27 febrero 2005

Descubrimos una web-trampa de recargas de móviles para robar datos bancarios

Parece que la picaresca en Internet no para de sorprendernos, cada dí­a conocemos nuevos métodos que utilizan los delincuentes para intentar robar datos a posibles ví­ctimas. Hace unos días recibimos un e-mail de un internauta donde nos avisaba de una posible Web-trampa que simula realizar recargas a móviles de compañí­as que operan en España.
Martes, 22 febrero 2005 ASOCIACIÓN DE INTERNAUTAS, VÍCTOR DOMINGO
Con un suculento "gancho" paga menos y recarga mas, es la forma de atraer a sus posibles víctimas; "Paga 20 € y te recargamos 30 euros", "llevate un 50% mas".
Incluso te garantizan que las recargas se realizan a través de "SU SERVIDOR SEGURO" que esta certificado por VeriSign Secured que podemos comprobar que tampoco es cierto.
Por ahora todo parece correcto, la sorpresa esta cuando vamos a realizar la recarga de nuestro numero telefónico se puede comprobar que los datos que nos solicitan son bastantes comprometidos para el futuro de nuestra tarjeta bancaria.
https://recargatorg.secure.powweb.com/recarga.php
Si rellenamos los campos con datos falsos da igual que sean letras en los campos numéricos ya que no valida ningún campo, solo comprueba que no dejes los campos vacíos, tampoco comprueba si aceptas el "contrato" de condiciones, que recomendamos leerlo ya que su contenido puede ser sacado del club de la comedia;
"Estas condiciones generales regulan el contrato establecido entre Telefónica&Moviles. S.L. destinado al servicio de recarga de terminales de prepago MoviStar, Vodafone y Amena."
"En particular, y con el propósito de prevenir potenciales usos fraudulentos de tarjetas de crédito ajenas, RECARGA-T.NET solo aceptará tarjetas securizadas, ya que garantiza la máxima seguridad en la compra On-Line por Internet."
Una vez finalizado el formulario rellenado con todos nuestros datos bancarios, le damos a la opción "Realizar Recarga".
Con la desagradable sorpresa que no se puede realizar la recarga por problemas técnicos; "Debido al gran número de recargas efectuadas" pero con la certeza que acaba de dar usted todos los datos bancarios a estos posibles timadores.
El dominio "www.recarga-t.org" esta registrado a "jamaikan@gmail.com" que junto al dominio "recarga-t.com" fueron dados de alta el 25-1-2005.
Y para finalizar este articulo realizamos una captura para comprobar que la seguridad del servidor seguro no lo es tanto;
http://www.recarga-t.org/images/ Recordamos a los internautas noveles que tengan mucha precaución cuando realicen cualquier tipo de pago on-line y compruebe que el sitio web donde se realizan sea de confianza;
- Compre en paginas donde se identifique el vendedor.
- Compruebe los plazos de entrega del producto o realización del servicio.
- Antes de dar los datos de su tarjeta de créito, compruebe que es una página segura.
- Lea las condicjones del contrato.
La Asociación de Internautas ha puesto en conocimiento de las Fuerzas de Seguridad del Estado la existencia de esta web-trampa.
Agradecemos a M.A.N.U por la gentileza y rapidez en denunciar este tipo de estafas en Internet.

23 febrero 2005

De reventa y contable a dueño de medio Madrid

El imperio de los Reyzábal, del que la torre Windsor era el símbolo más preciado, fue levantado por el patriarca, 'don Julián', humilde, devoto y avispado campesino burgalés
MIGUEL MORA - MADRID EL PAIS, 20/02/05

