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Décima de Clímaco Soto Borda
Si pública es la mujer
que por puta es conocida,
república viene a ser
la puta más corrompida.
Y siguiendo el parecer
de esta lógica absoluta,
todo aquel que se reputa
de la República hijo,
debe ser, a punto fijo,
un grandísimo hijueputa.
Doctor Juan Casado Flores (Hospital del Niño Jesús; Cuidados Intensivos Pediátricos) - Madrid - 20/10/2007
Sebastián Fernández Izquierdo (Médico neurólogo) - Alicante - 21/10/2007
Al hilo de la reflexión y comentarios que se plantea Juan Casado Flores en su magnífica carta El poder curativo del euskera, debo decir que no es sólo en Euskadi donde se manifiesta esta increíble y paradójica circunstancia.
En la Comunidad Valenciana, en las convocatorias oficiales para cubrir plazas de médicos de la sanidad pública, se valora más el conocimiento de valenciano que el hecho de poseer un título de doctor, por ejemplo. Conocer valenciano es el mérito más valorado, con mucho, para cualquier oposición a puestos en la Administración, incluyendo la sanidad. Cualquier profesional sanitario con oposición a la vista, imaginen cuál es la materia a la que dedica su estudio y esfuerzo: el conocimiento de valenciano. ¿Los conocimientos profesionales? Eso es lo de menos. No sé lo que ocurrirá en otras comunidades con lengua propia, como Cataluña, pero puedo imaginarlo.
Y ahora volvamos a Euskadi. Imaginen a un médico pediatra extranjero, de cualquier otro país, sin ninguna experiencia, sin ningún mérito y sin conocimiento de castellano. Hace un curso de euskera y pasa por delante de un catedrático "español" con sobrados méritos y experiencia. Seguramente, a los niños que se debaten entre la vida y la muerte en una unidad de críticos pediátrica les interesa mucho si su médico sabe euskera. ¿Qué les parece? Pues esto es lo que hay. Estamos llegando a unos extremos de absurdo que ni el más disparatado guión de una película de los hermanos Marx alcanzaría.
Para finalizar, una pregunta y una reflexión: si en determinadas comunidades autónomas coexisten dos lenguas oficiales, ¿por qué no otorgar los mismos méritos a ambas, es decir, por qué no dar los mismos 16 puntos en Euskadi a quien habla castellano, que es la lengua cooficial? Y la reflexión: si la política lingüística de las autonomías con lengua propia nos está llevando a este increíble nivel de estupidez, alguien debería plantearse con absoluto rigor y seriedad qué sentido tiene esto de la España de las autonomías.
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LIBROS
Jueves 06 de Septiembre, 2007
Artículo número ocho, inciso uno
Mañana sale a la venta —sólo de este lado del océano, por el momento— España, Perdiste, un libro que recopila aquellos textos de Orsai en donde, durante tres años, me dediqué a despotricar contra la cultura ibérica, desde los ojos exagerados, nostálgicos y pedantes de un argentino en el exilio. Con este volumen en la calle es posible que deje de escribir aquí esos textos de reivindicación nacional, un poco porque ya creo haber dicho lo que tenía para decir, y otro poco porque quejarse tanto provoca úlcera de estómago.
Ya es la segunda vez que uno de mis blogs se convierte en un libro de papel, con tapas, publicidad y gira promocional, y en este caso —como en Diario de una mujer gorda— también ocurrirá que los textos completos, además de estar a la venta en las góndolas de las librerías desde mañana, permanecerán, de forma gratuita, en Internet. No un poco. No un adelanto. No uno o dos capítulos. No una muestra gratis. Sino en su totalidad.
Lograr esto no ha sido una tarea sencilla, puesto que la editorial que publica mis libros es una empresa multinacional, y estas compañías (tan grandes, tan serias) no están acostumbradas a vender algo que la gente de a pie puede conseguir también de forma gratuita.
Existe, en el comercio tradicional ya en decadencia, la sospecha de que las obras culturales (los libros, los discos, las películas) deben guardarse bajo siete llaves para poder venderlas después con el valor agregado de la exclusividad. De este modo ocurrían los negocios en el siglo XX, y de este modo, también, quienes no podían adquirir un bien cultural debían aguantarse y no disfrutarlo.
