09 febrero 2005

Lo ultimo que leí: Fundación de Isaac Asimov

Guiado por una fama que le precedia, en mi opinión de forma infundada, me dio por leer la Trilogía de las Fundaciónes de Isaac Asimov. Está compuesta por tres volumenes (algo que era de esperar en una trilogía): Fundación, Fundación e Imperio y Segunda Fundación.
La verdad es que sólo pude con el primero. Me pasó como con el Señor de los Anillos, que una vez que vi lo que era el Hobbit decidí dejar los otros dos para otra vida.
El argumento nos lo resume Alberto Chimal de la siguiente forma
"En 1951, mientras la paranoia anticomunista crecía en América y Europa, Fundación apareció en las librerías de los Estados Unidos. Era un volumen con cinco cuentos, cuatro de ellos publicados cerca de diez años antes en la revista ASTOUNDING SCIENCE FICTION de John W. Campbell, y uno más, inédito, que servía para dar a la colección su telón de fondo: un futuro remoto en el que la humanidad ha poblado la galaxia y es gobernada por un Imperio en apariencia fuerte, pero que se desmorona poco a poco, víctima de conflictos internos, de su tamaño descomunal y, particularmente, de la decadencia de su tecnología: muchos mundos han vuelto al carbón y al petróleo por no ser capaces de reparar sus viejos reactores atómicos, y las ciencias físicas han sido abandonadas en casi todas partes. Poco antes de su muerte, el viejo psicohistoriador Hari Seldon, pionero de su disciplina (que es capaz de predecir, con ayuda de matemáticas muy avanzadas, el comportamiento de grandes poblaciones humanas), anuncia que el Imperio no sobrevivirá más que unos pocos siglos más y que a su desintegración seguirá un periodo de barbarie, una Edad Media a escala cósmica, cuyo final es tan remoto que no puede verse. Pero Seldon se propone evitar la catástrofe, y para ello formula un plan curioso que conocemos en el segundo cuento: con fondos del Imperio, acondiciona el planeta más remoto de la galaxia (bien llamado Terminus) y establece en él a la Fundación, una empresa cuyo propósito ostensible es compilar todo el conocimiento humano en una obra definitiva: la Enciclopedia Galáctica. Los últimos científicos, técnicos e intelectuales de la galaxia se trasladan a Terminus, un mundo sin mayores recursos ni atractivo, para llevar a cabo el trabajo, y los primeros párrafos del cuento pintan a la Fundación como una gigantesca dependiencia gubernamental: pequeños juegos de poder, conflictos con administradores y autoridades civiles, etcétera. Pero poco después, las provincias alrededor de Terminus se separan del Imperio y se convierten en reinos, ansiosos de expandirse a costa de los enciclopedistas. El Imperio les da la espalda, y la situación es desesperada cuando un mensaje de Hari Seldon, colocado en una especie de cápsula del tiempo, revela que los trabajos de la Enciclopedia sólo sirvieron para ocultar el verdadero propósito de la Fundación: es imposible evitar que el Imperio caiga, dice Seldon, pero la población de Terminus está allí para reducir el interregno de barbarie que seguirá a la caída, de modo que sólo dure mil años, y para convertirse en el núcleo de un Segundo Imperio, mejor y más poderoso. Sin más recursos que su ciencia y tecnología, aislada del Imperio moribundo por los crecientes reinos bárbaros, condenada a desaparecer a menos que se defienda, la Fundación no tiene sino un camino: convertirse en una nación, competir por el dominio de la galaxia, y durante el próximo milenio será siempre así: mediante la psicohistoria, Seldon ha previsto todas las crisis a las que Terminus habrá de enfrentarse, y ha arreglado las cosas de tal modo que, en los momentos de peligro, la mejor solución sea la única posible."
En resumen, no llega a la fama que le precedía y es perfectamente prescindible.

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