"Si don Julián hubiera visto la torre ardiendo, se moría otra vez". Esta frase, dicha con congoja por un estrecho colaborador del patriarca de la familia Reyzábal, resume bien lo importante que fue para aquel hombre de campo, religioso y discreto el edificio Windsor.
Cuando la torre se abrió, en 1979, pocos meses después de su muerte (falleció el 31 de agosto de 1978, a los 74 años), esos 106 metros encarnaban la fortuna que legó a sus hijos Julián Reyzábal, un campesino nacido en Caleruega (Burgos), emigrado primero como reventa de cine a Bilbao y luego como contable a Madrid. "Vio la torre terminada, y para él era la culminación de 40 años de trabajo: una renta vitalicia para sus herederos", indica la misma fuente, que prefiere guardar el anonimato.
Julián Reyzábal amasó duro a duro, año a año, una incalculable fortuna. Pero cuentan los que lo conocieron que su único afán fue educar y dejar bien situados a sus siete hijos (José María, Julián, Florentino, Eduardo, Milagros, Fortunato y Jesús, El Cachorro): "Siempre decía que el dinero para poco tiempo en las familias; y él quería evitar el refrán 'padre mercader, hijo caballero, nieto pordiosero".
El perfil que surge de las opiniones oídas sobre don Julián habla de un tipo austero, muy familiar, cazador, amante del campo y forofo de la pelota vasca (fue jugador de más voluntad que éxito, pero los que le vieron lo pintan fuerte como un roble y con unas manos gigantescas y deformadas). Reyzábal era gente de orden, un conservador que se movió como pez en el agua en un país paralizado por las secuelas de la guerra. Un viejo empleado suyo añade que era hombre de "buenos sentimientos, con mucho genio a veces, pero muy respetuoso con todas las ideologías".
Sobre todo era un gran devoto de la Virgen de Begoña. En su casa de verano de Miraflores de la Sierra (Madrid), don Julián construyó en su honor, en 1952, la Gruta de Nuestra Señora de Begoña, gélido y delirante oratorio de granito con una imagen de la patrona de Bilbao y un Cristo de hierro que esculpió un sobrino suyo. Allí celebra la familia cada 31 de agosto el funeral por el patriarca, y allí peregrinan en verano (el viernes, a dos grados bajo cero, no había ni un alma) cientos de devotos de la Virgen vasca.
La historia personal y empresarial de Julián Reyzábal es también la de un visionario iluminado con el don de anticipar cómo y por dónde crecería la ciudad de Madrid. Reyzábal compró la finca rústica donde luego construyó el edificio Windsor hacia 1958, en una época en que en la orilla izquierda de la Castellana sólo había baldíos, olivos y ovejas. "Diez años después se hizo la parcelación urbana de Azca, y entonces Reyzábal actuó: le compró la mitad del solar al Banco Central para construir la torre él solo", recuerda un colaborador suyo.
Debía ser a finales de los años 60 cuando, según cuenta la leyenda, don Julián abrió durante un consejo de familia un armario lleno de billetes hasta arriba y les preguntó a sus hijos qué hacer con aquel superávit de cientos de millones de pesetas, fraguado durante 30 años de explotación de su holding de salas de cine. Cuando oyó a todos, cerró el armario, abrió otro y les dijo: "Haremos esto". Dentro estaba la maqueta de la torre Windsor.
Hijo y nieto de labradores y capadores de cerdos, Julián Reyzábal había nacido el 5 de septiembre de 1903 en la aldea de Caleruega. Siendo ya mozo, tomó su primera decisión genial: cambiar de oficio y de aires y marcharse a Bilbao. Allí se puso a revender entradas, en el Coliseo Albia y otros cines grandes, los mismos que años después convertiría en parte de su patrimonio. Con el dinero que ganaba en la reventa se pagaba las clases de contabilidad, y así se pudo casar con Milagros Larrouy Orive, hija de una "familia muy maja de Bilbao", dice un amigo, y, según reza un cartel en La Gruta, "gran mujer y más aún madre".
Antes de la Guerra Civil, la pareja vivía ya en Madrid con sus tres niños, José María, Julián y Florentino. Al estallar la contienda, Milagros se trasladó a Bilbao a ver a la familia y no pudo volver a la capital: el cuarto hijo, Eduardo, sería el único bilbaíno de los siete que nacieron.
La pareja había llegado a Madrid hacia 1930 con una mano delante y otra detrás, pero Julián fue contratado como contable en SAGE, una distribuidora de cine. Allí trabajó unos años, hasta que "un día se hartó de apuntar beneficios para otros, dijo 'coño, esto lo puedo hacer yo' y, con siete mil duros que le pidió a un amigo, alquiló un solar cerca de Manuel Becerra y montó un cine de verano".
Eso cuenta un viejo conocido suyo, y aunque lo de las pesetas prestadas puede ser falso, los Reyzábal no debían andar muy boyantes en aquella posguerra de depresión y estraperlo; de hecho, Milagros se puso a trabajar de taquillera mientras Julián regentaba el negocio y barruntaba otros.
Reyzábal hizo entonces su segundo movimiento genial: el campesino zorruno vislumbró que en aquella España cutre y de tercera, los cines serían un refugio, casi una segunda casa para aquella gente que no tenía otra cosa salvo hambre, tiempo y sabañones. "Se inventó las salas a la americana: butacas cómodas, baños de mármol, calefacción, refrigeración y sesiones todo el día. Así cambió los usos de la distribución: las copias se vendían por fechas, para tres pases diarios; él empezó a hacer seis o siete al día. Mismo coste, más beneficios", explica un veterano director que trabajó con él.
Reyzábal nunca dejó de cultivar su gran afición, el frontón. Construyó El Hogar de la Pelota en el mismo solar donde tuvo su primer cine. Después haría su propio frontón en la casa de Miraflores para enseñar a sus hijos varones los secretos del bote pronto. El mayor, José María, fue campeón de Castilla y de España de pala corta. Pero su ojo clínico le dijo que el mejor sería El Cachorro y así fue: Jesús Reyzábal fue varias veces campeón de España de pala por parejas en los años 60, y medalla de plata en los Juegos de México, 1968. Antes de eso, el dinero había empezado a llegar en tromba a las taquillas. Pero peseta que entraba, peseta que se invertía. Con olfato de cazador, Reyzábal fue comprando salas y salas, otro cine de verano, varios de invierno, y solares en barrios como Vallecas, sitios de aluvión por los que nadie daba un duro.
Quizá iluminado por Nuestra Señora de Begoña, el empresario anticipó el rumbo de la sociedad del ocio del futuro, y lo hizo con tanta fe que empezó a construir sus propias salas, lo que le metió, de lleno, en el negocio del ladrillo. A finales de los 50, Reyzábal era dueño de varios de los cines, locales e inmuebles con más glamour de Madrid y Bilbao: unos en la Gran Vía, otros en Fuencarral, Princesa o Goya, sin olvidar la periferia. La lista incluía el Montera (que fue el primero), el Palacio de la Prensa, el Carlos III, el Callao, el Ciudad Lineal, el Bristol, el París, los Roxy, el Consulado, el Bilbao (cuya marquesina se vendría abajo en 1993 causando seis muertos), el Canciller, el Versalles, el Victoria... Según otro relato romántico, Reyzábal compró el Callao en 1970 un día que la familia Curet estaba reunida en consejo. "Se presentó en las oficinas con el maletín, dijo 'quiero ese cine' y sacó los 168 millones en metálico", recuerda un ex empleado suyo.
Ese mismo hombre fiel explica que Reyzábal compró así, en crudo y en directo, muchos solares al sur y al norte de Madrid. "Sabía que valdrían muchísimo en el futuro. Así que iba con el coche y el dinero envuelto en papeles de periódico y se hacía el paleto. Le decía al pastor, o al que tocara: '¿Usted me vendería esto? Tengo aquí un dinero...'. Los impresionaba tanto que se iban al notario".
El gran pelotazo llegó entre 1955 y 1960. A medida que se iban licenciando, el patrón iba dando a sus hijos puestos de responsabilidad. A José María, el mayor, que le sucedería al frente del grupo, lo colocó al frente de la productora y distribuidora Izaro Films (Izaro es la isla de Vizcaya que se convirtió en logotipo de la empresa), boyante negocio que rodó y proyectó películas de bajo coste y gran recaudación en los años 60 y 70, en la mejor línea Alfredo Landa, Ozores, Esteso y Pajares. Izaro fue el prototipo del éxito de los Reyzábal, que primero estrenaban en sus salas y luego vendían las películas a los distribuidores de provincias.
Los demás hijos tampoco vaguearon: Jesús, el pelotari, que era aparejador, fue colocado al frente de las obras y construyó varios edificios en la Castellana; Fortunato (el economista), llevaba la administración; Florentino (abogado) seleccionaba películas; Eduardo (químico) se dedicó a los productos de belleza Reyza...
A Julián, o Juliancho, le gustaba el rock y su padre le encargó de las "salas de juventud", otro invento genial de don Julián, que aprovechó el desarrollo económico para ofrecer bailes y conciertos a la clase baja en los sótanos de los cines.
Llegaron las boites, las salas de fiesta para la burguesía pintona e incipiente, Xenon, Cleofás o Windsor (que luego sería alquilada al Corte Inglés, del que siempre anduvo tan cerca don Julián gracias a la amistad de su hijo Eduardo con los sobrinos de Areces), locales míticos en los que actuaron temporadas enteras Tip y Coll, Bigote Arrocet, Moncho Borrajo, Alberto Cortez, Serrat y otros, también extranjeros.
Don Julián apenas aparecía por allí, claro. Andaba ya mayor, y la muerte había empezado a acechar a la familia. Eduardo murió a los 45 años de un cáncer de laringe; Fortunato, de un infarto en una cacería a los 42... Don Julián llegó a septuagenario, pero no imaginó nunca que la torre de sus sueños, la que encarnó su poder financiero y reflejó el colosal amor paterno de un hombre entregado a sus hijos, acabaría ardiendo como una pira el 12 de febrero.
La fantasmal imagen del edificio, herido pero de pie, como el roble herido por el rayo, es quizá la mejor metáfora de este Julián Reyzábal que pasó de campesino, pelotari y reventa a multimillonario discreto. "Tenía pocos amigos", resume su leal colaborador, "pero la familia era todo para él. Yo lloré la otra noche viendo arder el edificio. Su aventura no merecía ese final".

19 febrero 2005

... malditos chinos, ellos de fiesta y yo sin cartuchos...

China festeja su año nuevo impulsada al consumo

Hoy comienza una de las tres semanas de oro impuestas por el gobierno para incrementar las ventas


SHANGAI.- Las vacaciones del Nuevo Año chino, iniciadas hoy, son una de las tres "semanas de oro" impuestas cada año por el gobierno para estimular el consumo, pero su valor para la economía del gigante asiático arroja luces y sombras. Algunas agencias de viajes consiguen un 30% de sus ingresos anuales durante estos tres períodos que caen a fines de enero o principios de febrero para la Fiesta de la Primavera, del 1 al 7 de mayo para la Fiesta del trabajo y del 1 al 7 de octubre para la Fiesta Nacional china. El gigante francés de la distribución Carrefour, que abrió 57 hipermercados en China, realiza un 20% de su volumen de negocios en los 60 días que rodean al Nuevo Año chino, ligeramente por encima del promedio, según Zhang Lixia, portavoz del grupo en Shanghai. Aunque este período estimula a algunos sectores de la economía, el sistema también satura los transportes del país y causa un notable freno en la actividad económica durante tres semanas por año. Las "semanas de oro", instauradas desde el 1° de mayo de 2000, generan un éxodo vacacional, al menos entre los chinos que tienen los medios para ello. "El consumo de masa que se genera causa graves tensiones entre la oferta y la demanda, en especial en los destinos turísticos, los servicios y los transportes", constata Zhang Guangrui, director del Centro de investigaciones sobre el turismo, de la Academia de Ciencias Sociales. Según la Asociación de consumidores chinos, la cantidad de querellas por precios abusivos o por malos servicios aumentaron el año pasado un 25% durante las semanas del 1° de mayo y 1° de octubre. El gobierno, más sensible ahora que antes a la degradación del patrimonio cultural y natural generado por el turismo en masa, prevé distribuir mejor el tiempo libre de los ciudadanos de las urbes, que representan 40% de los 1300 millones de habitantes del país. Según un informe de la Comisión para el desarrollo y reforma del año 2005, las "semanas de oro" del 1° de mayo y del 1° de octubre podrían ser suprimidas y reemplazadas por fines de semana de cuatro días, instaurados al fin de cada mes. Para ello, los chinos tendrían que renunciar a un día de fin de semana durante las tres primeras semanas de cada mes. Hoy, para obtener las "semanas de oro", los chinos deben trabajar el fin de semana precedente y el siguiente, para luego poder "hacer puente" durante siete días. La reforma permitiría sin duda escalonar los desplazamientos de la población, que se concentran ahora a principios de mayo y octubre. Pero la gran migración del Año Nuevo chino, tradicionalmente vinculada a reuniones de familia, se mantendrá seguramente. Ante la llegada del nuevo Año del Gallo, el gobierno considera que el número de viajeros será de unos 200 millones de personas, cerca de la mitad de la población de Europa. Un antiguo festejo El Año Nuevo es uno de los festejos más antiguos de la tradición china, por lo que millones de personas se engalanan y tocan los tambores, porque según la tradición, comienza la Primavera y con ella, todo lo bueno. La celebración se inició con el espectáculo "Kai Men Hon", que significa "abrir la puerta a la alegría", de la escuela de danza de Sichuan, como símbolo de buena suerte para el nuevo año del gallo.
Fuente: AFP