Estoy encantado de que estos métodos escurridizos y mezquinos estén cambiando. Algunas veces lo hacen de manera forzada, y otras tienen que ver con el diálogo entre los autores y las empresas que los patrocinan. En mi caso, este diálogo fue civilizado y humano.
Inicialmente la editorial (por costumbre y tradición) me pidió que quitase los textos online que serían publicados en papel, a efectos de preservar el negocio. El de ellos y el mío. Como es lógico, les dije que tal cosa me resultaba imposible de hacer. No por ética ni por generosidad, ni mucho menos por cabezonería, sino por vergüenza. Yo no podía regalar algo y más tarde, por el solo hecho de participar en un negocio, quitárselo a los agasajados.
—Permítame usted que le arranque de las manos este obsequio que le hice el año anterior, porque ahora es mi deseo poder vendérselo a quince euros.
No, no me parecía lógico.
Estaba dispuesto a resignar mi contrato a causa de este impedimento vergonzoso, pero entonces descubrí algo que (por prejuicio) no pensé que pudiera ocurrir. Los editores no se cerraron en banda al oír mis planteos, no me dieron una patada en el culo por comunista y por hippie. Por el contrario, me escucharon e, incluso, les pareció que el mío era un argumento razonable.
Entonces redactamos, a cuatro manos, una cláusula inédita en mi contrato, que espero siente precedentes para futuros autores. Es un inciso a la cláusula número ocho, que en su versión estándar dice que “EL AUTOR no podrá autorizar, sin permiso de EL EDITOR, la reproducción total o parcial de ningún capítulo de la obra”; en la versión corregida se aclara que esto sigue en pie, “a excepción de los derechos de web, que pertenecen en su totalidad a EL AUTOR”.
De este modo, la empresa editorial acepta, por primera vez, que está dispuesta a comercializar un producto cuyo núcleo (el texto) permanece en un sitio público, de forma gratuita y al alcance de todos los que deseen hacer uso de él.
Por mi lado, yo creo que los libros, los discos y los dvds son, más que bienes culturales exclusivos, objetos hermosos. Yo me descargo de Internet series y libros, películas y música, pero si alguna obra me vuela la cabeza necesito poseerla de un modo físico. Y, lo que es más importante, tengo la necesidad de recomendarla y también de regalarla para un cumpleaños, o de obsequiársela a otro porque sí.
Lo que no suelen entender las empresas tradicionales (y en decadencia) es que nadie obsequia para un cumpleaños un disco virgen con canciones, ni las hojas impresas en .pdf de una novela, por ejemplo. El obsequio sigue manteniendo su hálito de exclusividad, su toque distintivo de amor y fraternidad, y todos sabemos que los objetos más obsequiados son los discos y los libros. Y que todo el mundo cumple años y tiene amistades, parejas y parientes cercanos.
Desde este espacio en la Red, y justo hoy que el nuevo libro está a punto de salir a la calle, me gustaría recomendar a escritores y narradores que publiquen sus obras, al completo, en sus espacios virtuales, al mismo tiempo o un poco antes de su salida a la venta. Me gustaría aconsejar que conversen sobre el tema con sus empresas editoriales, que intenten educarlas en las nuevas formas de venta y promoción de las obras. Con suerte ellos, los otros, en vez de morder y ladrar, quizás tiendan la patita y muevan la cola.
Para ayudar a esa decisión, para subrayar este consejo, y también porque confío (con ingenuidad y con pasión) en que el mundo está cambiando y en que hay que ayudar a que ese cambio se produzca, les dejo ahora el libro completo que mañana sacará a la venta una multinacional, y que lleva mi nombre en la portada.
Prólogo
1. Las costumbres
• Cagar leyendo, un placer rioplatense
• El tipo aburrido de la mesa del fondo
• La pluma, el Chimbote y la palabra
• Guillotina tiene nombre de mujer
• Un asadito, por el amor de dios
• Buenos Aires
• Argentinos, a los besos
2. El deporte nacional
• Del dolor y de la fiesta
• En Europa no se consigue
• Nueva teoría sobre los horóscopos
• ¡No digas nada, no quiero saber nada!
