de Córcega se registraron oleadas de violencia racista contra personas consideradas inmigrantes o musulmanes. En países como Bélgica, Francia y Ucrania se atacó a personas de origen judío, así como sus símbolos de identidad. En Rusia, bandas de “cabezas rapadas” perpetraron contra estudiantes extranjeros agresiones basadas en el odio racial. En Polonia se agredió a gays, lesbianas, bisexuales y personas transgénero durante la celebración de manifestaciones en favor de un mayor respeto a los derechos de las minorías sexuales.Muchos gobiernos carecieron de la voluntad política necesaria para impedir, investigar y perseguir estos ataques de manera activa y con la diligencia debida. En Georgia no se castigó a los centenares de personas que perpetraron ataques contra minorías religiosas. En Kosovo se acusó a algunos agentes de la policía local de complicidad oficial en los incidentes registrados durante los ataques interétnicos generalizados que se produjeron en esa provincia en marzo. Durante los enfrentamientos, las autoridades –incluidas las fuerzas de seguridad internacionales– no facilitaron a las minorías una protección adecuada en algunas zonas. Se siguió sin reincorporar a los proyectos legislativos de la UE la penalización del racismo y la xenofobia.Abusos de funcionarios e impunidadEn toda la región –en lugares como Bélgica, Grecia, Francia y España– se recibieron informes de tortura y malos tratos, perpetrados a menudo por motivos raciales. De este a oeste, los Estados dejaron a menudo de aplicar y respetar los derechos que podían constituir una garantía contra los abusos cometidos bajo custodia policial o durante la detención preventiva. Las autoridades de varios Estados no permitieron a los detenidos el acceso a asistencia letrada desde el momento de la detención, ni pusieron en marcha sistemas efectivos, independientes y bien dotados para investigar las quejas. Al no haber investigaciones inmediatas, minuciosas e imparciales persistió la impunidad de los responsables de tortura y malos tratos, prácticas que, según los informes, fueron generalizadas en países como Albania, Georgia, Moldavia, Rumania, Rusia, Tayikistán, Ucrania y Uzbekistán. La tortura y los malos tratos continuaron siendo un grave motivo de preocupación en Turquía, a pesar de los cambios positivos introducidos en las normas sobre detención. Turquía y muchos otros Estados carecían de mecanismos de vigilancia independientes para investigar estos abusos reiterados. Se continuaron recibiendo informes según los cuales la policía había utilizado armas de fuego en Bulgaria, Polonia y Rumania, violando las normas internacionales sobre uso excesivo de la fuerza, en ocasiones con consecuencias mortales. En muchos países, las condiciones en las cárceles y en los centros de detención de solicitantes de asilo y de migrantes ilegales eran crueles y degradantes.En el oeste de los Balcanes, aunque hubo algunos enjuiciamientos por crímenes de guerra ante tribunales nacionales, la falta de voluntad política y las deficiencias de los sistemas judiciales internos hicieron que continuara la impunidad generalizada por los abusos cometidos durante la guerra. Algunos presuntos criminales de guerra fueron puestos bajo custodia del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, pero otros continuaron eludiendo la detención, al parecer en algunos casos con la protección de las autoridades de Bosnia y Herzegovina, Croacia y Serbia y Montenegro. Siguieron sin aclararse miles de “desapariciones” ocurridas durante la guerra de 1991-1995, así como otras registradas en los conflictos de Kosovo y Macedonia, y otro tanto sucedió con las de periodistas y figuras de la oposición en Bielorrusia y Ucrania.Represión de la disidenciaLa disidencia civil, política y religiosa fue reprimida de forma sistemática y a menudo brutal en Bielorrusia, Turkmenistán y Uzbekistán. En varios países, como Turquía y Ucrania, se prohibieron manifestaciones y se detuvo y maltrató a menudo a personas que se habían manifestado de forma pacífica. En Bielorrusia, Turquía, Turkmenistán y Uzbekistán se siguió intimidando y amenazando a los defensores de los derechos humanos y obstaculizando sus actividades. En Rusia fueron objeto de acoso y tortura los activistas de derechos humanos y otras personas que intentaban que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos juzgara abusos cometidos en el conflicto de Chechenia. A algunos les costó la vida. En Turkmenistán se obligó a exiliarse a algunas personas críticas con el gobierno y se persiguió a sus familiares en un intento de acallar la disidencia.Como en años anteriores, algunos Estados se mostraron poco tolerantes con las convicciones de las personas que se negaban a cumplir el servicio militar obligatorio. Armenia, Finlandia y Turkmenistán, violando sus obligaciones internacionales, encarcelaron a personas que se negaban a servir en el ejército por razones de conciencia. En otros Estados, como Chipre, Grecia y Lituania, siguió vigente la legislación que confería carácter punitivo a la opción de un servicio alternativo.Violencia contra las mujeresEn toda la región se continuó atentando contra los derechos humanos de mujeres y niñas. Muchos gobiernos seguían considerando la violencia ejercida en el ámbito familiar como algo perteneciente a la “esfera privada”, lo que en muchos casos constituía un pretexto cómodo para no definir la violencia doméstica como una cuestión de derechos humanos y para no proporcionar los recursos pertinentes. En toda la región se documentaron deficiencias a la hora de apoyar a las supervivientes de la violencia doméstica o de garantizar su acceso efectivo a la obtención de justicia, compensaciones y reparaciones. Algunos Estados no promulgaron o no aplicaron de forma adecuada disposiciones básicas como la protección integral y las órdenes de alejamiento contra los autores de abusos, ni crearon centros de acogida apropiados para las supervivientes de la violencia.El problema de la trata de seres humanos, como el de mujeres y niñas con el fin de obligarlas a prostituirse, siguió afectando a la mayoría de los países de la región. Según los informes, en Kosovo, región administrada por la ONU, la policía y las tropas internacionales se encontraban entre los clientes de estas prostitutas forzosas, y las mujeres y las niñas, a quienes sus “dueños” golpeaban, violaban y mantenían de hecho encarceladas, solían tener demasiado miedo para intentar escapar. Las supervivientes de esta forma de esclavitud no recibían el apoyo adecuado de muchos Estados que tenían la capacidad y la obligación de hacer más por ellas. Aunque siguieron escuchándose muchas voces que instaban a que la acción de los Estados contra la trata de personas se basara en la protección de los derechos humanos, en lugar de ejercerse a través de los planes contra el crimen organizado y la migración ilegal, las mujeres que eran objeto de este tipo de comercio continuaron sin recibir la ayuda apropiada de las autoridades y de los sistemas judiciales en los países de origen, tránsito y destino. Moldavia, por ejemplo, siguió siendo lugar de origen de mujeres y niñas víctimas de trata con fines de explotación sexual. Según los informes, las más vulnerables eran las mujeres que huían de la violencia doméstica y los niños que abandonaban los centros de asistencia pública. Sin embargo, en este país las mujeres sólo quedaban exentas de ser juzgadas por delitos cometidos como consecuencia de la trata de que habían sido víctimas si aceptaban cooperar con las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley. En Bélgica, país receptor donde, según los informes, continuó aumentando la trata de mujeres con fines de explotación sexual, la concesión del permiso de residencia –de acuerdo con la legislación de la UE– dependía de que se produjera este tipo de cooperación.El proyecto de Convenio Europeo contra la Trata de Seres Humanos del Consejo de Europa, que se debatió en 2004, constituyó un paso potencialmente positivo para reforzar los derechos humanos de las víctimas. Las organizaciones no gubernamentales siguieron luchando para que se reforzaran sus disposiciones.Pena de muerteSe registraron algunos hechos positivos sobre la pena de muerte que reforzaron la tendencia en toda la región hacia la abolición. El Parlamento griego aprobó la abolición de la pena de muerte para todos los delitos. Tayikistán declaró una suspensión de las condenas de muerte y de las ejecuciones. El Tribunal Constitucional de Bielorrusia resolvió que algunas disposiciones del Código Penal sobre la pena de muerte no estaban en consonancia con la Constitución y el derecho internacional, lo que despejó el camino –si existe la voluntad política necesaria– para la abolición o al menos una suspensión de la pena capital.Sin embargo, Bielorrusia –junto con Uzbekistán y Tayikistán antes de la suspensión– siguieron siendo los últimos países de la región donde hubo ejecuciones. Además, durante el año tanto Uzbekistán como Tayikistán incumplieron sus compromisos internacionales al hacer caso omiso de las peticiones del Comité de Derechos Humanos de la ONU para que suspendieran las ejecuciones. En Tayikistán se ejecutó en secreto a cuatro hombres sólo unos días antes de la suspensión. En dos de estos casos, el Comité había instado a las autoridades a que suspendieran las ejecuciones mientras analizaba las denuncias sobre tortura y juicios injustos. En Uzbekistán se ejecutó al menos a cuatro hombres cuyos casos se estaban estudiando por razones similares. Siguió manteniéndose en secreto el número total de ejecutados durante el año en Uzbekistán –dentro del marco de un sistema de justicia penal gravemente lastrado por una corrupción generalizada y por la ausencia de investigaciones judiciales de las denuncias de tortura–, pero se elevaba al parecer a varias decenas. Como en años anteriores, el secretismo reinante tras la caída del régimen soviético en los Estados donde se llevan a cabo ejecuciones no afectaba sólo a las estadísticas, sino también a los propios condenados a muerte y a sus familiares, pues a nadie se informó con antelación de la fecha de las ejecuciones. Además, a los familiares no se les entregaron los cadáveres de los ejecutados, y ni siquiera se les dijo dónde habían sido enterrados. Acciones en favor de los derechos humanosAunque muchos gobiernos continuaron haciendo caso omiso de sus preocupaciones y recomendaciones, las organizaciones regionales e internacionales que se ocupan de la protección de los derechos humanos siguieron fortaleciendo las garantías en materia de derechos humanos. Como parte de su contribución a la lucha contra el racismo, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa continuó haciendo hincapié en el problema en una serie de reuniones específicas, y el Comité Europeo contra el Racismo y la Intolerancia formuló varias recomendaciones de política general sobre la forma de luchar contra el antisemitismo y el racismo al mismo tiempo que se combate el “terrorismo”. Asimismo, organismos e instancias regionales, como el Comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, adoptaron medidas contra la falta de mejoras en materia de derechos humanos y de respeto de estos derechos por parte de los Estados. Amparándose en este motivo, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa rechazó una petición de Bielorrusia para el restablecimiento del estatuto de invitado especial, y el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo decidió cortar la ayuda y las inversiones en Uzbekistán porque no había cumplido los criterios sobre derechos humanos establecidos por esta institución bancaria.La Unión Europea incorporó su Carta de Derechos Fundamentales al nuevo tratado constitucional y decidió crear un organismo de derechos humanos. Estas medidas debían ser un incentivo para cambiar la complaciente actitud de la UE sobre la observancia de los derechos humanos dentro de sus propias fronteras. Aunque constituyó también una nota positiva la propuesta de la Comisión Europea de legislación sobre los derechos procesales en los procedimientos penales, existía el temor de que las negociaciones entre los Estados miembros de la UE pudieran diluir su contenido.Durante el año se observó en Turquía una fuerte voluntad política para impulsar las reformas en una dirección positiva. Aunque la aplicación de las reformas tuvo un carácter desigual y se topó en ocasiones con algunas resistencias, el gobierno hizo aprobar numerosas modificaciones constitucionales y jurídicas de importancia con el fin de lograr un acuerdo para el inicio de las negociaciones sobre la adhesión a la UE. Se puso de manifiesto también la capacidad de movilización de la sociedad civil en favor del cambio, por ejemplo, en el Foro Social Europeo organizado en noviembre en Londres, que brindó una plataforma para el activismo, o en las calles de Ucrania durante las elecciones presidenciales celebradas el mes siguiente. Frente a las intimidaciones, amenazas y detenciones, los defensores de los derechos humanos continuaron con decisión su trabajo, logrando resultados y sirviendo de inspiración a otros.