La última peli: La terminal

Me emocionó y me gustó. El maestro Spielberg sabe como nadie manter el hilo narrativo de una historia aún siendo poco creible. A Spielberg se le podrá tildar de demasiado comercial o mercantilista pero a alguien capaz de dirigir "La Lista de Schindler", "Salvar al soldado Ryan" o "AI" por citar sólo las que más me gustan se le tiene permitir todo lo demás. No obstante no es este el caso.
"La terminal es el lugar por donde pasan todos aquellos viajeros que se preparan para abordar a sus aviones y en donde podemos disfrutar durante las dos horas que las aerolíneas nos piden que estemos presentes antes del vuelo, de una zona de ocio, compras y restauración, cómoda y placentera. En este lugar es donde Steven Spielberg basa la historia de su nuevo personaje, quien en este caso, no está solo de paso por La Terminal. Tom Hanks y Catherine Zeta Jones protagonizan esta comedia romántica que nos cuenta la historia de Víctor Navorski, un viajero que llega desde un país ficticio de Europa del Este llamado Krakhozia, al aeropuerto de Nueva York. Pero una vez allí, descubre que su país ha caído en un golpe de estado y que su pasaporte ya no es válido, por lo que deberá esperar en La Terminal hasta que su situación se regularice. Los días pasan y convirtiéndose en meses, y Víctor comienza a descubrir el universo que vive en La Terminal. Allí conocerá a Amelia, una azafata con quién comenzará un simpático romance. Pero, además del problema de tener que convivir en este lugar, también se encuentra Frank Dixon, un oficial que lo único que desea es conseguir que Víctor se vaya pronto del aeropuerto. Con un estilo muy clásico, Spielberg, nos trae esta historia sencilla y poco arriesgada, que a pesar de ser buena, termina sabiendo a poco. Una de los detalles perdidos en el filme es la ignorancia de la prensa en el asunto. Es obvio que si en pleno aeropuerto de Nueva York reside una persona, los periódicos, las cadenas de noticias como CNN y hasta la prensa amarilla no tardarían en hacerse con la exclusiva, pero en el filme no se hace ninguna referencia a este detalle. Uno de los detalles más bonitos de la historia es que los guionistas Sacha Gervasi y Jeff Nathanson han enfatizado más en la idea de la libertad personal, en lugar de la gravedad de la situación. Es fácil descubrir lo bueno de La Terminal: los actores, comenzando con Stanley Tucci en el papel del oficial Dixon que aunque crea una enemistad con el personaje de Hanks, la relación entre ambos lleva a los mejores momentos de la película, donde descubrimos que aunque Víctor se encuentre prisionero a la fuerza, Dixon es aun mas prisionero que él de La Terminal. Zeta Jones y Hanks hacen un trabajo excepcional, Hanks continua sobreviviendo después de Náufrago en esta terminal alimentándose de galletas con ketchup. Su personaje es adorable, y aunque Víctor no es realmente un héroe, ya que no lucha por ningún propósito en particular, Hanks consigue traspasar la pantalla con su trabajo. El trabajo de diseño de Alex McDowell es asombroso recreando la perfecta terminal de JFK. La película ha sido muy bien realizada, como cualquier otro trabajo de Spielberg, pero desafortunadamente la historia solo se convierte en una comedia romántica que no repercute en el verdadero problema que supone tanto social como político de una persona en esa situación."
http://es.movies.yahoo.com/db/f/2/0/2000184.html
"Steven Spielberg, con La terminal, se ha decantado por la comedia blanca, simpática y alegre teñida de un ligero tono dramático y de crítica social poco hiriente. Sin ser una de sus películas más logradas o inspiradas, es innegable la pericia técnica del invento, faltaría más. Dotada de un lujo visual delicioso y de una realización elegante que, incluso, despunta en ocasiones hacia lo deslumbrante, se centra en la, en principio, kafkiana odisea de un extranjero atrapado en un aeropuerto norteamericano como consecuencia de la demencial burocracia y las leyes inquebrantables.
Tom Hanks, como suele ser habitual, está fantástico y se adivina como el intérprete ideal para encarnar a este curioso personaje encerrado en un delirante limbo. A su lado, Stanley Tucci vuelve a confirmar su categoría como actor mediante su papel de cómico jefazo sin escrúpulos. Y, por lo que se refiere a Catherine Zeta Jones, guapísima como siempre, se limita a cumplir su cometido en una prescindible y demasiado imposible historia de amor con el bueno de Navorski. Es ahí donde la película empieza a hacer aguas, en ese romance sin química totalmente innecesario.
Aunque bien es cierto que, si rascamos un poco, encontramos algunas pullas amargas contra el sistema (el papel y trato a los inmigrantes, la burocracia que nos esclaviza, la política, etc...), Spielberg parece pasar de puntillas y no tener la intención de profundizar demasiado. Más bien, otorga importancia al elemento cómico, en ocasiones bastante logrado por medio de ciertos gags (atención a la sensacional escena en la que el personaje de Tucci observa, impacientemente y a través de una cámara, a un Navorski que se resiste a escapar), y potencia una loa hacia la solidaridad, la amistad y la unidad.
La parte final, centrada en el misterio de la condenada lata, se me antoja intrascendente y, quizás, demasiado sentimental.
En cualquier caso, una película notable, entretenida; un respiro, creo yo, de su director en la magnífica etapa de madurez iniciada con Inteligencia Artificial. Será la próxima La guerra de los mundos la que desvele si Spielberg sigue por el buen camino o si, por el contrario, ha entrado en lo banal. "
Una película muy recomendable a mi juicio.

16 febrero 2005

Canción (7): "Un asturiano en Madrid" de Dark la eme

Siempre preferi ir de sidras a ir de cañas
te tira lo de aqui a nadie engañas
me gustaba ir junto al rio,al paseo
con el charly
la noche el humo elena y darky
gijon,la brisa,el mar,los montes
crew, gascona en san mateo
la vida alli era como un recreo
estoy en el camino a ser feliz
pero no me olvido
soy un asturiano en madrid
el otoño,el amaguestu,tardes de viernes la plaza
el comando maceta,la amenaza
verano en llanes...
nos lo enciendes o lo tapas,en luanco
ultimo tren a campomanes
duro metal y latin jazz
nieve en el valle del huerna
moreda y figaredo, las abuelas
la sidra aqui no sabe igual que alli,
que va! que esperas
soy un asturiano en madrid
el 8 de septiembre, el color azul mi favorito
el verde intenso es lo k piso
los martires,victor manuel
noche celta,abelugo y cabileño
tenerte arriba,poner empeño
cerraron tus minas,
te han engañado en un concilio
condenaron a tus hijos al exilio
tratos con el sur
te vamos a prohibir cualquier idilio
fue un error,por ello enciendo un cirio
..y me encanta el frio
la niebla cubriendo los montes
las leyendas de trasgos en invierno
potes el puente la xalana
carretera de aviles
asturias paraiso natural,o no lo ves
y me preguntan con sonrisas que si tengo vacas
si..las voy a soltar todas
por la castellana
zombis destrozados en el metro
se me nota mi acento
gente infeliz,soy un asturiano en madrid
inmigrante,legal sin papeles
soy un asturiano en madrid
asturias, si yo pudiera
si yo supiera cantarte
y llevarte en mi cancion como estandarte
por si te vencen
pa ayudar a levantarte
y patearles el culo desde pajares hasta marte
leyes de botellon
cierres de bares por rollo legal
que lo intenten,como en mieres...
diez maderos en el hospital
la fama de borrachos es por algo
y dinamitera
cohetes en tubos contra antidisturbios
huelga minera.
que franco les tuvo mas miedo que al coco
que aqui no habia guerra
mientras ya habia caido españa entera
la estrella roja ilumina el portal del eden
se de donde vengo, !que te den!
no soy ningun aprendiz,soy un asturiano en tu madrid
inmigrante,legal sin papeles
soy un asturiano en madrid