• Prohibido decir negro de mierda
• Recetas Argentinas de exportación
3. La mentira
• Hay 35 mentiras en su correo
• Las teleoperadoras también lloran
• El nuevo argentino es una copia pirata
• ¿Me tenés inadmitido?
• El chistoso es una lacra social
• Pequeña teoría de las especies
4. La nostalgia
• Próximo destino, la memoria
• Borges, desde el tablón
• Yo es otro
• Mi sofá, mi casa, mi embajada
• Las fiestas del hemisferio norte
5. La sociedad
• Yo soy un niño barato
• Negro que muerde blanco no es noticia
• Breve paseo por la autocensura
• El humor es un perro mutante
• A mí me decían El Gordo Boludo
• ¿Mi última voluntad? Que te calles
• Disculpe, ¿me dice dónde hay un kiosco?
6. La humanidad
• La verdadera edad de los países
• Al planisferio le sobran cosas
• Ya no sabemos qué inventar
• Elogio a la punta de la lengua
• Acordate de olvidarte
• Los quiénes y los porqué
Epílogo
• Hace seis años también era domingo
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"Dios concédeme serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar aquellas que puedo y sabiduría para reconocer la diferencia".
"Y yo pregunto a los economistas políticos si han calculado el número de individuos que es necesario condenar a la miseria, al trabajo desproporcionado, a la desmoralización, a la infamia, a la ignorancia crapulosa, a la desgracia invencible, a la penuria absoluta para producir un rico"
Foto enviada por el autor del post.
23 de julio.- Hay un tipo que canta por los chiringuitos de 'pescaíto' de Málaga. Por su aspecto, podría ser perfectamente el cuarto Chicho. Lleva un Jané tuneado para acarrear su loro y un pedazo de amplificador. Y es un genio. (Por cierto, voy a ver si encuentro una foto para ponerla aquí).
Mientras la gente está comiendo en la terracita frente al mar, relajada, va pasando un rumano tras otro tocando el acordeón para ganarse unas monedas. Todos tienen un repertorio parecido, del tipo 'Los niños de El Pireo', 'Una Paloma Blanca'…. Y en un momento dado llega Él. Es su turno.
Ceremonioso, con una parsimonia sobreactuada, planta su carrito-ampli delante del personal y, con ese aire teatral, saluda a su público como si fuera Raphael en el Madison Square Garden. Con un sentido del humor pasmoso. Entonces le da al play, comienza a sonar la música rumbera a todo volumen, y el tío empieza a cantar.
No sé exactamente si canta bien o mal. Se marca sus 'Oví, ová', 'Me sabe a humo', '¿Qué tendrá Marbella?', ese repertorio que no sobrevivió al Musicassette. Pero cómo actúa. Qué morro. Y en mitad de la calle. Interpreta cada canción como si fuera Hamlet. Suplica, se enfada, estruja en un abrazo a alguien invisible, se da puñetazos en el pecho. Si la canción va, por ejemplo, de una mujer (perdón, gachí) que le ha puesto los cuernos él canta a su alrededor, la señala amenazante, se postra ante ella, la ignora con desprecio. A todo esto, al espectador medio le pilla el show chupando una cabeza de gamba, y alucina ante lo que está ocurriendo. El descojone es generalizado.
Cuando acaba sus cinco o seis canciones, la terraza entera le ovaciona. El personal está epatado, y comienza a echar mano del bolsillo para darle algo. Pero el tipo los detiene: ¡Quietos todos! Se mete entre las mesas y se marca un discurso. Con dos cojones, comienza a decir que muchas gracias, pero que él no quiere dinero, que él canta por su propia satisfacción, por el aplauso y el calor de la gente, que eso es lo que a él le alimenta. El público alucina. Y a continuación se marca, con tono lastimero, un 'Pero es que le tengo que cambiar las pilas al radiocassette', y cierra los ojos como si fuera a llorar. Aplausos, carcajadas. Menudo crack. La gente vuelve a sacarse dinero y, el que no pensaba darle nada porque no le gustaba su música, acaba apoquinando porque ese final le ha trastornado. Y logra muchísima más pasta. Ah. Cuando el tipo se va, les juro que queda un vacío, un silencio... Ojalá hubiera durado un rato más. Mierda, ahora llega otro con su acordeón.