Los turistas mediterráneos veranearán en el sur de Inglaterra dentro de 10 años

Los turistas mediterráneos veranerán en el sur de Ingleterra dentro de 10 años debido a las insoportables temperaturas que se alcanzarán en esta región como consecuencia del cambio climático, estima un estudio realizado por científicos de ocho países europeos. El estudio señala que las olas de calor serán cada vez más peligrosas y prolongadas en la mayor parte de Europa, que las estaciones frías serán mucho más cortas y que los días fríos con temperaturas bajo cero se reducirán para el año 2070 hasta un total de cuatro meses. Una de sus conclusiones más alarmantes es que las centrales nucleares dejarán de funcionar porque no podrán contar con las aguas de los ríos en verano para el enfriamiento de los reactores.


Por Marta MoralesLos españoles podríamos empezar a veranear en las playas del sur de Inglaterra si continúa el cambio climático, según un estudio del que informa la University of East Anglia Norwich en un comunicado. El estudio, de tres años de duración, fue realizado por científicos de ocho países europeos.El estudio, realizado dentro del proyecto MICE (Modelling the Impact of Climates Extremes), fundado por la UE, ha analizado el impacto en los próximos ocho años del cambio climático en seis sectores específicos de la economía europea.Los europeos del sur de Europa terminarán pasando sus vacaciones en el norte y los tradicionales turistas del mediterráneo abandonarán zonas como Benidorm debido a las altas temperaturas que se alcanzarán, realmente insoportables para el organismo.Graves pérdidas económicasSegún este estudio, los peligros del calentamiento global para la economía no se están teniendo en cuenta a la hora de tomar decisiones en ciertos sectores económicos, lo que podría ocasionar graves pérdidas a largo plazo.La recopilación de datos durante los tres años que ha durado la investigación no deja lugar a dudas de las trágicas consecuencias que el cambio climático tendrá para todos: las olas de calor serán cada vez más peligrosas y prolongadas en la mayor parte de Europa, las estaciones frías serán mucho más cortas, y los días fríos con temperaturas bajo cero se reducirán para el año 2070 un total de cuatro meses.Además, el sur de Europa y el Mediterráneo experimentarán prolongadas sequías y falta de lluvias, el norte de Europa se mantendrá húmedo pero los periodos de sequía serán cada vez más frecuentes en verano; habrá un aumento de la lluvia en invierno en toda Europa lo que propiciará inundaciones y contaminación de las aguas y, por último, el número de tormentas desmesuradas aumentará en el oeste de Europa.Se ha estudiado el efecto que tendrán todos estos cambios en seis sectores de la economía europea: el turismo, la agricultura mediterránea, los bosques, el agua, y los seguros del hogar. La investigación ha consultado especialmente a las partes implicadas con las industrias, en lugar de centrarse en los responsables políticos.Adiós a los deportes de inviernoEn cuanto al turismo, el estudio revela que los deportes de invierno se verán afectados como consecuencia de una reducción de entre un 20 y un 30% del nivel de nieve para el 2020. Las preferencias para las vacaciones de verano, hasta ahora centradas en la zona mediterránea, se desplazarán cada vez más como consecuencia de la tendencia creciente de los europeos del sur de desplazarse hacia el norte en estas fechas para evitar el intenso calor. En 2003, Europa sufrió el verano más caluroso de la historia desde el año 1500.El agua, ese bien tan preciado, se verá especialmente afectada por el cambio climático. Inundaciones, sequías y contaminación serán hechos cada vez más severos y comunes durante inviernos cada vez más húmedos y cálidos. El agua de la lluvia llegará más rápidamente a los ríos como consecuencia de las cada vez más frecuentes precipitaciones y las cada vez más escasas nevadas.Graves problemas para la agriculturaEn cuanto a la agricultura, se esperan reducciones en la producción agrícola debidas al acortamiento de las estaciones y a episodios climáticos extremos. La agricultura también se verá afectada por las altas temperaturas que afectarán al periodo de floración y por las lluvias que tendrán lugar en épocas de nevadas. Este impacto se notará especialmente en el sur mediterráneo y en el norte de África.El aumento de los incendios forestales es otro punto negro del futuro de Europa. El aumento de las sequías y de los días de calor dispararán el riesgo de incendio. En 2003, se quemaron medio millón de hectáreas de bosque en la Europa Mediterránea, y cada hectárea supone para la economía europea entre 1.000 y 5.000 euros. En los bosques del norte de Europa también se sufrirán daños como consecuencia de inviernos más calurosos y sequías veraniegas.En cuanto a los seguros de la propiedad, se espera que los seguros de protección contra huracanes y tormentas de fuertes vientos aumenten en el Reino Unido en un 15% entre 2070 y 2099.Por último, los sistemas de generación de energía también entrarán en crisis. Del lado de la producción, las centrales nucleares, por ejemplo, no podrán contar con las aguas de los ríos en verano para asegurar el enfriamiento de los reactores, que entonces se recalentarán y no podrán funcionar. Del lado del consumo, el uso cada vez mayor y más continuado de sistemas de aire acondicionado desbordará la demanda en verano.Todos estos cambios en el clima generarán unos gastos extra para la economía. Los investigadores advierten del riesgo, y señalan la responsabilidad de los políticos de tomar medidas urgentes para los próximos veinte años.

El Obispado de Málaga pide el 2% de los ingresos a los profesores de religión

Barcelona. -- El Obispado de Málaga ha remitido una carta a los profesores de la asignatura de religión de esa diócesis, en la que les recuerda que la Iglesia no es rica y que, por lo tanto, es necesario que todos los católicos colaboren en el sostenimiento de la institución. La misiva reclama a los docentes el 2% de sus ingresos netos.Según informa la Cadena SER, la carta del obispado recuerda que los profesores de religión tienen un compromiso pastoral, por lo que les pide una "cuota fija, domiciliada, de la cantidad que estimes razonable". No obstante, más adelante el texto puntualiza que el 2% es lo el obispado considera justo.La Federación de Profesores de Religión ha criticado la coacción que, a su juicio, supone esta carta para un colectivo que cada curso debe esperar a que el obispo de su diócesis cuente o no con ese docente, hipotecando así su futuro laboral y personal.Se da la circunstancia de que monseñor Antonio Dorado, obispo de Málaga, es también presidente de la Comisión Episcopal de Enseñanza.

21 julio 2005

La última peli: Ocean's Twelve

Situada tres años después de Ocean's 11. esta secuela nos muestra a Danny Ocean que esta reunificando a su banda de artistas y ladrones en New York City antes de que toda la banda se dirija a Ámsterdam.Roma y París para ejecutar simultáneamente tres golpes maestros. Mientras. los muchachos deberán jugar conjuntamente con la presión que se va incrementando por momentos de un muy enojado Terry Benedict. un comprometido agente de Europol. y un misterioso rival francés llamado simplemente Dinner Jacket. ¿Podrá el equipo de Ocean alcanzar su pleno potencial y convertirse en los ladrones más grandes que el mundo haya conocido nunca? ¿O caerán víctima de la sed de venganza de Benedict? La suerte está echada.

La última peli: Diario de un hooligan

Sinopsis: Basado en el best seller de John King del mismo nombre, Football Factory es un estudio de la vida cotidiana en Inglaterra, el fenómeno de la violencia en el fútbol y la cultura de los hombres. La historia se centra en Tommy Jonson un joven británico cercano a la treintena, cuya vida se basa sólo en sexo esporádico, pintas de cerveza, droga mal cortada…y sobre todo, salir a buscar bronca con sus amigos hooligans del Chelsea. Un encuentro inesperado con los hinchas de su histórico rival (el Millwall) cercano al decisivo partido entre ambos equipos desembocará en una auténtica batalla campal que hará que Tommy se replantee su vida: ¿hasta qué punto merece la pena?. A través de los ojos de Tommy, Football Factory refleja una historia brutal, una forma de vida, un golpe directo al estómago con la violencia, la venganza y la brutalidad como verdaderos protagonistas.

La última peli: El aviador

Dirección: Martin Scorsese.País: USA.Año: 2004.Duración: 165 min.Género: Biopic, drama.Interpretación: Leonardo DiCaprio (Howard Hughes), Cate Blanchett (Katharine Hepburn), Kate Beckinsale (Ava Gardner), Alec Baldwin (Juan Trippe), John C. Reilly (Noah Dietrich), Alan Alda (Senador Owen Brewster), Ian Holm (Profesor Fitz), Danny Huston (Jack Frye), Gwen Stefani (Jean Harlow), Jude Law (Errol Flyn), Adam Scott (Johnny Meyer), Willem Dafoe (Roland Sweet).Guión: John Logan.Producción: Michael Mann, Sandy Climan, Graham King y Charles Evans Jr.Música: Howard Shore.Fotografía: Robert Richardson.Montaje: Thelma Schoonmaker.Diseño de producción: Dante Ferretti.Vestuario: Sandy Powell.Estreno en USA: 25 Diciembre 2004.Estreno en España: 14 Enero 2005.
SINOPSIS
Una de las figuras más sugerentes del siglo XX, Howard Hughes fue una persona cuyas in-novaciones tuvieron mucha influencia, un inteli-gente industrial, productor de glamurosas pelí-culas y la quintaesencia del americano que to-ma riesgos, aunque él se viera a sí mismo como piloto aéreo ante todo. Con "El aviador", el director Martin Scorsese pone su cámara a funcionar para contar una de las etapas más prolíficas de la vida de Hughes: el periodo comprendido entre mediados de los años veinte y los años cuarenta cuando la osadía a la hora de hacer co-sas y la pasión por volar de Hughes impregnaron sus esfuerzos co-mo pionero, tanto en la aviación como en la realización de pelícu-las. Época de inventos inverosímiles, turbulentas relaciones amoro-sas y encarnizadas pugnas empresariales, fue también la época en la que las disparatadas ambiciones de Howard Hughes se toparon por primera vez con el coste de la fama, la suerte y su propia obse-sión perfeccionista. Leonardo DiCaprio da vida a Howard Hughes, quien siendo apenas un adolescente toma la inconformista decisión de emplear la fortuna heredada de la empresa de perforaciones de su padre para rodar una película épica sobre combates aéreos am-bientada en la Primera Guerra Mundial titulada “Ángeles del infier-no”. Yendo contra el sistema imperante en Hollywood como pro-ductor independiente, Hughes se propone hacer una película dife-rente a cualquier otra, realizando sus propias y extravagantes esce-nas de riesgo, diseñando aviones especiales para esta ocasión y destrozando todos los récords de presupuesto de una película en la historia. “Ángeles del infierno” impulsó al todavía joven Howard Hughes más allá del destino convirtiéndole en toda una celebridad. Tras fundar Hughes Aircraft Company y romper con gran audacia varios récords de velocidad, Hughes se convirtió en el aviador esta-dounidense más famoso desde Charles Lindbergh, una figura mítica imbuida con un aura de emoción, misterio y glamour. En la década de los treinta, Hughes compró la aerolínea TWA, y se aplicó a fon-do para llevar a América a la era de los aviones a reacción, mientras desarrollaba audaces planes para construir el avión más grande del mundo, un hidroavión conocido como El Hércules. Sien-do un hombre famoso por su riqueza, por su brillo aventurero, sus devaneos amorosos y una vigorosa conquista del futuro no parece que escapara a la influencia corruptora de sus compulsiones perso-nales sin importar lo rápido o lo alto que volase. "El aviador" no sólo explora sus hazañas sino también la vida emocional de Howard Hughes, incluyendo sus amoríos con dos de las leyendas más grandes de Hollywood: la elegante actriz de sangre americana Ka-tharine Hepburn (Cate Blanchett) y la luminosa belleza de las pan-tallas Ava Gardner (Kate Beckinsale); así como también la feroz ri-validad de Hughes con el visionario jefe de la Pan American Juan Trippe (Alec Baldwin); su relación de toda la vida con el que fue su mano derecha Noah Dietrich (John C. Reilly); y sus enfrentamien-tos públicos con el Senador Owen Brewster (Alan Alda); además de su terrible accidente de aviación y las fobias que le llevaron al fi-nal a alejarse del mundo.