09 febrero 2005

Lo ultimo que leí: Fundación de Isaac Asimov

Guiado por una fama que le precedia, en mi opinión de forma infundada, me dio por leer la Trilogía de las Fundaciónes de Isaac Asimov. Está compuesta por tres volumenes (algo que era de esperar en una trilogía): Fundación, Fundación e Imperio y Segunda Fundación.
La verdad es que sólo pude con el primero. Me pasó como con el Señor de los Anillos, que una vez que vi lo que era el Hobbit decidí dejar los otros dos para otra vida.
El argumento nos lo resume Alberto Chimal de la siguiente forma
"En 1951, mientras la paranoia anticomunista crecía en América y Europa, Fundación apareció en las librerías de los Estados Unidos. Era un volumen con cinco cuentos, cuatro de ellos publicados cerca de diez años antes en la revista ASTOUNDING SCIENCE FICTION de John W. Campbell, y uno más, inédito, que servía para dar a la colección su telón de fondo: un futuro remoto en el que la humanidad ha poblado la galaxia y es gobernada por un Imperio en apariencia fuerte, pero que se desmorona poco a poco, víctima de conflictos internos, de su tamaño descomunal y, particularmente, de la decadencia de su tecnología: muchos mundos han vuelto al carbón y al petróleo por no ser capaces de reparar sus viejos reactores atómicos, y las ciencias físicas han sido abandonadas en casi todas partes. Poco antes de su muerte, el viejo psicohistoriador Hari Seldon, pionero de su disciplina (que es capaz de predecir, con ayuda de matemáticas muy avanzadas, el comportamiento de grandes poblaciones humanas), anuncia que el Imperio no sobrevivirá más que unos pocos siglos más y que a su desintegración seguirá un periodo de barbarie, una Edad Media a escala cósmica, cuyo final es tan remoto que no puede verse. Pero Seldon se propone evitar la catástrofe, y para ello formula un plan curioso que conocemos en el segundo cuento: con fondos del Imperio, acondiciona el planeta más remoto de la galaxia (bien llamado Terminus) y establece en él a la Fundación, una empresa cuyo propósito ostensible es compilar todo el conocimiento humano en una obra definitiva: la Enciclopedia Galáctica. Los últimos científicos, técnicos e intelectuales de la galaxia se trasladan a Terminus, un mundo sin mayores recursos ni atractivo, para llevar a cabo el trabajo, y los primeros párrafos del cuento pintan a la Fundación como una gigantesca dependiencia gubernamental: pequeños juegos de poder, conflictos con administradores y autoridades civiles, etcétera. Pero poco después, las provincias alrededor de Terminus se separan del Imperio y se convierten en reinos, ansiosos de expandirse a costa de los enciclopedistas. El Imperio les da la espalda, y la situación es desesperada cuando un mensaje de Hari Seldon, colocado en una especie de cápsula del tiempo, revela que los trabajos de la Enciclopedia sólo sirvieron para ocultar el verdadero propósito de la Fundación: es imposible evitar que el Imperio caiga, dice Seldon, pero la población de Terminus está allí para reducir el interregno de barbarie que seguirá a la caída, de modo que sólo dure mil años, y para convertirse en el núcleo de un Segundo Imperio, mejor y más poderoso. Sin más recursos que su ciencia y tecnología, aislada del Imperio moribundo por los crecientes reinos bárbaros, condenada a desaparecer a menos que se defienda, la Fundación no tiene sino un camino: convertirse en una nación, competir por el dominio de la galaxia, y durante el próximo milenio será siempre así: mediante la psicohistoria, Seldon ha previsto todas las crisis a las que Terminus habrá de enfrentarse, y ha arreglado las cosas de tal modo que, en los momentos de peligro, la mejor solución sea la única posible."
En resumen, no llega a la fama que le precedía y es perfectamente prescindible.

06 febrero 2005

Cine o Sardina de Guillermo Cabrera Infante

"...El homenaje que yo quisiera hacerle ahora se lo hizo la noche del estreno de Sunset Boulevard en Hollywood otra gran actriz, Barbara Stanwyck. La perversa heroina de una anterior película de Wilder, Pacto de Sangre, vio a Gloria Swanson en la acera, pequeña y atolondrada por tanta celebración súbita y sin decir nada, se acercó a ella, se arrodilló delante, cogió la falda de lamé entre sus dedos y besó la bata en silencio. Cuando Barbara Stanwyck se levantó vió, llorando, que Gloria Swanson lloraba. Se abrazaron y luego la Stanwyck se fue sin decir nada. Gloria Swanson se quedó en la acera, muda. Ahora comprendo por qué ella decía que antes (en el cine silente) fue grande. Hollywood, es evidente, era un gigante que empequeñeció al perderla"

Cita (8)

"Si usted tiene algo que decirme, por favor tenga la amabilidad de decirselo a cualquier otro"
Agnes Gekyll

Apuntes del balón de Jorge Alberto Valdano

"Rocco, mítico entrenador del Milan, sabía resolver con humor los ataques de ansiedad de su equipo. En la final de la Copa de Europa del 69, frente al Ajax en el Bernabeu, se mascaba la tensión en el autobús. Al llegar al estadio, Rocco se levantó y dijo: ' El que tenga miedo que se quede sentado, los demás bajen rápidamente´. Todos salieron como una bala hacia el vestuario, hasta que repararon en una ausencia. Volvieron al autobús y ahí estaba Rocco, sentado y muy serio. El equipo entero, muerto de risa, lo animó a bajarse. El ambiente ya se habia aireado [...]
Hay jugadores que cuando visitan el Bernabeu sólo les falta pedirle un autógrafo a Raúl a la salida de un corner. Hacen mal. Cuando el Sevilla de Bilardo jugó contra el Tenerife, Redondo le gritaba a sus compañeros, con calculada indiferencia, que marcaran al 10, como si no supiera que el '10' se llamaba Diego Armando Maradona. Los jugadores con personalidad respetan a las celebridades, pero cuando termina el partido. Dentro del campo al adversario hay que tratarlo con un gesto de desprecio para que no se agrande."

Cita (7)

"Los animales se parecen tanto al hombre que a veces es imposible distinguirlos de éste"
K'nyo Mobutu

03 febrero 2005

Libros recomendados (2): Juegos de la edad tardía

Lo leí hace mucho tiempo y me dejó un buen sabor de boca. Apenas recuerdo del libro trozos sueltos (la transformación del insignificante Gil Gil Gil en Dacio Gil Monroy) y el fino sentido del humor de la obra. Una obra humorística y con tonos crueles.
Realidad y ficción en Juegos de la edad tardía, de Luis Landero
Antonio Ubach MedinaUniversidad Complutense


