Los turistas mediterráneos veranerán en el sur de Ingleterra dentro de 10 años debido a las insoportables temperaturas que se alcanzarán en esta región como consecuencia del cambio climático, estima un estudio realizado por científicos de ocho países europeos. El estudio señala que las olas de calor serán cada vez más peligrosas y prolongadas en la mayor parte de Europa, que las estaciones frías serán mucho más cortas y que los días fríos con temperaturas bajo cero se reducirán para el año 2070 hasta un total de cuatro meses. Una de sus conclusiones más alarmantes es que las centrales nucleares dejarán de funcionar porque no podrán contar con las aguas de los ríos en verano para el enfriamiento de los reactores.
Por Marta MoralesLos españoles podríamos empezar a veranear en las playas del sur de Inglaterra si continúa el cambio climático, según un estudio del que informa la University of East Anglia Norwich en un comunicado. El estudio, de tres años de duración, fue realizado por científicos de ocho países europeos.El estudio, realizado dentro del proyecto MICE (Modelling the Impact of Climates Extremes), fundado por la UE, ha analizado el impacto en los próximos ocho años del cambio climático en seis sectores específicos de la economía europea.Los europeos del sur de Europa terminarán pasando sus vacaciones en el norte y los tradicionales turistas del mediterráneo abandonarán zonas como Benidorm debido a las altas temperaturas que se alcanzarán, realmente insoportables para el organismo.Graves pérdidas económicasSegún este estudio, los peligros del calentamiento global para la economía no se están teniendo en cuenta a la hora de tomar decisiones en ciertos sectores económicos, lo que podría ocasionar graves pérdidas a largo plazo.La recopilación de datos durante los tres años que ha durado la investigación no deja lugar a dudas de las trágicas consecuencias que el cambio climático tendrá para todos: las olas de calor serán cada vez más peligrosas y prolongadas en la mayor parte de Europa, las estaciones frías serán mucho más cortas, y los días fríos con temperaturas bajo cero se reducirán para el año 2070 un total de cuatro meses.Además, el sur de Europa y el Mediterráneo experimentarán prolongadas sequías y falta de lluvias, el norte de Europa se mantendrá húmedo pero los periodos de sequía serán cada vez más frecuentes en verano; habrá un aumento de la lluvia en invierno en toda Europa lo que propiciará inundaciones y contaminación de las aguas y, por último, el número de tormentas desmesuradas aumentará en el oeste de Europa.Se ha estudiado el efecto que tendrán todos estos cambios en seis sectores de la economía europea: el turismo, la agricultura mediterránea, los bosques, el agua, y los seguros del hogar. La investigación ha consultado especialmente a las partes implicadas con las industrias, en lugar de centrarse en los responsables políticos.Adiós a los deportes de inviernoEn cuanto al turismo, el estudio revela que los deportes de invierno se verán afectados como consecuencia de una reducción de entre un 20 y un 30% del nivel de nieve para el 2020. Las preferencias para las vacaciones de verano, hasta ahora centradas en la zona mediterránea, se desplazarán cada vez más como consecuencia de la tendencia creciente de los europeos del sur de desplazarse hacia el norte en estas fechas para evitar el intenso calor. En 2003, Europa sufrió el verano más caluroso de la historia desde el año 1500.El agua, ese bien tan preciado, se verá especialmente afectada por el cambio climático. Inundaciones, sequías y contaminación serán hechos cada vez más severos y comunes durante inviernos cada vez más húmedos y cálidos. El agua de la lluvia llegará más rápidamente a los ríos como consecuencia de las cada vez más frecuentes precipitaciones y las cada vez más escasas nevadas.Graves problemas para la agriculturaEn cuanto a la agricultura, se esperan reducciones en la producción agrícola debidas al acortamiento de las estaciones y a episodios climáticos extremos. La agricultura también se verá afectada por las altas temperaturas que afectarán al periodo de floración y por las lluvias que tendrán lugar en épocas de nevadas. Este impacto se notará especialmente en el sur mediterráneo y en el norte de África.El aumento de los incendios forestales es otro punto negro del futuro de Europa. El aumento de las sequías y de los días de calor dispararán el riesgo de incendio. En 2003, se quemaron medio millón de hectáreas de bosque en la Europa Mediterránea, y cada hectárea supone para la economía europea entre 1.000 y 5.000 euros. En los bosques del norte de Europa también se sufrirán daños como consecuencia de inviernos más calurosos y sequías veraniegas.En cuanto a los seguros de la propiedad, se espera que los seguros de protección contra huracanes y tormentas de fuertes vientos aumenten en el Reino Unido en un 15% entre 2070 y 2099.Por último, los sistemas de generación de energía también entrarán en crisis. Del lado de la producción, las centrales nucleares, por ejemplo, no podrán contar con las aguas de los ríos en verano para asegurar el enfriamiento de los reactores, que entonces se recalentarán y no podrán funcionar. Del lado del consumo, el uso cada vez mayor y más continuado de sistemas de aire acondicionado desbordará la demanda en verano.Todos estos cambios en el clima generarán unos gastos extra para la economía. Los investigadores advierten del riesgo, y señalan la responsabilidad de los políticos de tomar medidas urgentes para los próximos veinte años.
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