1. Escribiendo sobre Howard Hughes: El guión
Aunque hoy en día sea recordado como el excéntrico millonario que terminó por convertirse en un enigmático solitario, pocos conocen la historia completa del empresario industrial Howard Hughes, ni cómo Hughes, un joven que amaba el riesgo, la belleza y la tecnología, se convirtió en una figura emblemática que dio lugar a destacados hitos en los negocios, en la aviación y en el cine, sólo para perderse en un mundo de miedos y paranoia.
Ésta es la historia que ve la luz en EL AVIADOR de Martin Scorsese. El proyecto dio sus primeros pasos gracias a Leonardo DiCaprio quien, tras leer de joven una biografía de Hughes, se apasionó en su intento de hacer una película sobre este personaje inequívocamente americano. DiCaprio sabía de sobra que varias grandes estrellas de Hollywood habían intentado con anterioridad hacer películas sobre Hughes en vano, pero DiCaprio decidió plantear un enfoque diferente: Quería centrarse en la explosiva creatividad y la juventud visionaria de Hughes, en vez de en su descenso hacia la locura en sus últimos años. Después de que Mann decidió producir la película, él y DiCaprio hicieron una corta lista de directores. El primero era Scorsese, el cual aceptó. Mann y su compañero Sandy Climan, trabajando con el productor ejecutivo Rick Yorn, se aseguraron de tener la financiación de Inicial Entertainment Group y Miramax. Grahanm King se unió como productor y Miramax se asoció con Warner BROS. Para la distribución.
King, habiendo trabajado con Scorsese como productor ejecutivo y habiendo financiado GANGS OF NEW YORK, estaba completamente convencido de que el amor que Scorsese siente por la historia del cine y las técnicas de realización cinematográfica reflejaban las mismas cualidades de Hughes de una forma maravillosamente sinérgica, y que Scorsese podría aportar su propio sentido de asunción de riesgos e inventiva a la hora de hacer el filme. “Marty es tremendamente bueno con el detalle y la recreación de un periodo histórico de forma realista, y siente tanto amor y respeto por la época de la realización de películas en la que Howard Hughes dejó su impronta que estaba muy claro que era la persona adecuada para esta historia”, señala King.
Continúa: “Marty tiene ciertas cosas en común con el personaje de Howard Hughes de EL AVIADOR, son muy precisos en lo que quieren, pueden inventar cosas, les encanta el proceso de hacer películas. Pensamos que ésta era una oportunidad ideal para que Marty hiciera algo distinto a todo lo que había hecho antes, una historia ambientada en Hollywood”.
“Howard Hughes, el aviador, realizó gestas de increíble valor en su vida, y el guión me resultó muy atractivo”, afirma Scorsese. “Aquí teníamos a una figura típica del siglo diecinueve que fue un pionero en dos de fenómenos más geniales del siglo veinte: la aviación, con sus innovadores diseños y récords de velocidad; y el cine, con películas como ‘Ángeles del infierno’ y ‘Scarface, el terror del hampa.’ Hughes fue también un gran showman, pero su historia es una historia, a fin de cuentas, de avaricia, corrupción y locura”.
“Cuando desarrollé el guión con John Logan la primera decisión fue terminar la película en 1947, con el primer día del resto de la vida de Howard” dice Mann. “Fue por ello por lo que decidimos que el conflicto central más interesante…el más personal….sería entre su momento más visionario y su enfermedad mental…incluyendo su conciencia de ello y el precio que tiene que pagar a nivel humano, condenándole a la soledad.
Logan se pasó un año entero investigando sobre la vida de Hughes, leyendo todos los libros y biografías publicados y el material de archivo que pudiera caer en sus manos, y creó una visión completamente nueva sobre Howard Hughes, menos como un mito y más como un ser humano brillante pero con defectos. “Fue un proceso de descubrimiento fascinante”, recuerda. “Creo que la mayoría de nosotros tenemos una determinada imagen de Hughes – y suele ser la del hombre al final de sus días, la del solitario loco y profundamente excéntrico en su habitación de hotel con largas uñas en los dedos y cajas de kleenex vacías como zapatos. Pero encontré a otra persona completamente distinta. Descubrí a Howard como un joven héroe lleno de vida que fue un gran impulsor, tanto en el campo de la aviación como en el del Hollywood más glamoroso”.
Continúa: “Empecé leyendo todas las biografías al uso y luego me centré en las otras áreas en las que Hughes estuvo implicado. Leí sobre aeronáutica e ingeniería y sobre por qué las innovaciones de Hughes significaron gestas tan increíbles; me empapé del mundo de la aviación comercial y de los enfrentamientos empresariales entre la Pan Am y la TWA; y también leí sobre los primeros días de Hollywood cuando el cine mudo fue reemplazado por el sonoro, sobre las luchas por el código de producción de Hollywood y sobre la vida de muchas de las maravillosas mujeres con las que Hughes tuvo relaciones amorosas”.
Cuando al final Logan empezó a escribir, decidió concentrar el marco temporal de la historia entre dos de los principales hitos de la vida de Hughes; abrir con la producción de “Ángeles del infierno” a finales de los años veinte, cuando Hughes acababa de entrar como quien dice en la edad adulta, y culminar con el surgimiento de la TWA como una de las líneas aéreas más importantes del mundo a finales de los años cuarenta. Entre estas dos situaciones de gran trascendencia, Logan empezó a explorar las tribulaciones y la conmoción presentes en la esencia del personaje de Hughes para ofrecer un breve vistazo dentro de sus sueños y sus demonios.
Como con cualquier película biográfica, Logan tuvo que tomarse ciertas licencias en el proceso para dar a la historia una forma artística. “Cubrir veinte años de la vida de un hombre en un par de horas implicaba necesariamente tener que comprimir ciertos acontecimientos y pasajes, mezclar personajes y jugar un poco con la cronología”, explica Logan, “pero se trataba siempre de saber captar al hombre, si no en todo lo que le ocurrió, al menos de la forma más fidedigna posible”.
Graham King añade: “Howard Hughes llevó una vida fabulosa, pero John Logan encontró una manera de separar las partes más convincentes y entretenidas, entre las osadas escenas de riesgo de ‘Ángeles del Infierno’ y el triunfo de Hughes al lograr que El Hércules volase. Muestra muchos elementos diferentes de la realidad de Howard que la gente desconoce por completo, desde las sesiones en el Senado a sus aventuras amorosas”.
Una vez que Martin Scorsese se unió al proyecto, Logan se vio incitado a explorar la historia aún más en profundidad, ahondando en cada aspecto de las características internas del desmedido personaje. Logan, Scorsese y DiCaprio trabajaron juntos durante meses, puliendo la historia según su buen saber y entender. “Martin Scorsese y Leonardo DiCaprio fueron los compañeros más exigentes y dispuestos que podía haber tenido, y me fueron de gran ayuda, me retaron a escribir el mejor guión posible”, afirma Logan. “Lo más importante para cada uno de nosotros era mantener un alto nivel de honestidad a la hora de adaptar los pormenores de la historia de Hughes. Marty y Leo buscaban fanáticamente la verdad y estaban empeñados en entender al personaje en lo más profundo de su alma”.
Prosigue: “La estructura de la historia no cambió demasiado; se trataba más de la forma de enfocar ciertas escenas, de la intensidad de determinados episodios. Marty aporta un extraordinario estilo visual a la hora de contar una historia y tiene una gran intuición y sentido artístico para mantener viva la acción, que consiguió aplicar en todo el proceso. Y Leo tiene un fantástico oído para los diálogos de época, para lo que parece apropiado al personaje en un determinado momento. Fue muy creativo aportando ideas y diálogos a la historia. Cada uno de nosotros tiene una personalidad alfa, y a todos nos encantaba hablar sobre Howard Hughes;, así que era como si se estuvieran produciendo descargas eléctricas en cada reunión”.
Aunque Hughes tuvo romances con varias mujeres famosas, Logan también prefirió limitar el radio de acción de la historia y centrarse en dos de las mujeres que más impacto tuvieron en la vida de Hughes. “Decidimos poner nuestra atención primero, en su relación con Katharine Hepburn, que es considerada la relación más importante de su vida, y en segundo lugar en su relación con Ava Gardner, quien estuvo presente de una forma u otra en la vida de Howard durante dos décadas”, comenta Logan. “Nos concentramos en esas dos grandes estrellas no sólo porque representan dos tipos diferentes de mujeres, sino también por lo que significaron en la vida de Howard: cada una tuvo un tremendo efecto sobre él, aliviando sus miedos y su dudas”.
Logan también exploró algunas de las dolencias médicas de Hughes: su pérdida de audición en la infancia que le dejó casi sordo, así como también su no diagnosticado desorden obseso-compulsivo que, combinado con su fobia profundamente arraigada hacia los gérmenes, dio lugar a parte de su extraña forma de comportarse. “Extremadamente consciente de su fragilidad, Hughes tuvo un constante miedo a volverse loco”, dice Logan.
“Creo que sentía la oscuridad en el mundo que nos rodea, presionando sobre él, y sabía que un día perdería la batalla, tal como le sucedió. Pero para mí, su conocimiento de sí mismo es lo que hace tan interesante y conmovedor, un hombre triste, solitario y pese a todo brillante, una figura trágica”.
Martin Scorsese lo resume así: “Uno de los elementos más fascinantes de la historia de EL AVIADOR es ver a este joven tan brillante y extraordinariamente hermoso, tan lleno de vida, convertirse en un hombre que se ve torturado por sus propias carencias”.
Leonardo DiCaprio añade: “Howard Hughes es probablemente una de las figuras más misteriosas y emblemáticas del siglo veinte y, en cierto modo, cuanto más averiguas sobre él, más misterioso se vuelve. Hay muchas facetas en Howard que hacen de él un personaje infinitamente fascinante. Justo cuando piensas que ya lo sabes todo sobre él, aparece otro estrato en la historia. Fue un soñador y un visionario, pero la ironía de todo eso es que incluso después de todos sus logros – importante empresario industrial, pionero de la aviación, productor y director de gran éxito – al final de sus días se sintiera terriblemente solo”.