1. La construcción del narrador.
Luis Landero, nacido en un pueblo de Badajoz (Alburquerque) en 1948, publica su primera novela cuando ya ha alcanzado una cierta madurez. Él mismo ha declarado en numerosas ocasiones que no fue su primera experiencia como escritor, y también que el proceso de elaboración de la obra fue largo y complicado.
En las Jornadas de novela actual, celebradas en la Facultad de Ciencias de la Información en 1990, y también en otros lugares1, ha señalado que una parte importante de su aprendizaje como receptor de historias y como narrador de las mismas se la debe a la tradición oral, personificada concretamente por su abuela, a la que reconoce como maestra en el género. Su novela, por tanto, es deudora de esa oralidad que sabe despertar el interés y mantener la atención del oyente utilizando todos los recursos de la narración.
Juegos de la edad tardía aparece en 19892, cuando en el panorama de la narrativa española se ha producido una diversificación considerable, a partir del final de la novela experimental que suponen la Saga/fuga de J.B (1972), de Torrente Ballester, y La verdad sobre el caso Savolta (1975), de Eduardo Mendoza, con respecto a situaciones anteriores, en las que predominaba una tendencia mayoritaria, cuando no exclusiva. El escritor, por tanto, ya no tiene que aceptar o rechazar un modelo narrativo, sino que puede incorporar elementos diversos en las nuevas obras que van apareciendo.
En una entrevista de 1994 (Prieto, 1994: 9) el autor confesaba su inicial interés por las novelas policíacas:
Quizá pueda pensarse que no es un buen aprendizaje literario, pero ese tipo de novela te enseña mucho, sobre todo a cierta edad. Te enseña a construir una historia, por ejemplo, y a crear ambientes. Son malas novelas, de acuerdo. Pero las malas a veces están bien hechas, del mismo modo que puede haber una buenísima novela mal hecha. Y yo creo que fue allí donde aprendí a contemplar panorámicamente una historia, cómo se manejan el espacio y el tiempo.
Otro descubrimiento importante y temprano fue el del Quijote, que siempre ha considerado un libro divertido, y también el inicio de la modernidad en el sentido de que realidad y literatura son las dos caras de una misma moneda, ya que ambos elementos conforman la idea del mundo del hombre actual, igual que sucede en el caso del personaje de Cervantes. Es a través de los héroes de ficción, dice Landero, y por tanto desde hace un siglo también de los del cine, como el hombre se relaciona con su entorno, hasta el punto de que la literatura se convierte en una parte más de la experiencia vital del individuo.
De ese "universo de papel", como él lo denomina, es de donde parte el escritor a la hora de ponerse a redactar su obra, y de donde en este caso también parte el protagonista de la novela. Pero eso no supone salirse del universo de lo real, puesto que allí, en las obras literarias, también está el mundo tal y como lo conocemos, no solo el del pasado sino también el del presente. Por ello el siguiente comentario a propósito del realismo como movimiento literario, que explica cómo está presente en sus obras:
Diríase que el arte, cuando lo es de verdad, siempre da cuenta de la realidad, pero de esto a veces nos enteramos muchos años después. Quizá porque la verdad, en arte, se expresa siempre a través de caminos insólitos. Y no es solo la verdad objetiva en aquel sentido en que Balzac decía que la novela es la historia privada de las naciones, sino también esas otras verdades que nacen de lo más secreto y profundo de nuestro corazón, y que reafirman el viejo afán del hombre de igualar el sueño, de decir lo indecible (Landero, 1994: 30-31).
La necesidad de aprehender en el lenguaje esos elementos de la realidad que son las emociones, los sentimientos y nuestro propio mundo reconstruido a través del recuerdo son parte del juego y tensión constantes que el escritor mantiene con las palabras para, explotando todos sus significados denotativos y connotativos, conseguir llegar a "decir lo indecible".
2. La construcción del relato.
En su intervención en las Jornadas mencionadas más arriba, Landero comentó que en un principio había redactado dos versiones de la novela en primera persona: "Al final me decidí a contarla en tercera pero retrospectivamente, lo cual encubre una primera persona porque lo que el autor cuenta es lo que el personaje recuerda. El autor le cede la voz, pero es el personaje el que sabe, el que recuerda, el que piensa con una voz prestada". Se trata, pues, de un narrador aparentemente de tipo tradicional en tercera persona, pero que narra la historia desde el punto de vista del personaje, es decir, es la experiencia de éste la que se va a transmitir al lector.
Así, por ejemplo, en la mañana en que comienza la novela se describe de este modo una de las habitaciones de la casa a la que se asoma Gregorio:
Enseguida, espoleado por el temor a la cobardía, salió a la puerta y miró la sala en penumbra. Sobre el organillo se amontonaba su indumentaria de impostor, y en un sillón había una caja de zapatos y seis libros iguales, abandonados a un orden de naipes perdedores. Junto a la ventana, en una silla que guardaba la ausencia de su dueña, distinguió la caja de los hilos y las agujas de tejer. Las cosas de siempre parecían envueltas en un aire hostil de novedad (Landero, 1989: 17).
Este tipo de narrador se manifiesta en las frases subrayadas. Estas reflejan apreciaciones subjetivas que solo pueden deberse al personaje. Es lo que Dolezel denomina forma de 3ª persona subjetivizada, que caracteriza "como un modo narrativo que presenta los rasgos formales de la narración en 3ª persona, pero con los rasgos semánticos del discurso de los personajes". Y sigue más adelante:
Los mundos formados por estos hechos no son los mundos absolutamente auténticos del narrador anónimo en 3ª persona, ya que están impregnados por las actitudes de los agentes. Tampoco son los mundos de creencias de los agentes, puesto que están autentificados por el discurso de la forma en 3ª persona. Representan una forma de transición entre el mundo absolutamente auténtico de los hechos narrativos y los mundos de creencias de los agentes, absolutamente no-auténticos (Dolezel, 1980: 109).
La autenticidad de las afirmaciones del narrador, que se deriva de su papel de constructor del mundo ficcional, se transmite de este modo a las del personaje. De ese modo se difumina el límite entre ambos tipos de discurso, algo que se repite a lo largo de toda la novela. El "temor a la cobardía" y el "aire hostil de novedad" son reflejo de las sensaciones y reflexiones de Gregorio esa mañana, de su inquietud ante la decisión que ha de tomar y del extrañamiento que esa decisión ha producido ya en relación a los elementos de su vida cotidiana. Los libros están "abandonados" con "un orden de naipes perdedores" puesto que han sido un elemento clave en la construcción que él ha llevado a cabo de Faroni, y los últimos acontecimientos, los que motivan su marcha, han destruido la posibilidad de continuar con ello. Esa "silla que guarda la ausencia de su dueña" es un reflejo de la monotonía y falta de aliciente en los últimos años de su vida, pues en ella están los instrumentos con los que su mujer ha consumido el tiempo de ambos en la monótona tarea de las labores de punto.
La novela comienza con una frase que hace referencia a un día concreto que sitúa parcialmente la acción: "La mañana del 4 de octubre Gregorio Olías se levantó más temprano de lo habitual" (Landero, 1989: 15). Aún está en el duermevela, y mezclados con los sueños oye ruidos externos: unos tambores, "un rumor en desbandada"; y por fin "Recordó entonces que aquel día, 4 de octubre, pasaba el General por la ciudad". En ese día se celebra la fiesta de San Francisco de Asís, onomástica de Franco, que se conmemoraba de forma especial durante su régimen. Se cita la fecha, pero no el año; se habla del general, con mayúscula, pero no hay un nombre concreto. Sin embargo, esas referencias están dirigidas al público que va a leer la obra, y que comparte con el autor un contexto histórico determinado que le permite fácilmente rellenar esos huecos de información con una experiencia que sabe común con el autor.
De ese modo se establecen las coordenadas de la historia narrada, como marco de referencia en función del cual hay que entender lo que sucede, de acuerdo con los elementos connotativos y denotativos que surgen y que comparten narrador y lector. Estos marcos de referencia, que orientan la creación de sentido, son, de acuerdo con la definición de Fillmore (1982: 111), "cualquier sistema de conceptos relacionados entre sí de tal modo que para entender uno de ellos hay que entender la estructura completa en la que se inserta; cuando uno de los elementos de una estructura de este tipo se introduce en un texto, o en una conversación, todos los demás pasan a estar disponibles de modo automático"3.
La activación de ese marco de referencia por medio de la alusión al día y al general hace innecesario la localización espacio temporal explícita de lo narrado, pero de todos modos el marco de referencia externo a la ficción está presente. Por tanto, desde el principio se establece claramente un cronotopo determinado, de acuerdo con la definición de ese término dada por Bajtin (1975: 237-238):
En el cronotopo artístico literario tiene lugar la unión de los elementos espaciales y temporales en un todo inteligible y concreto. El tiempo se condensa aquí, se comprime, se convierte en visible desde el punto de vista artístico; y el espacio, a su vez, se intensifica, penetra en el movimiento del tiempo, del argumento, de la historia.
Todo ello permite al lector situar la acción en el período de la dictadura franquista, en una ciudad de la que tampoco se da el nombre, pero que bien podría tratarse de Madrid. Los años y el lugar exactos no son importantes, es más, esa indefinición hace que la historia cobre un valor generalizador en la descripción del ambiente de una época.
La mención de esa fecha (4 de octubre) se repite al comienzo de los capítulos I, III, V, y VI, puesto que es clave dentro de la ficción: es el día en que la llegada de Gil a la ciudad marcará un cambio radical en la vida de Gregorio. Eso provoca las diversas analepsis que van a reconstruir el pasado del protagonista (primera y segunda parte) y explican cómo ha llegado a la situación en la que se encuentra (que se desarrolla en la tercera).
La reconstrucción del pasado de Gregorio se hace a través de sus recuerdos. Mientras se despierta, baja las escaleras de su casa y contempla el paso del General. Gregorio tiene 46 años ("Un tiempo de cuarenta y seis años le corrió como una araña por la piel", p. 16), y por ello la alusión a la edad tardía del título.
El narrador sitúa la infancia del personaje en un período concreto, la posguerra española, como reflejan la pobreza de su vida en el campo y posteriormente la que lleva en la ciudad con su tío. Esa recapitulación es necesaria para el personaje en un momento de crisis crucial de su vida, pero también viene impuesta por una decisión del autor:
De todos modos, es necesario insistir de nuevo aquí en la significación de la decisión de Landero de integrar también en el relato la estrategia del Lazarillo y tomar la historia de Gregorio desde su niñez. El anónimo autor renacentista hace que su personaje cuente las miserias y desgracias que ha pasado en su vida para que, así, se pueda comprender la actitud consentidora de Lázaro ante "el caso" de la relación de su mujer con un párroco de Toledo. El autor actual, en actitud paralela, trata también de presentar la vida entera de su personaje (Martinón, 1994: 223).
Esa reconstrucción del pasado del personaje a través del recuerdo va desvelando las diversas etapas de la formación de su personalidad. Así, por ejemplo, el lector descubre cómo su imagen del mundo se forma a través de la educación que su tío Félix pretende impartirle con tres libros, la enciclopedia, el atlas y el diccionario, que le había entregado un misterioso personaje4.
La revisión de su pasado, tanto el cercano como el más lejano, retrata a un ser que ha vivido encerrado, primero en el quiosco, desde donde vive su primer amor y hace su primer amigo, Elicio, quien le sugiere el pseudónimo de Faroni, y luego en su casa familiar y su trabajo. Sus intentos de salir de ese microcosmos, de ese ámbito que puede resultar agobiante pero que lo protege del mundo, se reducen a escapadas más o menos fantásticas sin ninguna proyección en la realidad. Así, su amor por Alicia le consume sin que ella llegue a enterarse:
No era valiente pero tampoco se resignaba a ser cobarde, así que pedía que aquel parapeto de humo y letra impresa no resultase ni demasiado frágil ni demasiado seguro: que fuese al mismo tiempo una defensa y un acceso (Landero, 1989: 40).
Tiene miedo a ese mundo que está más allá de lo que puede controlar ("No era valiente"), pero no acepta sus propios defectos ("tampoco se resignaba a ser cobarde"). La forma que halla Gregorio de conjugar ambos sentimientos es a través del "universo de papel", que se convierte en "defensa" pues le permite no verse afectado por el mundo exterior, pero es a la vez "acceso" pues también le permite vivir vicariamente la vida de amores y aventuras que le convierte en un ser digno.
Gregorio no carece del afán, esa característica de la familia que en su infancia le explicó su abuelo en qué consistía:
- ¿Qué es el afán, abuelo?
- El afán es el deseo de ser un gran hombre y de hacer grandes cosas, y la pena y la gloria que todo eso produce. Eso es el afán (Landero, 1989: 48).
Por ello elabora el proyecto de hacerse ingeniero para marchar a trabajar a países exóticos, y comienza a aprender inglés para esa nueva vida. Pero en la academia nocturna, donde acude después de las jornadas de trabajo, conoce a la que se convierte en su mujer, alguien completamente ajeno a ese primer amor juvenil por Alicia. Hija de un militar que ha muerto hace años, Angelina vive con su madre una vida monótona a la que se incorpora Gregorio, uniendo su rutina a la de ellas tras un convencional noviazgo:
«Sois tan jóvenes, tan locos, tan atolondrados», había dicho la madre, con cara de Virgen Traspasada, cuando supo de sus relaciones. Y luego se sucedieron años difusos, tan amontonados en el recuerdo por la monotonía, tan maltratados por el olvido que solo consiguió rememorarse [...] viendo pasar las nubes y descubriendo en ellas sus mensajes secretos (Landero, 1989: 79).
El tiempo ha transcurrido sin dejar huella pues el "afán" no ha pasado de ser un proyecto incumplido, y en la "edad tardía" no hay nada que justifique una existencia que se vaticinaba a sí mismo llena de sentido, transformada por un matrimonio5 y un trabajo en los que todo está previsto.
Gregorio comienza a trabajar en Requena y Belson, una empresa que comercializa vinos y aceitunas desde hace doscientos años sin haber alterado jamás sus métodos, tras una peculiar entrevista. Su rutinaria labor solo se ve interrumpida cuando, a los seis años de estar despachando correspondencia comercial y muestras sin ver nunca a ningún otro empleado, comienza a recibir llamadas de Gil, representante de Requena y Belson. Empieza a establecerse una relación entre ambos que resucita una parte de su vida pasada:
Apenas sonaba el teléfono, se recostaba en el sillón, encendía un cigarrillo y cruzaba las piernas: «Olías al habla», y aprovechaba la presentación para expulsar artísticamente el humo, como sus viejos héroes policíacos (Landero, 1989: 88).
Esos héroes son los de las novelas del quiosco de su tío, que él devoraba cuando se hizo cargo del negocio. A partir de este momento, los antiguos sueños, sus deseos de ser poeta, toda la vida imaginada pero nunca llevada a la práctica vuelven a resucitar poco a poco en las conversaciones con Gil, que le obliga casi, para que no destroce esa idea que se ha hecho del mundo urbano que añora y del que se siente desterrado, a ir construyéndose una existencia que en realidad es la que Gregorio cree que le hubiera gustado llevar, formada por todas sus fantasías y aspiraciones nunca cumplidas. Así ocurre, por ejemplo, cuando Gil le pregunta si ha viajado en avión:
- [...] Esto, usted, si me permite, ¿ha montado en avión?
Y antes de dar tiempo a la respuesta, añadió, «seguro que sí», y antes de que Gregorio pudiese rectificar, dijo: «¿Lo ve? Lo sabía. Y ¿cómo es?»
-¿Cómo es qué?
-El avión. ¿Da miedo?
-No, no se nota nada -dijo Gregorio, sin atreverse a contradecir a Gil (Landero, 1989: 104).
Durante su larga relación telefónica, Gregorio se va construyendo una imagen que sabe que no es real, pero que no le importaría que lo hubiera sido. "El proceso de construcción de la figura de Faroni responde a un esquema no solo dualístico sino también dialéctico en el que tienen igual importancia el carácter y la historia previa tanto de Gil como de Gregorio" (Martinón, 1994: 214). Gregorio regresa a las ilusiones de su juventud, al afán, cuando ya se había acomodado en una vida sin aliciente, por medio de la relación con Gil.
A veces tiene remordimientos de conciencia, e incluso se llega a plantear en algún momento la posibilidad de confesar a Gil toda la verdad sobre su existencia, pero en el fondo esa vida de poeta, activista clandestino y conquistador audaz de Faroni, el nombre con el que Gregorio asume todas esas actividades, es una de las posibles que podría haber llevado:
Otro ángulo desde el cual se puede comprobar la desaparición del héroe es mediante un análisis de la desintegración o de la pérdida del yo [...] Bergson rectifica el pensamiento de Sheley y Carlyle afirmando que resulta imposible pensar en un "yo" que tenga una única identidad. Según él, esto solo ocurre en el razonamiento lógico pero no se da como un hecho, en la práctica (Encinar, 1990: 37).
La vida real de Gregorio refleja perfectamente la de una época en la que las aspiraciones de alguien como él, y las del país en general, se nutren de una monotonía asfixiante de la que solo se puede escapar por medio de la imaginación. Es gracias a Gil, otro ser que también sufre el aislamiento, la incomunicación y la frustración de todas sus aspiraciones, como Gregorio consigue poner en práctica, al menos hasta cierto punto, su apariencia de hombre decidido y arriesgado que lucha por un mundo mejor desde el incógnito de una oscura oficina en la capital. Y sin darse cuenta lo imaginado empieza a mezclarse con lo real:
Se dijo que en todas aquellas figuraciones había un innegable fondo de verdad. Y empezó a enumerar: él era Gregorio Olías, pero algunos vecinos lo conocían por Faroni; había cantado la habanera y lo habían aplaudido; había visitado el café, aunque no fuese en horas de tertulia; existían los poemas, y aún no era tarde para escribir otros y ser poeta de verdad, y hasta podría componer libros de ensayos, y para demostrarlo, al instante se le ocurrieron títulos magníficos: El bien y el mal, La soledad esencial, y novelas como Los temores de Octavio o La muerte en cada esquina, y por supuesto sus memorias, que esto era algo que convenía dejar para viejo, y vio que todo era posible con solo ponerse a la tarea (Landero, 1989: 163).
Ese proceso de construcción de Faroni va sumando etapas a través de la palabra: primero en las conversaciones con Gil; después por medio del poder evocador y creador del logos, que se plasma en los posibles títulos de sus obras no escritas; más tarde en la adecuación de su personalidad, su aspecto, su vestimenta, a las características del personaje, que acaba traspasando las fronteras de la ficción para convertirse en alguien real en el mundo de ficción: "La escritura d Olías va así plasmándose en su propio cuerpo, que cubierto por el significante "Faroni" se convierte en un texto de sentido doble" (García, 1995: 107).
La aspiración de Gil de llegar a vivir el mundo que le describe Gregorio y le ayuda a sobrevivir en su destierro, como él lo denomina en alguna ocasión, lleva al primero a acudir a la ciudad, y desencadena la irrupción de lo imaginario en la vida real.
Oscuramente [Gregorio] supo que el temor había previsto aquel desenlace. No sintió vértigo ni asombro. No miró afuera ni encendió un cigarrillo. No se concedió un solo instante de pánico o duda. Al contrario: una suerte de lúcida fatalidad lo dispuso a la acción (Landero, 1989: 230).
Gregorio no puede desmentir la imagen que Gil tiene de él, cosa que se produciría en el momento en que viera cuál es su auténtica realidad. Por esa razón abandona el trabajo y se va de su casa, inventando nuevas historias que justifiquen su comportamiento ante Gil y su mujer, con la esperanza de acabar obligando a éste a regresar al pueblo y de ese modo recuperar su vida cotidiana.
Lo que en un principio consistían en la adecuación de su discurso telefónico a ciertas expectativas que pertenecen al universo discursivo de Gil (remodelación y pulimento del yo escrito, creación como "juego" sin graves consecuencias) se le empieza a escapar de las manos con la presencia de Gil en la ciudad... su ejercicio escritural a partir de entonces consistirá en crear ficciones alternativas que le ayuden a escapar de la escritura unívoca e incontrolable en la que se ha transformado Faroni (García, 1995: 108).
Por primera vez Gregorio tiene la oportunidad de vivir auténticas aventuras, aunque en parte sigan siendo fruto de su imaginación, pero por primera vez no tiene ningún control sobre lo que ocurre. Así sucede cuando cree estar perseguido por la policía por haber matado a la empleada de la pensión en la que se aloja, cuando en realidad lo único que ha hecho es dejarla inconsciente.
Quien le da esta buena noticia es don Isaías, un personaje que ha estado observándolo desde su llegada a la ciudad. Fue él quien, con intención de hacer un experimento, dio a su tío los tres libros en los que se basó su primera educación, y le ha seguido la pista desde entonces. "Del mismo modo que Faroni es producto del complot argumental de Gregorio, el mismo discurrir de Olías deriva del programa que, a través del tío Félix, le trazó a aquél don Isaías" (García, 1995: 113). Gregorio ha sido objeto de un experimento en el que don Isaías ha ejercido la labor de constructor de una existencia. Tras desengañarse de su proyecto de escribir una "Guía de la Felicidad y del Destino", abandona la observación de Gregorio hasta que algo le llama la atención, coincidiendo con el inicio de la relación con Gil: "Por curiosidad, retomé mis pesquisas. Como si leyese una novela o viese una película" (354). Y obsérvese cómo en la comparación los dos elementos que aparecen están dentro del ámbito de la ficcionalidad.
La seguridad que le proporciona saber que no es un asesino motiva que Gregorio le dé una nueva versión de toda su historia, quedon Isaías no acaba de creerse, para reivindicar su autonomía. Gregorio reconoce que ha mentido, y don Isaías pregunta:
- [...] Pero, ese Gil y tú, ¿habéis conseguido ser felices?
- No lo sé. A veces. Y a veces incluso le he mentido para que sea feliz, pero que conste que en las mentiras había siempre un fondo de verdad.
- Para ser feliz, unas cuantas mentiras es un precio barato (...) Por eso, cuando afirmas que has mentido por una buena causa, debes de tener razón, porque las mentiras sirven precisamente para eso, para tener razón (Landero, 1989: 356-357).
Gregorio decide marcharse de la ciudad y regresar a donde había transcurrido su infancia. "Pensó que entonces, a espaldas ya de todo afán, cerraría el círculo de su existencia y esperaría a la vejez dentro de aquel tiempo definitivamente clausurado" (359). Después de doce días de un penoso viaje, acaba encontrando a Gil cuando ve sobre la puerta de una casa un cartel que anuncia el Círculo Cultural Faroni y entra asombrado. Tras ponerse al día de los últimos avatares de sus respectivas peripecias, mezclando de nuevo Gregorio realidad y ficción, el narrador los deja dispuestos a iniciar juntos una nueva vida en aquel lugar apartado, dedicándose a cultivar la memoria de Faroni.
Realidad y ficción, dentro del mundo de la novela, se mezclan a lo largo de la obra en torno a los dos personajes, Gregorio y Gil, que viven la historia de modo paralelo pero, en el fondo, similar. Gregorio, cuyo sentido familiar del "afán" permanece adormecido durante un largo período de tiempo ("Te sentaste a descansar para siempre en la primera sombra del camino", le dice don Isaías), se despierta al entablar relación con Gil, en parte por piedad, en parte porque le ofrece la oportunidad de vivir sin peligro, ya que no son reales, todas esas aventuras que en su imaginación ansía. La reaparición de su amigo de la adolescencia, que sí ha llevado una vida similar a la que soñaban, acelera el proceso iniciado por Gil: "El malestar que descubrió tras el encuentro con Elicio se le había convertido en un peso oprimente" (Landero, 1989: 99). Sin embargo, cuando esa vidaaventurera comienza a tomar visos de realidad, Gregorio acaba huyendo al territorio de su infancia, donde busca un refugio que lo proteja de las desventuras que el mundo real puede ocasionar. Regresa al campo con la idea de cultivar la tierra, otro motivo que se había repetido en muchas de sus conversaciones con Angelina, su mujer, y allá encuentra a Gil, con el que se dispone a refugiarse lejos del mundanal ruido pero manteniendo su fama de aventurero ante el otro personaje. Solo allí puede recuperar, en parte, su identidad de Gregorio Olías ante Gil, aunque sea como biógrafo de Faroni.
Ninguna de las dos historias, ni la que aparece en el plano de la realidad ni la que pertenece claramente al de la fantasía, son inverosímiles. El oficinista con una vida convencional hasta la náusea y el intelectual de obra desconocida y opositor al régimen son personajes fácilmente identificables con una época de la historia española. La sociedad en la que se mueven Gregorio y Gil, uno en la ciudad y el otro en una zona rural, pertenecen claramente a ese período. La confesión a su mujer por parte del primero de su pertenencia al partido, que identifica inmediatamente con el Partido Comunista ante el horror de ésta, para justificar su marcha de casa tras la llegada de Gil, habla de un momento en el que las actividades políticas sólo podían tener un único sentido en determinadas circunstancias.
Gregorio, protagonista y héroe, huye ante la adversidad, y sin embargo Gil se ofrece al sacrificio para mantener la llama del progreso y el cambio, a pesar de todas las negras perspectivas que le plantea Gregorio si no se marcha de la ciudad. En las dos partes de la historia, la fantástica y la real, está presente esa época concreta de la historia española que el autor ha vivido como adulto. Esta experiencia es la que refleja en su obra, explicando a la vez la permanencia de un régimen político a pesar de los deseos de cambio de una minoría. Porque frente a las actitudes de ambos personajes principales están todos los demás, desde los que se asoman a la calle a ver pasar al General hasta los pueblerinos de los que habla Gil en sus conversaciones telefónicas, y la mujer de Gregorio y su madre. La primera, ante las quejas de Gregorio por el paso del tiempo, define así su idea de la felicidad:
- Yo he sido feliz -dijo Angelina con voz neutra-. No hemos pasado hambre ni hemos estado malos. No ha habido guerras. ¿Qué más quieres entonces? (Landero, 1989: 283).
Ese no querer nada más es lo que define a una sociedad en el fondo conformista, aunque con su imaginación a posteriori creyera desear otras cosas, y de la cual es representante Gregorio Olías, protagonista de la obra. De ese modo Landero recrea ese período, ya que, como indica Alfonso de Toro (1995: 1):
[...] las obras narrativas concretizan algunos aspectos de esta temática [recuerdo vs. olvido] en base a una percepción subjetiva de la realidad de donde se desprenden dos núcleos temáticos, aquel de la "actualización y revalorización de experiencias [...] vividas en la memoria colectiva" que compite con la historia oficial y que proviene de un espacio o paisaje determinado arraigado en la infancia y que actúa como transportador de la memoria colectiva y aquel que impide que esta se pierda en el transcurso del tiempo.
Este trabajo fue originalmente una comunicación presentada en el Congreso Las estrategias del realismo a finales del siglo XX, organizado por la Fundación Luis Goytisolo, El Puerto de Santa María, 19-21 de noviembre de 1997.