Como paralelismo es un poco chungui pero, al final, en publicidad también se trata de ser El Chicho en un mar de rumanos, buscándole los cinco pies al gato para sorprender, diferenciarse y encandilar.
Y esto, se lo juro, lo escribo con envidia y admiración. Este cantaor, los chirigoteros de Cádiz (el Selu, el Yuyu y tantos otros). Qué cantidad de gente hay pululando por ahí con un talento descomunal, intuitivo, brillante, y andan cambiando bujías a diario en Tiendas Aurgi, reponiendo en hipermercados o sirviendo carajillos. Qué injusto. Qué síndrome del intruso. O del rumano.
fuiste la luz de mi vida
y mi musa preferida
pero todo se acabó
fuiste mi cruz de rosario
mi suerte en el calendario
la dueña de mi colchón
fuiste un tango puro y duro
escrito en papel oscuro
que no quiero ni cantar
una guitarra sin cuerdas
un collar falso de perlas
que nunca vieron el mar
fuiste un jardín de malvones
un vinilo sin rayones
una dama de verdad
que duro quince minutos
y ahora me dejas el luto
de no querer verte mas
fuiste una Lady Madonna
fuiste un gol de Maradona
fuiste la mano de Dios
fuiste todo pero fuiste
yo no se si me entendiste
que te estoy diciendo adiós
fuiste el día que me quieras
fuiste Gardel y Lepera
y la isla de Camarón
fuiste en Madrid Hortaleza
y en Buenos Aires princesa
reina mi corazón
fuiste la luz de mi vida
y mi musa preferida
que ya no puede inspirar
ni un tango ni una ranchera
ni un solo verso siquiera
solo esta canción de adiós
y este fue mi testamento
de un amor que de contento
no me dejo ni el sudor
solo queda despedirme
con voz ronca pero firme
el mal trago ya pasó
medio vals mitad ranchera
le pongo el nombre que quieras
milonguita o rock and roll
aquí adelante de todos
te estoy diciendo a mi modo
te estoy diciendo a mi modo
buena suerte chau adiós
Científicos investigan el cerebro del hombre que inspiró la película de Hollywood. Su verdadero nombre es Kim Peek y recuerda de memoria 9.000 libros.
A Kim Peek le llevó poco más de una hora leer La caza del octubre rojo de Tom Clancy. Cuatro meses después, cuando le preguntaron si recordaba el nombre del operador de radio ruso del libro, Peek reprodujo todo el fragmento relevante en el que se hacía referencia al personaje.
Evidentemente, se trata de un hecho prodigioso. Sin embargo, para Peek —el "sabio" de la vida real en el que se basó el personaje de Dustin Hoffman en la película Rain Man— recordar algo de esta envergadura no significa más que un pantallazo de sus poderes. Para él es normal ya que sabe 9.000 libros de memoria. Puede darle indicaciones a la gente para que se ubique en diferentes ciudades de EE.UU. en base a mapas que memorizó hace años. Y recuerda perfectamente las fechas de todos los acontecimientos mundiales importantes.
Pero ahora hay más datos para agregar al prodigio de la memoria de Peek. Su cerebro puede ser la puerta que sirva para develar los misterios de la mente. Sucede que, actualmente, los científicos utilizan los estudios sobre las facultades de Peek para arrojar luz sobre la mente humana y abrir el camino para que la gente explote más su potencial intelectual.
Al menos, esto es lo que revela el último número de la publicación Scientific American.
"La historia de Kim nos revela que el cerebro humano es mucho más flexible de lo que pensábamos", dijo Darold Treffert, médico psiquiatra y uno de los autores del documento publicado por Scientific American.
"Como muchos otros sabios, sufrió una discapacidad en una zona de su cerebro, pero la compensó adquiriendo nuevas capacidades poco frecuentes en otras áreas. Esto demuestra que todos nosotros tenemos un potencial intelectual oculto. Al estudiar a Kim y otros sabios, podemos aprender a descubrir esos poderes", explicó el científico en la revista especializada.