2. Siendo Howard Hughes: El reparto
Leonardo DiCaprio se ha sentido fascinado por Howard Hughes durante una década – desde que leyó por primera vez una biografía de Hughes – y soñó con el papel con pasión, convirtiéndose en productor ejecutivo de la película. A pesar de todo, DiCaprio admite que incluso cuando EL AVIADOR empezó a despegar, se sentía un poco intimidado por la inmensidad de su personaje. Un hombre con contradicciones tan enormes, al mismo tiempo atrevido y abocado al fracaso, visionario y loco, presentaba muchos desafíos y, por si no fuera suficiente, estaba el hecho de la reputación de Hughes en todo el mundo como un símbolo de inimaginable riqueza y excentricidad. “Hay mucha gente que tiene una imagen muy definida hecha sobre Howard Hughes – y eso únicamente hacía intimidante el papel”, dice DiCaprio. “Para mí, esto implicaba que tenía que resultar todo lo auténtico que fuera posible”.
Para lograr esa autenticidad, el actor vivió y respiró a Howard Hughes durante meses, leyendo biografías, escuchando grabaciones magnetofónicas, viendo viejas películas, e incluso yendo tan lejos como para aprender cómo surcar los cielos haciendo las osadas maniobras aéreas que parecían, de forma irónica, mantener a Hughes con los pies en la tierra en sus años más productivos. Cuando ahondó más en el personaje, DiCaprio sintió cierta afinidad con algunos elementos de la vida de Hughes, especialmente en lo relativo a las dificultades de Hughes con la fama y el implacable acoso de los medios de comunicación. “Fue el último hombre con intimidad de los Estados Unidos”, comenta DiCaprio. “A pesar de su ambición, tenía una gran necesidad de soledad y, sin duda alguna, puedo sentirme identificado con eso”.
Y lo que es más importante, DiCaprio cree que Hughes representa esa clase de personalidad aventurera, que adora el riesgo y ligeramente desquiciada, que tiende a tener un gran impacto en el mundo. “Era un hombre increíblemente complejo, pero lo único que puedes decir de él es que se arriesgó como nadie se atrevió a imaginarse en esa época”, dice. “Adoraba los aviones y las películas, y dejó una huella indeleble en ambos campos”.
A pesar de todo el glamour y la aventura presente en la historia, lo que realmente atraía a DiCaprio eran las escenas más íntimas y emocionales cuando Hughes está indefenso y con sus miedos como única compañía. “Los mejores ratos para mí eran cuando estábamos rodando al Howard Hughes encerrado en sí mismo – además estaban aquéllos en los que Scorsese y yo nos batíamos el cobre en la zona, por decirlo así, componiendo cosas a medida que iban surgiendo, improvisando, profundizando a tope”, dice. “Para mí, éstos son los mejores recuerdos que tengo de haber hecho esta película”.
El productor Graham King quedó impresionado desde el comienzo por la energía que DiCaprio derrochó a la hora de interpretar a Howard Hughes. “Puedes decir bien alto que no se trata de otro actor más que desee un papel normal; sentía auténtica pasión por el mismo”, afirma King. “Ha vivido este guión durante tantos años que había mucha emoción detrás de ello. Cuando Leo hablaba de Howard había brillo en sus ojos y podías imaginártele perfectamente en el papel. Una vez en el plató, fue alucinante cómo salió airoso, pasando de ser un joven repleto de ideas al Hughes decrépito con todos sus demonios”.
King explica que DiCaprio consultó incluso con expertos en el campo del desorden obseso-compulsivo para entender aún mejor la enfermedad que afligía a Hughes, incluso en la etapa en que era un pionero en el cine y la aviación. “Leo sabía que tenía que interpretar a un fidedigno Hughes”, señala King. “Ofrece una interpretación sorprendentemente emocional que creo que refleja realmente al hombre. Y tengo que decir que nunca he visto a un actor que trabajase tan duro como Leo se afanó cada día en EL AVIADOR”.
Junto a DiCaprio, a la hora de recrear el mundo que rodeaba a Hughes, se encuentra un reparto coral de actores de primera fila, encontrando en cada uno de ellos una singular fascinación por las figuras históricas y, en algunos casos, emblemáticas a las que dan vida. En el papel de Katharine Hepburn – quizás el amor más grande de la vida de Hughes – tenemos a Cate Blanchett, a quien Martin Scorsese seleccionó para el papel. No es la primera vez que Blanchett interpreta a un personaje real, pues ganó el Globo de Oro y recibió una nominación al Oscar® por su interpretación de la Reina Isabel I en “Elizabeth”, pero encontró en el hecho de interpretar a la legendaria y aristocrática Hepburn un reto completamente diferente.
“Una cosa es interpretar en la pantalla a alguien que ha vivido y respirado, de la que habrá alguna gente que tendrá una determinada imagen y para la que puede ser un icono, y otra muy distinta interpretarla en el mismo medio en el que se ha convertido en una persona tan venerada”, afirma Blanchett. “La verdad es que no creo que hubiera intentado tamaña proeza para alguien que no fuese Martin Scorsese”.
Prosigue: “Marty y yo hablamos mucho. Él no quería que adoptara una pose burlesca o cabaretera al interpretarla. Quería algo más profundo. Quería que observara su comportamiento y sus gestos y su presencia en pantalla, e intentara captar la verdad de su personalidad y parte de su extraordinaria energía”.
“Debo decir que me lo pasé muy bien rebuscando en sus películas, viéndolas todas de nuevo. Procedía de una época del cine americano en la que gente como Bette Davis, Humphrey Bogart y ella misma, son recordados por el modo en el que hablaban, además de por la forma en la que miraban. Su voz es inconfundible pero, como actriz que soy, sé que la voz que uno usa a la hora de interpretar un personaje es diferente de la que uno usa en privado, así que busqué las entrevistas emitidas que dio. No concedió demasiadas cuando era joven, pero la única que dio a Dick Cavett en 1973, cuando todavía se podía apreciar la juventud de su voz, me fue de gran ayuda”.
Blanchett también se cuestionó la atracción que sentían la Hepburn y Howard Hughes. “Howard y Katharine eran parecidos en muchos sentidos”, observa. “Ambos eran personas que iban por libre, eran extremadamente excéntricos y también muy atractivos. Incluso, en cierta forma, lo que ellos veían como sus deficiencias era justamente lo que les atraía al uno del otro. Provenían de diferentes estratos sociales, sí, pero ambos tenían suficiente dinero como para liberarse de las ataduras de la sociedad. Aunque Katharine fuera sociable y una persona positiva y Howard un hombre más calmado e introspectivo, pienso que veían en el otro a un igual”.
El papel de Ava Gardner, la legendaria diosa de la pantalla de los años cuarenta con la que Howard mantuvo una relación que duró largo tiempo, fue a parar a manos de la actriz Kate Beckinsale. Beckinsale estuvo encantada de interpretar a una mujer con una constitución tan a prueba de bombas como ella. “Creo que se cuenta que fue Clark Gable quien dijo: ‘Oh, Ava Gardner es una gran persona, capaz de beber con los tíos y decir más tacos que un marinero, pero que resulta estar atrapada dentro del cuerpo de la mujer más hermosa del mundo’. En otras palabras, era una chica increíble, con un corazón enorme y muy respetada, y que se metía en líos como cualquier otra persona”.
John C. Reilly, quien coprotagonizó “Gangs of New York” y obtuvo en 2002 una nominación al Oscar® al mejor actor de reparto por su destacada interpretación en “Chicago”, fue elegido para otro de los papeles más importantes de la película: el de Noah Dietrich, director financiero de Hughes Aircraft, quien se convirtió en una de las personas con las que Howard Hughes mantuvo una relación más estrecha. El papel de Dietrich – el hombre que mantuvo la estructura de la firma de Hughes en medio de todo ese caos – intrigaba al actor. “Cuando oyes hablar de Howard Hughes, de su excéntrico comportamiento y de sus grandiosos planes, comprendes que tuvo que haber alguien detrás de él, encargado de todos los aspectos prácticos del día a día. Ese alguien fue Noah”, señala el actor.
Para el papel del competidor más recalcitrante y archinémesis de Howard Hughes, Juan Trippe, jefe de la compañía aérea Pan American Airlines y educado en Yale, los realizadores se fijaron en Alec Baldwin, quien recientemente había estado nominado al Oscar® en la categoría de mejor actor de reparto por su interpretación en “The cooler”. Baldwin, también, se sintió profundamente interesado en su personaje, un hombre que, aunque dista mucho de ser tan famoso como Howard Hughes, es considerado por muchos como el principal responsable del desarrollo de las modernas compañías aéreas comerciales en los Estados Unidos. Un hombre famoso por su tremenda capacidad de persuasión y su instinto, un papel que parecía sentarle como anillo al dedo a Baldwin.
“Trippe fue un gran visionario”, declara Baldwin. “Tuvo la visión de futuro en los años veinte y treinta de ver el fabuloso negocio que iba a generarse en torno a la aviación comercial”. En muchos sentidos, Trippe era el polo puesto a Hughes – mientras Howard era un disidente inconformista de Texas que había operado siempre fuera del sistema, Trippe procedía de la élite de la costa este y tenía grandes conexiones políticas – aunque ambos compartían la misma pasión por volar. “Creo que veían en el otro a alguien de su talla, lo que a menudo suele suceder entre los rivales más enconados”, observa Baldwin.
Alan Alda también forma parte del reparto en un papel inusual para él como el senador por Maine Owen Brewster, el poderoso hombre que trata de someter a Howard Hughes a una investigación pública que al final se va a volver en contra suya. “Fue una elección poco corriente”, admite Graham King, “pero Marty tenía fe en Alan como un fantástico actor de personajes, y realmente bordó el papel de una forma insólita. Lo interpretó tan bien que puedes sentir el peso de la corrupción”.
En el reparto interpretan también importantes papeles el nominado al Oscar® Jude Law como Errol Flyn, el “chico malo” de Hollywood; la cantante de rock Gwen Stefani (No Doubt) quien interpreta a Jean Harlow, la sensación rubia de los años treinta que se convirtió en una enorme estrella del celuloide de manos de Howard Hughes y su película “Ángeles del infierno”; Matt Ross como Glenn Odekirk, el ingeniero aeronáutico jefe de Hughes; Danny Huston como Jack Frye, el presidente de la TWA; Ian Holm en el papel de un profesor universitario que se siente atraído por las hazañas aeronáuticas de Howard; Adam Scott como el jefe de prensa de Howard, Johnny Meyer; y Kelli Garner como Faith Domergue, la belleza de quince años que Howard pretende convertir en la próxima gran estrella del cine.