Notas
1. Por ejemplo: "Yo nací en Alburquerque, un pueblo perdido en esa región perdida que es Extremadura. Allí me aficioné a la literatura, o mejor dicho a escuchar narraciones orales, porque eran los tiempos en que las historias no las contaba la televisión sino la propia gente" (Landero, 1992: 49).
2. Landero, Luis, Juegos de la edad tardía, Barcelona, Tusquets, 1989. Las citas de la novela se hacen siguiendo esta edición e indicando la página entre paréntesis.
3. "... any system of concepts related in such a way that to understand any one of them you have to understand the whole structure in which it fits; when one of the things in such a structure is introduced into a text, or into a conversation, all of the others are automatically made available". La traducción es mía.
4. La descripción que hace el tío de Gregorio es como sigue: "Yo estaba aquí cenando (me acuerdo muy bien, bacalao con tomate) cuando llegó un hombre de muy mediana edad con una capa negra y unos guantes que se quitó con mucha parsimonia. Era fuerte, con buen dominio del porte. Tenía un cicatriz en la frente, como un ciempiés, y le temblaban un poco las manos. De todas formas, ya no recuerdo bien su aspecto, aunque podría darte mil detalles de su fisonomía (...) Así que agarró el lote, se arrebujó en la capa con un movimiento que parecía que iba a desaparecer bajo tierra, se puso los guantes sin ninguna prisa, dio una cabezada de artista y no volví a verlo nunca más. ¿Qué te parece lo que ocurrió? ¿No es cosa del diablo?" (pp. 23-25).
5. "Ya hemos señalado que la figura de Angelina funciona a lo largo de toda la novela en antítesis muy marcada frente a Gregorio [...] ella sostiene siempre una actitud de aceptación de la realidad y no cesa de juzgar a Gregorio un loco o un holgazán. Sí conviene precisar que Landero no se muestra neutral ante los miembros del esquema dual que contrapone a Gregorio y Angelina. En efecto, si bien parece evidente que el autor trata con mirada ambigua a Gregorio, sin embargo a Angelina la presenta de modo sistemáticamente degradante" (Martinón, 1994: 221-222).
Bibliografía:
* Bajtin, Mijail (1975), Teoría y estética de la novela, Madrid, Taurus, 1991.
* Dolezel, Lubomir (1980), "Verdad y autenticidad en la narrativa", en Teorías de la ficción literaria, ed. Antonio Garrido Domínguez, Madrid, Arco/Libros, 1997.
* Encinar, Mª Ángeles (1990), Novela española actual: la desaparición del héroe, Madrid, Pliegos, D.L.
* Fillmore, Charles J. (1982). "Frame semantics" en Linguistics in the Morning Calm, The linguistic Society of Korea (ed.), Seoul, Hanshin Publishing Co.
* García, José (1995), "Juegos de la edad tardía, apoteosis del discurso literario", en Anales de la literatura española contemporánea, 20, pp. 101-125.
* Landero, Luis (1994), El oficio de escritor, Madrid, Asociación de Profesores de Español.
* Landero, Luis (1992), "El oficio de escritor", en Barcarola, 39, pp. 47-55.
* Landero, Luis (1989), Juegos de la edad tardía, Barcelona, Tusquets.
* Martinón, Miguel (1994), "La estética neobarroca en Juegos de la edad tardía, de Luis Landero", en Revista de Filología de la Universidad de La Laguna, 13, pp. 209-232.
* Prieto Palomo, Isabel (1994), "hablando con Luis Landero", en Pasos, 1, p. 9.
* Toro, Alfonso de e Ingenschay, Dieter (1995), La novela española actual: autores y tendencias, Kassel, Reichenberger.