Para profundizar y completar este estudio está colaborando la NASA. Desde la agencia espacial estadounidense se están llevando a cabo escaneos electrónicos del cerebro de Peek para intentar entender cómo usan los astronautas sus cerebros en el espacio.
Kim Peek, de 54 años de edad, nació con una deformidad en el cerebelo, en la base de su cerebro, y no tiene cuerpo calloso, el manojo grueso de nervios que normalmente conectan los dos hemisferios del cerebro.
De chico, se suponía que sufría un retraso mental grave. Recién después de mucho tiempo se descubrió que su condición era mucho más compleja. Tenía capacidades superlativas para la aritmética, pero no podía resolver las abstracciones de las matemáticas. En 1988, le adjudicaron un cociente intelectual de 87, muy por debajo del promedio. Sin embargo, algunos de sus resultados parciales se enmarcaban en el rango de la genialidad.
Peek tiene una mala coordinación física, pero una considerable capacidad de memoria, y en los últimos dos años logró convertirse en un pianista consagrado. Este último progreso —en un hombre de cincuenta y tantos años al que le faltan fragmentos importantes del cerebro— es particularmente importante, agregó Treffert.
Una clave para entender el estado de Kim es que sus hemisferios cerebrales derecho e izquierdo no están conectados. Nuestro cerebro izquierdo, donde se centra nuestra destreza lingüística, tiende a dominar nuestro cerebro derecho. Sin embargo, esto no fue lo que sucedió en el caso de Kim, lo que sugiere la posibilidad de que su cerebro derecho haya podido desarrollarse libremente.
Peek manifiesta poco interés personal en la gente más allá de los detalles aritméticos de su vida. En una conversación telefónica a su casa en Salt Lake City la semana pasada, me preguntó por mi cumpleaños. Cuando se lo dije, reaccionó con una frase. "Ah, nació un domingo", dijo, sin equivocarse.
"Es como bajar datos a un disco duro", dijo su padre, Fran, "excepto que el suyo nunca colapsa".Se acaba un año más y, por desgracia, regresamos a un estado anterior de las cosas que ya parecía superado.
Vuelven los violentos atacando el estado de derecho. Vuelven los opositores a las leyes, los que las aborrecen, los que las odian porque les incomodan les impiden acampar a sus anchas, los que no desean que haya un orden establecido.
Ayer vivimos una prueba más de los diferentes tipos de violencia (lo vi por la mañana y lo vi por la tarde). Lo viví por partida doble. A algunos eso les pareció perfecto.
Cualquier intento de dialogo se vuelve esteril ante los que quieren imponer la razón mediante las bombas o las voces. Resquicios de nuestro pasado primate.
Volvemos a tiempos pretéritos, tiempos de la dictadura de la fuerza y la sin razón. Donde las leyes solo amparaban al más fuerte. Donde las libertades estaban limitadas Algunos lo vivieron y a otros se lo contaron. Hubo un tiempo en que un grupo de individuos arrasaba haya donde iba. Un tiempo lejano pero no tanto. Algunos lo vivieron y a otros se lo contaron. También hubo un tiempo en que los dinosaurios dominaban la tierra. Algunos dinosaurios se caracterizaban por su impresionante volumen que contrastaba con su diminuto cerebro. Los dinosaurios se extinguieron (o no?). Lo sé porque me lo contaron.
El año nuevo es momento para el borrón y cuenta nueva. Para que los marinos que perdieron el norte dejen de hacer el grumete, arríen su bandera pirata y se embarquen en el único barco posible, el barco de la democracia y la legalidad. Para que los zorros cambien su piel de cordero por la de otro animal más doméstico. Que el cordero ya sufre bastante. Para que nuestro oso pardo deje de ser un animal en vías de extinción. Necesitamos más osos en esta tierra. Es un buen momento el inicio del año para que los violentos, los agresores del derecho, los limitados y muchos otros más visiten o re-visiten la Universidad, la nuestra, la de Oviedo y se empapen de la sabiduría que emana esta institución.
En fin, que tengáis todos un buen fin de año y pese a todo, que no se les atraganten las uvas a esos que todos sabeis.
FELICES FIESTAS