3. Recreando a Howard Hughes: El diseño de la película
Howard Hughes operaba en el centro de dos de las industrias más dinámicas y glamorosas de los Estados Unidos en sus edades de oro: la aviación y Hollywood. Para recrear la energía y sofisticación del mundo de mediados de siglo de Hughes en EL AVIADOR, Martin Scorsese trabajó con un destacado grupo de creadores que comparten la convicción de Scorsese de lo importante que son la meticulosidad en el diseño y la verosimilitud a la hora de contar historias que convenzan.
Aunque Scorsese ha sido famoso durante mucho tiempo por el dramático impacto visual de sus películas, EL AVIADOR es quizás su trabajo más ambicioso hasta la fecha desde el punto de vista visual, pues ha requerido un tremendo dominio técnico a todos los niveles. Desde muy al comienzo, gran parte del concepto del diseño estaba marcado por la audaz decisión de Scorsese de recrear fielmente el singular aspecto cinematográfico de los años veinte, treinta y cuarenta pero con su propio estilo. Usando la tecnología digital, Scorsese altera sutilmente la paleta de colores y la apariencia de la película a medida que Howard Hughes pasa de ser un realizador disidente en los años veinte a convertirse en un icono de la América de mediados de siglo.
Tal y como suele trabajar, Scorsese visualizó antes de la producción todas las escenas de la película y los ángulos de cámara a utilizar, para apoyarse posteriormente en su equipo y hacer que su visión cobrara vida. El director de fotografía Robert Richardson lo explica así: “Marty llega al plató sabiendo exactamente lo que quiere. Conoce cuáles van a ser los ángulos, los movimientos de la cámara, incluso el tamaño de las lentes. Y pese a ello y al mismo tiempo, siempre está abierto a discutir cómo lograr lo que desearía ver, y está preparado a hacer cambios siempre que sea preciso”.
Para esta película, Scorsese también estaba buscando crear una mezcla de gran escala e intimidad, que juegan un importante papel a la hora de crear la singular estética de la película. “Para las escenas de los vuelos y el impresionante accidente del avión XF-11, por ejemplo, dejé que el contexto marcara mucho la luz y usé mucho el contraste”, señala Richardson. “La oscuridad es muy profunda y surgen pequeños toques de luz. Las llamas dan una vivacidad que abarca todo el espacio de la pantalla. Pero para algunas de las escenas más emocionales, como cuando Howard está con Katharine Hepburn, creamos una atmósfera diferente. Hay un mayor control de la iluminación, que es más atenuada y presenta una tonalidad que hace que broten los sentimientos”.
Añade: “Una de las cosas más importantes para Marty en este filme era que se pudieran ver los ojos del personaje. Marty cree que las emociones más auténticas descansan en los ojos, así que no importa cuál fuera el plano o cómo se fuese a iluminar la escena, siempre tenía presente la idea de captar los ojos”.
Trabajando estrechamente con Richardson se encontraba un veterano colaborador de Scorsese, el diseñador de producción Dante Ferretti. Ferretti tenía en sus manos la ingente tarea de diseñar emplazamientos de la época que estuvieran vivos y respiraran para recrear el entorno físico que rodeaba a Hughes – desde platós de película a las mansiones, pasando por los hangares de los aviones experimentales – todos durante una época en la que dominaba el fastuoso estilo art déco. Pero éste era la clase de desafío que a Ferretti le motiva. “Dante crea los decorados más extraordinarios y auténticos que te puedas imaginar”, resume el productor Graham King. “Es muy perfeccionista y cada pequeño detalle ha de ser el adecuado, de manera que no hay trampa o engaño”.
Entre los complicados y llenos de vida decorados de Ferretti se encuentra el del Cocoanut Grove, el legendario club nocturno de Hollywood del que Howard fue cliente asiduo durante dos décadas, repleto de chicas con lentejuelas colgadas del techo, balanceándose en el aire por encima de las cabezas. Conocido como “El Patio de Recreo de las Estrellas”, el Cocoanut Grove era tan famoso por su decoración de estilo marroquí rococó y su profusión de palmeras (que se decía que se había usado como atrezzo en la película de 1921 de Rodolfo Valentino, “El caíd”) como por la actuación de los artistas musicales más en boga en aquella era de las grandes bandas. Para Howard Hughes, el club nocturno era el escenario para sus negocios y para sus encuentros románticos, una bacanal y un retiro a la vez.
Para capturar en su totalidad el lugar y tiempo perdidos, Dante Ferretti buscó por todos sitios fotografías antiguas del Cocoanut Grove y visitó el emplazamiento original ya desaparecido en el Hotel Ambassador. “Construimos el decorado en cuestión de cuatro semanas, trabajando las veinticuatro horas del día”, explica Ferretti. “Se trata de una reproducción muy fidedigna del original, quizás un pelín más pequeño. Incluso fuimos al Hotel Ambassador, para hacernos mejor a la idea de cómo era el emplazamiento original y hacer mediciones, para poder así recrear todo a la escala adecuada. El decorado se construyó respetando fielmente el original, pero también con cierta flexibilidad para que Marty pudiera tener libertad para mover la cámara de todas las complicadas formas que quería. A medida que pasa el tiempo en la película, hay ciertos detalles que cambian con el transcurso del tiempo; el color de las paredes, determinados muebles, los ceniceros y los manteles, los doseles que cuelgan en el bar y la zona de la plataforma para la música cambian completamente, pero la esencia permanece la misma”.
Leonardo DiCaprio tiene un conmovedor recuerdo de una escena en particular que sucede en el Cocoanut Grove. “Estamos en los años veinte, y Howard ha llegado allí para comerse Hollywood. Mi cabeza queda enmarcada con una total oscuridad por delante y por detrás y, de repente, empiezan a brillar todas las luces de la sala y todo un mundo, este espectacular entorno, cobra vida — mujeres se balancean allá arriba, pasa un faisán en la bandeja de un camarero, la banda empieza a tocar, la gente está borracha y baila, toda una sociedad está de fiesta, y este joven dios de la industria llega para hacerse con todo. Quiero decir, para mí, no hay nada que merezca más la pena, al menos cuando se trata de una película, que entrar en un club nocturno y en un plano increíble de la mano de Martin Scorsese”.
El equipo de producción también construyó de la nada dos decorados fundamentales para retratar a Howard Hughes y su santuario interior: El de Hancock Park, la amplia casa de Hughes situada en Muirfield Road donde, de joven, Hughes mantiene su electrizante romance con Katharine Hepburn; y el de la oficina y sala de visionados de Hughes en 7000 Romaine, el refugio donde pasaba incontables horas. Francesca Lo Schiavo, que ha trabajado durante largo tiempo con Dante Ferretti, decoró la casa de Howard con piezas muy escogidas de mobiliario y preciosos objetos de arte.
“Pienso que todo había de resultar perfecto, realmente auténtico. Howard era uno de los hombres más ricos de América en aquella época, así que no podíamos decorar su casa y su oficina con objetos de atrezzo”, explica Lo Schiavo. “Teníamos que tener piezas genuinas, así que me pasé tres meses reuniendo en Los Angeles los mejores objetos, muebles, cuadros, tejidos, antigüedades, etcétera, que coincidieran con el estilo de recreación hispana por el que se inclinaba Howard”.
Ferretti incluso reprodujo la emblemática entrada al Teatro Chino de Grauman – donde tuvo lugar la abarrotada première de “Ángeles del infierno”– en un estudio de sonido para lograr así mejor el aspecto del Los Angeles de los años treinta. (Posteriormente, se rodarían las escenas del interior en el teatro real de Hollywood).
Cuando llegó la hora del plató de “Ángeles del infierno”, Ferretti y compañía viajaron a Santa Clarita. Allí, en un árido pedazo de tierra desértica conocido como Mystery Mesa, Ferretti reprodujo el auténtico decorado de las películas en los años veinte, completándolo con una colorida colección de biplanos de época reunidos por Craig Hosking, el coordinador aéreo de EL AVIADOR, y su ayudante Matt Sparrow.
“Pudimos facilitar a Marty catorce aviones en total, siete Fokker D-VII que pintamos para que fueran aviones alemanes, y siete SE-V ingleses que hacían de los aviones aliados”, señala Hosking. “Algunos de los aviones todavía podían volar, algunos eran réplicas. Lo importante es que fueran genuinos. Marty quería que tuvieran un aspecto realista y lo tenían”.
En Hollywood, la producción de EL AVIADOR rodó en localizaciones tan auténticas como Sowden House en Franklin Avenue, que representa la mansión de Ava Gardner en Hollywood; en el Teatro Chino de Grauman de Hollywood Boulevard; en 211 S. Muirfield Road, la verdadera residencia de Howard en Hollywood, que ahora es propiedad del agente de la Creative Artists Agency, Bob Bookman, donde vive con su familia ; y en el campo de golf del Wilshire Country Club que linda con la residencia de Muirfield Road. La escena en la que Howard y Katharine Hepburn se conocen por primera vez en un partido de golf se montó en el Woodland Hills Golf Course.
La producción también rodó en el Queen Mary, usando los esplendorosos interiores de art déco de este lujoso trasatlántico en dos escenas de fiesta: La fiesta del final del rodaje de “Ángeles del infierno” y la fiesta tras el anuncio por parte de Hughes de que ha construido el hidroavión más grande del mundo. También en Los Angeles, la producción levantó el campamento en el barrio de Beverly Hills en el que Howard Hughes estrelló su avión, encontrando vecinos que recordaban tan extraordinario suceso como si hubiese ocurrido ayer.
Tan vitales como los decorados para meternos en la atmósfera EL AVIADOR son los trajes de época que recuerdan una época de gran sofisticación y glamour en el vestir. La diseñadora de vestuario Sandy Powell se aproximó a EL AVIADOR intrigada tanto por las increíbles épocas en las que transcurre la película como por la posibilidad de mirar tras el mito de Howard Hughes para lograr ver más claramente al hombre. “Estaba muy interesada por la idea de que tienes esas diferentes caras contrapuestas de Hughes – es parte del increíblemente glamoroso, excéntrico y desinhibido mundo de Hollywood, pero al mismo tiempo forma parte del mundo empresarial, mucho más formal y conservador, además de tener un parte privada”, dice. “El reto era equilibrar todo eso en su aspecto, con ropas que resultaran lujosas y con empaque”.
Continúa: “El cambio en el vestuario de Howard con el paso del tiempo puede ser muy revelador. Empieza como un joven que viste muy bien, con ropas que parecen confeccionadas realmente en Savile Row. A medida que pasa el tiempo, se preocupa menos por su apariencia y aunque lo que lleva puesto sigue siendo caro, no necesariamente lo parece. Luego, después de que Katharine Hepburn le deje y caiga en una depresión, quema todo lo que tiene y empieza a llevar trajes de Sears Roebuck. En ese momento de su vida, solo posee en realidad dos trajes: uno oscuro y uno claro. Así es que su ropa va cambiando a medida que él lo hace”.
Antes de ponerse a trabajar en todos los detalles de su vestuario, Powell escrutó, una a una, fotografías de archivo. “Lo más interesante era que yo estaba viendo fotos en blanco y negro y tenía por tanto que imaginarme los colores, teniendo también en cuenta qué colores y tejidos podían sentar bien a los actores que habían sido contratados”, afirma.
A la hora de escoger los colores más adecuados, Powell también tuvo que equipararlos con el cambiante aspecto del filme, que va de la apariencia del Technicolor de doble matriz con su surrealista paleta a unos colores más reales y un fotorrealismo más moderno. “Era interesante tener que pensar como lo habría hecho una diseñadora de vestuario de los años veinte y treinta”, señala. “En aquellos días, dominaban dos gamas básicas, la de los rojos y los verdes, lo que significaba que si usaba azul tendía a mostrar una apariencia verdosa, pues la gente no usaba realmente el azul, y nosotros lo evitamos en las primeras escenas. Era una cuestión siempre a tener presente. El vestido que empleé para Katharine Hepburn en la escena del Cocoanut Grove en 1935 era de tono dorado, pero al ser filmado con el método del Technicolor parece más rosa, un bonito color dorado rosado que parece satén. Para la escena en el Pantages y la acción que se sucede inmediatamente después, creé para Kate un vestido amarillo, un color arriesgado de usar. Da como un color mostaza ‘verdoso’. Pero creo que va muy bien con lo que está sucediendo en la acción”.
Buscando inspiración, Powell la halló en películas clásicas de la era del Technicolor. “Uno de los materiales de investigación que Marty nos facilitó durante la etapa de preproducción fue la película ‘Que el cielo la juzgue’ con Gene Tierney, la cual se rodó con el Technicolor de triple matriz. Realmente saca partido a la vivacidad del método, donde todo es tan fantásticamente brillante”, señala. “Me sorprendió una escena en particular en la que Tierney lleva un albornoz color turquesa con ribetes rojos, una combinación impactante de colores. Cuando se da la vuelta y mira hacia la cámara, su barra de labios es del mismo color que los ribetes y sus ojos son del mismo turquesa que su albornoz. Luego se tumba en un sofá turquesa decorado con grandes dibujos de rosas rojas y todo esto te salta encima. Es un momento fantástico y puro de Technicolor, y lo tuve en cuenta cuando estaba diseñando la ropa para Kate Beckinsale en su papel de Ava Gardner. Acudí a una tienda de telas de Nueva York y encontré una maravillosa tela color turquesa con la que hice un abrigo, y luego encontré un tejido rojo fuerte y lo usé para el vestido que diseñé para Ava. Lo considero un homenaje a Gene Tierney”.
Añadiendo toques de veracidad al ambiente que rodeaba a Howard Hughes tenemos la música de EL AVIADOR, que refleja el rítmico jazz y los sonidos de las sofisticadas big bands que estaban en su apogeo en vida de Hughes. Martin Scorsese trabajó estrechamente con el supervisor musical Randy Poster para crear los números de música en vivo que hicieran honor a la película. La banda sonora del filme ha sido compuesta por el escarizado Howard Shore.
“Marty tiene un enorme conocimiento de la música de esa época, y él y yo estudiamos detenidamente todo el repertorio de los directores de las principales bandas residentes, de modo que pudimos acercarnos mucho a cómo sonaba esa música realmente en cada década, hasta el mínimo detalle de cada instrumento”, dice Poster. “Afortunadamente, el director de nuestra banda, Vince Giordano, y sus músicos, conocen al dedillo este material histórico y crearon algo incomparable, un sentimiento fresco y vivo, porque entienden las dinámicas de la música y la esencia del sonido. A medida que pasamos de los años veinte a los treinta y luego a los cuarenta los cambios son muy sutiles, pero la audiencia los podrá apreciar subliminalmente”.
Entre los artistas que aparecen en la cinta se incluyen el cantante de pop Rufus Wainwright que interpreta un tema de los años veinte de influencia francesa popularizado por George y Ira Gershwin, “I’ll Build A Stairway to Paradise”; la hermana de Rufus, Martha, que encarna a la cantante de la banda en los cuarenta que interpreta el “I’ll be Seeing You” de Sammy Fain y Irving Kahal; y su padre, el famoso cantante de música folk y pop Loudon Wainwright, que toca y canta el tema de Harry Creamer / Turner Layton “After You’ve Gone” con la banda en la secuencia de los años treinta.

4. Volando con Howard Hughes: Los efectos especiales
Martin Scorsese es un director que muy pocas veces ha visto su nombre asociado a los efectos especiales, pero para hacer que EL AVIADOR cobrara vida, Scorsese hizo una incursión inusual en la tecnología digital, usando con ingenio los ordenadores a la par que las técnicas clásicas para recrear el resplandeciente aspecto de la edad dorada de Hollywood y las inimitables sensaciones que proporcionaba la aviación experimental. Tal como hizo Howard Hughes con cualquier posible instrumento a su disposición, fuera de alta tecnología o con tecnologías menos avanzadas, para crear “Ángeles del infierno” en su momento, Scorsese escogió una amplia variedad de soluciones cinematográficas para contar la historia de Hughes de una forma tan visceralmente real que hasta el mismísimo Hughes la hubiese celebrado.
En cierto grado, toda la película es un gran efecto especial, pues todas las escenas fueron rodadas y posteriormente realzadas digitalmente para recrear la apariencia de las películas de Hollywood en los años veinte, treinta y cuarenta, cambiando los diversos colores de forma sutil a medida que la narración de EL AVIADOR avanza en el tiempo. La película también incorpora técnicas escasamente vistas en las películas de hoy en día, incluyendo un extenso uso de miniaturas y maquetas de aviones creativamente alumbradas que eran más tarde combinadas con imágenes digitales para crear una espectacular verosimilitud en las secuencias aéreas.
Desde el comienzo, Scorsese quiso que la película evocara la clase de texturas tangibles y realizadas a mano que no se pueden lograr con la tecnología digital. Al mismo tiempo, quería que la película tuviera una moderna sensibilidad visualmente compleja. Por lo tanto, Scorsese pidió a su equipo de efectos que hiciera algo bastante insólito: les pidió que depuraran las técnicas cinematográficas de la “vieja escuela” a través de la tecnología actual. El resultado es un singular híbrido de tecnología punta e histórica.
El productor de efectos visuales Ron Ames lo explica así: “Martin Scorsese siente un profundo amor por la historia del cine, el cual se convirtió en un elemento fundamental a la hora de crear EL AVIADOR. Desde luego, Marty no es un especialista – en el fondo es un narrador de historias y su principal interés está siempre en el personaje y en la interpretación. Aún así, se sentía fascinado por la pasión de Howard Hughes por la tecnología y quería que ese espíritu impregnara el alma de esta película. Puso su confianza y su fe en nosotros para crear una poderosa realidad histórica usando medios imaginativos de todas las épocas del cine; desde los más tradicionales a los digitales”.
En sus primeras reuniones con Ames y con el supervisor de efectos visuales Rob Legato, Scorsese explicó que quería que el estilo visual de EL AVIADOR reflejara lo que podría haberse visto si la película se hubiera rodado cuando la vida de Howard Hughes se hallaba en todo su esplendor; pero bañada de un estética contemporánea. “A Marty siempre le han encantado las películas clásicas y nos estimuló para que investigáramos en filmes de la era de Hughes y volviéramos a consultar técnicas que se empleaban para hacerlas tan especiales”, explica Rob Legato.
El primer desafío para Legato fue encontrar un modo de recrear los aviones experimentales que juegan un papel tan clave en la historia de Howard Hughes, incluyendo el H-1 Racer que batió todos los récords de velocidad, el avión espía experimental XF-11 y el impresionante hidroavión de madera conocido como El Hércules, de todos los cuales o bien no existían ya unidades o las que había no estaban en condiciones de volar. En vez de remodelar digitalmente los aviones, con las dificultades que la tarea entrañaba, Scorsese y Legato optaron por el contrario por usa una de las técnicas de efectos especiales originales del cine: las miniaturas y las maquetas minuciosamente elaboradas.
Usando los diseños originales de Hughes para cada uno de los aviones, Legato y su equipo crearon una amplia variedad de maquetas, desde sofisticadas “miniaturas suspendidas” a réplicas a escala 1/4 manejadas por radiocontrol con motores reales en funcionamiento; maquetas tan fidedignas que, cuando lo ponían junto al metraje documental, no se notaba prácticamente nada la diferencia de texturas.
Para el equipo de realización, estas maquetas verdaderamente reales eran lo mejor para ser realmente capaces de entrar en la historia y plasmar los famosos aviones de Hughes. “La ventaja mas relevante era que las maquetas permitían a los realizadores filmar los aviones de una forma visceral, acercándose bastante a cómo se habría hecho si se hubieran usado los aviones auténticos, lo cual era de todo punto imposible. Pudimos usar la misma iluminación, las mismas poses, los mismos planos de cámara”, explica Legato. “Usando cámaras de control de movimiento, fuimos capaces de filmar a estos aviones en miniatura ‘aterrizando’ al aire libre de verdad, así que puedes ver un cielo verdaderamente azul y el reflejo del sol sobre el fuselaje del avión. Esta pequeñas cosas que dan a los espectadores la sensación de formar parte de algo emocionante que está teniendo lugar”.
Una de las escenas más extraordinarias creadas con miniaturas es la del terrible accidente del XF-11 de Hughes en un barrio de Beverly Hills. Empleando una mezcla de miniaturas y una maqueta del avión a tamaño real, el equipo de efectos visuales de la película fue capar de proporcionar a Scorsese los medios para crear un espectacular accidente aéreo que pone los pelos de punta, sin hacer que el reparto o el equipo de realización corrieran el menor riesgo. “La combinación de todas las diferentes técnicas que usamos conjuntamente hacen que todo sea muy verosímil”, señala Legato. “Realmente tienes la sensación de estar viendo el choque de un avión de verdad con una casa también de verdad, justo como ocurrió en vida de Howard”. (Para añadir mayor realismo a la escena, el equipo construyó también las casas de Beverly Hills de metal, lo cual permitió que ardieran durante los tres días de rodaje, y usaron más de dos mil metros de tuberías para crear las típicas nubes de humo que se generan cuando se prende gasolina).
Otras escenas se hicieron con miniaturas tradicionales y complejos fondos creados digitalmente. Esta técnica se mostró especialmente útil a la hora de recrear el primer vuelo del Hércules, que ha permanecido en tierra durante años. Se creó una maqueta del Hércules, y posteriormente se rodó en vivo frente a un hermoso y muy real cielo azul, aunque el oleaje y la histórica Long Beach que lo circundaba fueron realizados por ordenador. El resultado es una sensación de viajar hacia atrás en el tiempo a ese inefable episodio de antaño.
Para crear las maquetas a escala 1/4 manejadas por radiocontrol (incluyendo una réplica que podía volar del malogrado XF-11), el equipo de Legato trabajó con una empresa que construye aviones teledirigidos para el gobierno. Estaban realmente encantados de ayudar por el mero hecho de ver volar de nuevo a esos aviones. Desde luego, no podíamos hacer que los aviones por radiocontrol volaran muy alto, así que tuvimos que aplicar el ingenio”, explica Legato. “En un determinado momento, usamos un aeropuerto situado en una colina de Catalina para poder así emular a un XF-11 volando a dos mil pies de altura”.
De regreso al siglo veintiuno, el equipo de efectos visuales también se divirtió haciendo por medio del ordenador una recreación de la pionera película de temática aérea de Howard Hughes de 1927, “Ángeles del infierno”. Muy por delante de su tiempo en envergadura y escala, la película sirvió de fuente de inspiración para Scorsese y todo el equipo a la hora de realizar EL AVIADOR. De forma irónica, las escenas aéreas creadas por Hughes en “Ángeles del infierno” eran tan insólitas en su osadía que, por razones de seguridad, EL AVIADOR no pudo repetirlas con aviones y pilotos reales.
“Teniendo en cuenta que la película se hizo en 1927, ‘Ángeles del infierno’ estaba décadas por delante de su tiempo”, afirma Graham King, “y Marty quiso que esa sensación quedara plasmara. Así que gastamos un montón de energía creativa y pasamos mucho tiempo recreando algunas de las secuencias especiales que Howard Hughes creó originalmente”.
Para unir digitalmente las imágenes de DiCaprio con el metraje rodado por Hughes hace más de setenta y cinco años antes, el equipo de efectos tuvo que enfrentarse a otro interesante reto. “Intentamos copiar el metraje real de ‘Ángeles del infierno’ poniendo toda la atención en las limitaciones del cine en aquéllos momentos”, señala Legato. “¡Incluso usamos una cámara de movimientos generados por ordenador! Esta escena tiene lugar al comienzo de la película, y es una de las más idealizadas de toda la película. Hay en ella una sensación de realidad intensificada, más que de la realidad verdadera que intentamos conseguir para cuando la historia avanza y se pone más trascendente”.
A la hora de entrar en el color de la película, Scorsese pidió de nuevo al equipo que hiciera algo sin precedentes: Revivir el look del “Technicolor con doble matriz” de los años veinte y el “Technicolor de triple matriz” de los cuarenta empleando medios digitales. “Marty nos pidió que recreáramos algo que ha desaparecido hace mucho tiempo”, señala Ron Ames, “así que se nos tuvieron que ocurrir formas imaginativas de usar los medios digitales para copiar las limitadas paletas de colores del pasado”. Rob Legato añade: “El color solía ser un efecto, y nosotros encontramos la forma de capturar la idea con un punto de vista estético y moderno”.
Las primeras películas en color de los años veinte se creaban o bien pintando a mano los fotogramas o usando un nuevo proceso conocido como “Technicolor de doble matriz”. Con este método, se juntaban dos negativos separados de película en blanco y negro, uno impreso con un filtro magenta y otro con uno verde, para crear colores que en cierta forma se acercaran a la realidad multicromática. Sin embargo, al no haber filtro cian alguno, estas películas tenían un aspecto inusual, con surrealistas tonalidades de piel y cielos que brillaban con un tono verdoso. A finales de los años treinta, el “Technicolor de triple matriz” entró en escena y cambió para siempre las películas. Aunque este método exigía grandes cámaras difíciles de manejar que limitaban la flexibilidad, la contrapartida era que proporcionaban colores ricos y vivos, diferentes a los que los espectadores habían podido contemplar hasta la fecha. Como con el “Technicolor de doble matriz”, estas cámaras no usaban verdadera película, sino película en blanco y negro imprimada con un filtro magenta, otro verde y ahora también cian. El resultado era un color puro y saturado que muy raramente se ve en nuestros días.
“Era completamente imposible recrear el procedimiento del Technicolor con cámaras actuales, así que lo mejor que se podía hacer era usar película actual con tecnología digital para purificar los colores de nuevo”, afirma Rob Legato. “Creamos ‘filtros digitales’ que hacían lo mismo que el Technicolor original, imitando en esencia lo que se hacía entonces con toda la capacidad informática de la que disponemos hoy en día. Usamos un filtro magenta y otro verde para las escenas anteriores a 1938 y añadimos el cian para las que acaecen a partir de finales de los años treinta. Tuvimos el placer de trabajar muy estrechamente con el departamento técnico de Technicolor para lograr algo realmente especial”.
Continúa: “Hemos logrado algo único, porque es como si hubiéramos empleado las cámaras originales de Technicolor pero con nuestros estilos y sensibilidades más modernas. La apariencia remite a los días de apogeo de Howard Hughes pero tiene también su propia personalidad”.
A la postre, EL AVIADOR iba a tener tres temáticas distintas de color: desde los años veinte hasta el 38, el look es apagado, con un tono histórico de matices verdosos; de 1938 hasta los años cuarenta, el ambiente toma la exuberancia del Technicolor santo y seña del “Hollywood clásico”; y luego, al final de la película, el color cambia sutilmente acercándose a la moderna apariencia de color con la que los espectadores están familiarizados en 2004. “Las transiciones son muy sutiles y naturales, y de este modo se convierten más en una temática implícita en la historia”, declara Legato. “Esto era muy importante para Marty. No quería hacer una gran exhibición con los efectos visuales, sino más bien, quería que fueran parte integral de la narración. Ésa es llanamente la forma que tiene de hacer las cosas”.
El director de fotografía Robert Richardson trabajó estrechamente con el equipo de efectos para ajustar su trabajo de cámara al procedimiento del color. “Marty quería que la iluminación reflejara también el desarrollo de la película en color y el proceso de rodaje a medida que cambiaba con el paso de los años”, señala Richardson. “En esencia, los efectos de color en su conjunto se lograron mediante la completa integración de la iluminación, los decorados, el vestuario y la tecnología digital”.
En todo su trabajo, el equipo de efectos visuales contó con la ayuda de una amplia variedad de empresas de alta tecnología, desde las más grandes hasta las más pequeñas. Adobe proporcionó su software normativo After Effect, Sony Imageworks facilitó capacidad informática para algunos de los planos digitales más complicados, y el equipo también trabajó con un puñado de pequeñas y más especializadas casas de efectos para determinadas escenografías virtuales claves y planos compuestos. “Puedes conseguir una gran versatilidad trabajando de este modo”, señala Ron Ames. “Es algo que sólo es posible porque ahora puedes usar varias compañías diferentes para distintas imágenes y aún así lograr al final una maravillosa apariencia unificada”.
La autenticidad también fue fundamental para la amplia variedad de efectos de sonido presentes en EL AVIADOR, supervisados por Eugene Gearty, quien con anterioridad había trabajado con Scorsese en películas como “Gangs of New York” y “La edad de la inocencia”. Uno de los mayores desafíos con los que se topó Gearty fue el de recrear los sonidos para unos aviones que ya no existen. “El sonido juega un papel esencial a la hora de crear verosimilitud”, explica Gearty, “pero esto iba a resultar algo complicado porque estos aviones ya no surcan los cielos”.
Dado que no podía grabar los desaparecidos hace tiempo HF-1 y XF-11 o el varado Hércules, Gearty removió Roma con Santiago para encontrar copias parecidas, hasta dar con una amplia variedad de aviones antiguos. Pero eso no fue nada más que el comienzo. A continuación, Gearty tuvo que encontrar una manera de grabar el zumbido y ronroneo del motor de cada avión mientras realizaban osadas maniobras; todo sin la más mínima interferencia de cualquier otro avión ni ruido ambiental. “Terminamos hacienda algo muy sofisticado que juraría que nunca se ha empleado cuando se trata de montaje sonoro”, explica. “Alquilamos varios aviones antiguos diferentes y los llevamos al desierto de Mojave, donde teníamos pilotos que podían hacer las maniobras reales de la película mientras usábamos un montón de aparatos de alta tecnología para capturar los sonidos”.
Gearty continúa: “Tuvimos que encontrar maneras muy inteligentes de grabar el sonido de manera que quedara convincente cuando lo enfrentáramos con la película. Era algo más difícil de lo que pudiera parecer. Los grandes cineastas como Marty sólo están interesados en contar una historia, lo cual no es necesariamente algo lineal. Así que tiene motores de aviones rindiendo al máximo mucho más rápidamente de como lo harían en la vida real, y tuvimos que encontrar el modo de hallar el sonido”.
Los sonidos del Hércules resultaron particularmente complicados, dado que este enorme aparato con sus ocho gigantescos motores y sus hélices de más de seis metros no había volado desde 1947. “Lo más cercano al Hércules es el Constellation de la compañía Lockheed pero no estaba escrito en las estrellas que pudiéramos utilizar uno de ellos”, dice Gearty. “En su lugar, nos tuvimos que conformar con dos B-52, cuyos motores son la mitad de grandes. Pero descubrimos que una vez que un avión está en el aire y funcionando, estos motores tiene tanta potencia que casi no importa. Es como la diferencia entre el volcán Santa Elena y el Etna, ¡ambos son ruidosos y pueden hacerte correr el resto de tu vida!” Usando sofisticadas técnicas microfónicas y editando, Gearty quedó encantado con el resultado final. “Duplicamos y triplicamos los sonidos y resulta todo muy convincente”, afirma.
Además de su trabajo en las escenas aéreas de la película, Gearty tuvo que ir a Ohio a grabar coches antiguos e incluso a indagar las explosiones de los fogonazos del flash, que cambiaron significativamente de los años veinte a los cuarenta. Con todo, sin embargo, sabe que su arduo trabajo de efectos para EL AVIADOR va a quedar en su mayor parte oculto, entrelazado en la trama de la historia, que es exactamente como cree que ha de pasar.
“Con Marty, sabes que la narración va a estar en el nivel creativo más alto, así que las secuencias aéreas no se centran en la emoción de un motor que ruge, sino en una gran variedad de elementos”, reconoce. “Sé que Marty va a mezclar mi trabajo con el diálogo, la música, las interpretaciones, con todos esos factores diversos, pero así es como ha de ser. Marty no es la clase de cineasta al que le interese que todo gire en torno a los efectos, aunque también comprende que los aspectos más tecnológicos de la película son los que ayudan a crear un mundo verosímil”.

CRÍTICA por Miguel Á. Refoyo
El sueño convertido en pesadilla
Scorsese contiene su megalomanía fílmica para abordar de forma solemne una historia sobre los infiernos personales de una seduc-tora figura tan importante en el Hollywood clásico como lo fue Ho-ward Hughes.
Magnate, productor, cineasta, pione-ro de la ingeniería aeronáutica, colec-cionista de amantes, Howard Hughes pertenece a esa estirpe de personali-dades del Hollywood Clásico que se han ganado (para bien o para mal) un puesto de honor en la Historia, mucho más allá del Séptimo Arte. Sobrino del escritor y cineasta Rupert Hu-ghes, Howard fue de los hombres jó-venes más ricos del mundo al heredar la Hughes Tool Company, que admi-nistraba la mayor parte del petróleo de Texas. Apasionado por la aviación, llegó a plantarle cara al monopolio aé-reo de la PanAm al adquirir la TWA, siendo uno de los grandes de la RKO antes de llevarla a la quiebra. Descubrió starlettes como Je-an Harlow, Jane Creer, Jane Russell o Terry Moore; Hughes fue un vividor, un mecenas extravagante y uno de los modelos que no apa-reció en los títulos de crédito de "Ciudadano Kane" de Welles. Pre-cisamente con esta figura, la película de Scorsese evidencia tener algún vínculo desde su prólogo, cuando en la infancia de Hughes se observa un elemento que le perseguirá a lo largo de su vida. Pero ahí se acaba cualquier comparación entre ambas películas (sería ilícito equipararlas), a pesar de narrar la odisea de dos hombres tan parecidos como Charles F. Kane y Howard Hughes, dos complejas personalidades; megalómanos, excéntricos, ambiciosos, soñado-res y visionarios.
"El aviador" es el vehículo idóneo para que Martin Scorsese haya podido componer eso que tanto tiempo llevaba buscan-do: una entusiasta oda de amor al cine clásico, al viejo Holly-wood de la Época Dorada, con una cuidada reconstrucción estética y argumental. Rebelde y kamikaze no sólo en el aire, si-no también en el cine, en la vida y en el amor, la figura de Hughes es englobada en esta película en un próspero lapso de tiempo para el rico heredero, ubicándose tan sólo en sus dos décadas más glo-riosas, ya que si bien podría haber recogido numerosos capítulos de su abrumadora biografía, Scorsese ha preferido destinar el me-traje a sus logros, parte de su enajenación creciente y al taxativo viaje al tormento de un personaje problemático, de esos que tanto fascinan al director. No estamos, por tanto, ante un biopic, ni mu-cho menos ante una hagiografía, ni siquiera se ocupa "El aviador" en desglosar los episodios más importantes de su vida como pode-roso magnate, amante o aviador, sino que Scorsese y su guionista John Logan sitúan este periodo fraccionándolo a lo largo de un viaje interno, de la lucha de un hombre contra sus infiernos. Un via-je a la cima del mundo que tiene como regreso un amargo tránsito a una habitación solitaria y mugrienta. Como su propia vida, inmer-sa en un concepto enfermizo, a modo de virus que coartaba su co-lérica propensión al aislamiento, Hughes se enfrentó a todo aquello que pudiese romper sus ambiciones y deseos, con un apego a la trasgresión de los cánones de su época, de un modo obsesivo, co-mo todo en Hughes.
En ese sentido, el filme muestra un personaje atormentado e ina-daptado por su forma de ser, aisla-do debido a una sociedad que no le comprende, por lo que Hughes no está muy lejos de los representados en Travis Blickle, Henry Hill, Rupert Pupkin, Jake La Motta o Jack Pierce, pues todos ellos unen sus caminos en un sendero de perdición, entre la paranoia y la desalentada lucidez de una confusión gradual. Posiblemente si Howard Hughes hubiera muerto en uno de sus aparatosos accidentes de avión, habría sido recordado como un mito, como aquellos que viven intensamente y dejan un bonito ca-dáver. Al no ser así, Scorsese disecciona un recorrido que transcu-rre del mito a la caricatura, del héroe mediático a un personaje gro-tesco víctima de sí mismo, recluido en un apartamento, torturado por sus propios delirios de grandeza. No muy lejos de los terrenos explorados por el cineasta italoamericano, donde la vida acaba co-mo una pesadilla que es necesaria vivir para expiar los errores e im-prudencias y redimirlos con una (aunque sea pasajera) ascensión al equilibrio, a la armonía perdida. "El aviador" se presenta como una lección de cine que resulta posible, en definitiva, porque a su director le interesa mucho más el declive paranoico-compulsivo de Hughes y su lucha contra los ataques de la gran industria que la re-construcción del Hollywood vivido por el personaje, su vertiente de mujeriego o su esencia aventurera y suicida. Una estructura que no abandona Scorsese con esa insurrección de Hughes en el juicio fi-nal, mostrando su mayor brillantez y saliendo airoso de sus acusa-ciones cuando parecía que su locura y manías habían acabado por devorarle. Y lo hace centrado en una historia de dobles sentidos y perspectivas, bajo las que subyace la enérgica imaginería de uno de los grandes clásicos, tal vez el último, de la Historia del cine.
Scorsese contiene para ello su megalomanía fílmica, pero no su propensión a cierta mitomanía que llega a someter a la historia hasta un cierto punto de convencionalismo, justifi-cando, a pesar de ello, su pericia narrativa, llena de épica en esta maravillosa crónica simultánea de una victoria oca-sional y de un fracaso personal. Por eso, tras observar la caída en los infiernos de la locura, Hughes encara al Comité que lo acusa de quedarse dinero del Ejército con una conquista momentánea, consiguiendo pilotar el Hércules en su primer y único vuelo, para dejarlo sumido nuevamente en los lóbregos pozos de su perturba-ción, delante de un espejo, repitiendo una frase (“el camino hacia el futuro”), como fatal letanía que le llevaría a acabar sus días recluido y totalmente desequilibrado. Desde un punto de vista biográfico, tal vez se haya dado demasiada importancia a la parte romántica de la vida de Hughes, ya que no fueron los triunfos en cualquiera de los campos en los que probó suerte donde reside su leyenda, sino en su final, en la paradójica locura de un hombre que pudo reinar. Sin embargo, aunque se contenga y la película sea menos turbulenta y amarga de lo que cabía esperarse, no deja de estar presente ese punto característico de corrupción y decadencia fatalista que tan bien despliega Scorsese. No obstante, se echa de menos su rela-ción con Al Capone, su desastrosa gestión al frente de la RKO y su colaboracionismo anticomunista (aunque se manifieste en la breve secuencia protagonizada por Willem Dafoe).
Virtuosa reconstrucción de un hombre y su época, "El aviador" va trazando ese poema de ampu-losidad operística de esplendor aventurero a través de la mirada de un personaje caótico y revolu-cionario, próvido amante con agi-tada vida sentimental. Pero, ante todo, deteniéndose en sus litigios per-sonales contra un periodo de absolu-tismo político, social y en el mundo del cine. Tres apartados que sirven a Scorsese para exponer su dominio de la narrativa en secuencias que tienen como protagonistas a un L.B. Mayer que menosprecia a un ambi-cioso Hughes, cuando éste pide dos cámaras más para incorporar-las a las 24 que ya tiene para "Ángeles del Infierno", el enfrenta-miento en los despachos de la MPAA contra Breen, que dirigió el sistema de censura de Hollywood y, en su final, el brillante plantea-miento del juicio en el que Owen Brewster pretende hundir al mag-nate en beneficio de Juan Trippe, dueño de la todopoderosa Pan-Am. Todo ello evidencia una personalidad inabarcable, movida de forma desbordante por la pasión de la ambición y el talento. Scor-sese tampoco obvia su ardua y excesiva vida sentimental que ilus-tra multitud de romances; a veces manifiestos (como con Jean Har-low, Ava Gardner o Faith Domergue) o insinuados (el caso de Jane Russell o Bette Davis). Pero el cineasta y su guionista han preferi-do concentrar este aspecto en la relación más importante de la vida de Hughes; la que estuvo a punto de acabar en boda con Katharine Hepburn, ilustrado en uno de los momentos más románticos del ci-ne de Scorsese, mientras Hughes observa pilotar a Hepburn y, consciente de su escrupulosidad, mira la botella de leche de la que acaba de beber la genial actriz para, sin miedo, sorber con la segu-ridad de haber encontrado un alma gemela, una inconformista co-mo él que comprende sus paranoicas manías, aunque, como reco-noce el personaje de Hepburn poco después, “Howard Hughes es demasiado Howard Hughes”.
Martin Scorsese ejerce en "El aviador" de exegeta fílmico, de me-tódico estudioso del cine de la Época Dorada, donde no falta cierta dosis de manierismo y virtuosa reconstrucción de la época, explíci-ta y deliberadamente enfática y grandilocuente, a veces excesiva, pero siempre delimitada a una línea narrativa de perfecta sutileza, de puro cine clásico. Este laborioso trabajo visual es ejemplar debi-do al conjunto de exquisiteces que componen la cinta. Así, Robert Richardson propone un juego cromático intencional, ya que en la primera hora no existen los verdes y todo es aséptico e higienizado (con gamas de azulados diáfanos), para avanzar con un progresivo aumento del colorido ocre y terrosos, y acabar la película en un es-cabroso verde intenso, afectado ya por toda la sociedad y el mundo que rodea a Hughes. Sólo hay color en el cielo (metáfora de la li-bertad del magnate) o en el ramo de flores que invoca sus mejores recuerdos. "El aviador" es un filme de intensidad creciente, argumentalmente eficaz y de un ritmo lúcido e intachable (hay que recordar los 166 minutos de duración), una consecu-ción procedente, como en toda obra de Scorsese, de la edi-ción de la gran maestra montadora Thelma Schoonmaker. Si a esto añadimos el trabajo que Ferretti, LoSchiavo y Powell en el diseño de producción, los decorados y el vestuario, respectiva-mente, en conjunto, el filme sólo admite adjetivos superlativos.
Para Leonardo DiCaprio el reto de interpretar a Hughes le podría, a priori, haber quedado muy grande, debido, en gran parte, a la invitación al histrio-nismo que conlleva dar vida a un per-sonaje en constante declive que cae en las redes de la locura. Pero el re-sultado es un espléndido trabajo de contención encomiable, tanto en la in-terpretación de los arrogantes éxitos de Hughes, como en su degeneración psíquica, su sordera y los problemas de identidad del ambicioso millonario. DiCaprio deja emerger el lento in-timismo de un hombre enfermo, atrapado por sus fobias, sus malsanas obsesiones y ese miedo que le conduce de forma inevitable a locura y la soledad. Del resto del reparto sobresale la exactitud y el riesgo con la que la gran y luminosa Cate Blan-chett aborda un papel tan difícil como es el de dar vida en una in-terpretación conmovedora, con los amaneramientos y sofisticación de la gran impulsiva e indócil Katharine Hepburn. John C. Reilly, el sobresaliente Alan Alda y un cada vez mejor Alec Baldwin com-ponen minuciosamente los apoyos del gran DiCaprio. No se puede decir lo mismo de la pobre Kate Beckinsale, que sale un tanto desafortunada en su recreación de Ava Gardner. Mejor suerte co-rren Gwen Stefani, Jude Law y Kelli Garner al realizar práctica-mente un cameo.
Scorsese, al que se ha intentado equiparar en minuciosidad y arrojo al mismísimo Howard Hughes, observa a lo largo del filme a su personaje con la perspicacia, la compasión y, hasta cierto pun-to, la admiración necesaria para concebir una película que, más allá de su grado de "encargo", es una cinta donde cada rasgo, cada plano y la disposición narrativa con la que lo aborda se identifica con la obra de uno de los clásicos modernos más imprescindibles de la historia del cine. Estamos, por tanto, an-te la primera gran película de este 2005 que acaba de empezar.

CRÍTICA por José Luis Santos
Hollywood vive tiempos mediocres. La hoy pobre imaginación de la otrora bien llamada Meca del Cine en su mayoría apenas subsiste fagocitando filmes (europeos, orientales o simple-mente pretéritos) con tediosos, cuan-do no vergonzantes, remakes incapa-ces de aportar nada al original, ridicu-lizando cómics con versiones que convierten verbigracia a Hulk en un Pokémon de goma con un padre se-creto esquizofrénico, o llevando a la pantalla videojuegos que, tras un in-tenso trabajo de ambientación-guioni-zación (ejem), consiguen parecer... vi-deojuegos. Y una de las tablas de salvación que la industria ameri-cana parece haber encontrado este año para su resentida creativi-dad es la de los biopics. Como muestra un botón: en apenas un par de meses se han paseado por nuestras pantallas personajes como Ray Charles, Cole Porter, Alejandro Magno, y ahora Howard Hughes, el excéntrico multimillonario del que “El aviador” nos muestra su época de esplendor entre los años 20 y 40, y al que Martin Scorsese recurre para un doble propósito. Por un lado, le permite crear uno de sus apasionantes personajes atormen-tados, ídolos con pies de barro predestinados al todo y a la nada, a coquetear con el olimpo y con el averno a la vez, y a llevar al espectador en volandas por su ascensión y arras-trarlo a regañadientes en su trágica, dolorosa e inevitable caída, algo que muy pocos directores saben hacer tan bien como él. Por otro lado, parece innegable el valor que le otorga a su protagonista/héroe/antihéroe, no como niño pijo caprichoso que se cree capaz de comprarlo todo (y aquí se revela la enorme habilidad del espléndido guión y el ingente talento tras la cámara para lograr una empatía que en principio podría parecer improbable), sino como metáfora de la rebelión contra el sistema, del inconformismo con las reglas escritas y, especialmente, con las no escritas, y por tan-to como cierto alter ego de un cineasta capaz de anteponer en su filmografía su inquietud personal y su coherencia creativa, pasando por encima del obligado peaje institucional que le lleva a tener que luchar por sacar adelante cada película, y a que obras, ya parte de la historia del cine, como “Taxi driver”, “Malas calles”, “Toro salva-je”, “Uno de los nuestros” y un largo etcétera, se hayan quedado sin un Oscar®, otorgado, por contra, en no pocas ocasiones a au-ténticas medianías.
Scorsese vertebra su film como una impecable sucesión de episo-dios, dotados de la suficiente co-hesión para que sus casi tres ho-ras de metraje transcurran sin fati-ga. Partiendo de una primera mitad casi vertiginosa, plagada de escenas magníficamente concebidas, planifica-das, escritas y plasmadas (con una realización de aparente sencillez, pe-ro cuya fluidez y energía no son en absoluto fáciles de conseguir), ofrece una lujosa recreación del Hollywood de la etapa dorada, que combina há-bilmente una cinefilia casi religiosa con su soterrada visión crítica de la industria, apoyado en unos diá-logos cínicos, inteligentes y por momentos brillantes. Presentado el exterior de Hughes, en la segunda parte de metraje analiza ade-más su interior, sumiendo al espectador en sus subidas y bajadas, y creando (con la complicidad de un meritorio Leonardo DiCaprio) un seductor, cautivador y brillante juguete roto, preparado para ha-cer frente a cualquier limitación exterior, pero incapaz de superar sus monstruos internos más allá de la atormentada y desequilibra-da convivencia con ellos, que le sume en una total y lastimosa so-ledad. Arropando a DiCaprio, un reparto de lujo (sobre el papel y en su aprovechamiento) en el que destacan, sobre todo, el siempre fantástico Alan Alda, y una Cate Blanchett que sale airosa del complicadísimo reto de recrear a la mismísima Katharine Hepburn, además de un renacido Alec Baldwin, que tras “The cooler” pa-rece cómodo y entonado en papeles oscuros.
Cruza Scorsese para crear su Howard Hughes al “Ciudadano Ka-ne” de Orson Welles con aspectos de filmes como “Una mente ma-ravillosa” de Ron Howard, con un tono más romántico-lúdico que el primero y con menos efectismo que el segundo, persiguiendo la pa-radoja del ídolo vulnerable que también buscaba recientemente el “Alejandro Magno” de Oliver Stone, si bien “El aviador” lo hace con menos excesos y más acierto, de la mano de una impecable ca-ligrafía fílmica que hace superables posibles carencias: la ausencia de riesgo en la apuesta, la falta de una mayor pro-fundización en las obsesiones de Hughes y la omisión de al-gunos detalles de su vida menos glamourosos, como su rumo-reada bisexualidad o los sombríos encargos que según la leyenda negra hollywoodiense cumplía para él Humphrey Bogart (conseguir-le chaperos, llevar a Jean Harlow embarazada del magnate a abor-tar a una clínica....).
Tal vez este año Scorsese, emulando a Hughes, consiga hacer volar su hidroavión Hércules particular y se lleve para casa el eunu-co dorado que la industria tanto le debe. De momento, en los Glo-bos de Oro se le ha adelantado con “Million dollar baby” el mismísi-mo Clint Eastwood, también ninguneado cuando le arrebataron la estatuilla a su extraordinaria “Mystic river” para dársela a Peter Jackson por “El retorno del rey”. Demasiadas deudas pendientes. Demasiados entuertos que deshacer. Como diría un comentarista futbolístico, ”Hollywood es así”.