© Antonio Ubach Medina 2001Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid
El URL de este documento es http://www.ucm.es/info/especulo/numero16/landero.html

Una alemana perderá su derecho al paro si no trabaja en un burdel

La prostitución se considera una actividad laboral
Berlín. Una joven camarera alemana de 25 años que se negó a ofrecer
sus "servicios sexuales" en un burdel de Berlín podría ver recortados
seriamente sus derechos laborales en virtud de la nueva legislación
sobre beneficios sociales aprobada el pasado año en Alemania, según
informó ayer el diario británico Daily Telegraph.
La joven, una técnica informática en el paro, explicó que se había
ofrecido para trabajar en bares nocturnos y que en su currículum
figuraba que ya había trabajado en una cafetería como camarera. Poco
después, recibió una contestación del propietario de un bar nocturno
en la que éste le indicaba que le interesaba su perfil y le pedía que
contactara con él.

Sólo cuando ya había comenzado a trabajar en el bar, la mujer
descubrió que se trataba de un burdel. La prostitución fue legalizada
en Alemania hace dos años, y los propietarios de los burdeles tienen
derecho a acceder a las bases de datos de personas que buscan trabajo.

La nueva legislación establece que cualquier mujer menor de 55 años
que lleve más de un año en el paro está obligada a aceptar cualquier
trabajo, incluida la prostitución, si no quiere perder derechos en las
prestaciones por desempleo.

Indefensión legal
Cuando la joven descubrió la verdadera naturaleza del trabajo,
comprobó que el propietario del burdel no había violado la ley y que
incluso estaba obligado a denunciarla.

http://www.metrodirecto.com/nx.asp?noti=11135

Googlebot

Googlebot es el robot que utiliza Google para 'rastrear' los sitios de Internet. No solamente indexa páginas web (HTML), sino que también extrae información de ficheros PDF, PS, XLS, DOC y algunos otros más.
La frecuencia con la que Googlebot accede a un sitio web depende del PageRank de éste. Contra mayor sea este valor, el robot accederá más asiduamente a sus páginas.
Por ejemplo, podemos comprobar que los sitios con PR10 (el valor más alto), como yahoo.com o usatoday.com, han sido 'rastreados' por Googlebot ayer o incluso o hoy mismo, mientras que otros han sido accedidos hace varias semanas. Esto se puede comprobar accediendo al 'cache' de esta página.
Para comprobar si Googlebot ha accedido a nuestro sitio web, deberemos echar un vistazo a los logs de nuestro servidor. En ellos, deberemos observar si hay registros de accesos en los que aparezca 'googlebot'. Generalmente aparecerá el nombre del servidor, el cual podrá ser alguno de estos:
SERVIDOR DIRECCION IP
crawl1.googlebot.com 216.239.46.20
crawl2.googlebot.com 216.239.46.39
crawl3.googlebot.com 216.239.46.61
crawl4.googlebot.com 216.239.46.82
...
...
crawl9.googlebot.com 216.239.46.234
crawler1.googlebot.com 64.68.86.9
crawler2.googlebot.com 64.68.86.55
...
...
crawler14.googlebot.com 64.68.82.138
Googlebot intentará acceder, como hacen la mayoría de los robots de los motores de búsqueda, al fichero 'robots.txt'. En este archivo se deberán indicar las zonas de nuestro sitio web donde no queremos que entre ni Googlebot ni el resto de los buscadores. Para conocer más sobre 'robots.txt', existe un magnígico recurso: www.robotstxt.org.
Una vez que Googlebot haya 'rastreado' nuestra página, seguirá los enlaces que en ella encuentre (los HREF y los SRC).
Por lo tanto, si quieres que Googlebot indexe tu página web, solamente es necesario que algún otro sitio tenga un hiperenlace al tuyo. Si no es así, siempre puedes añadir directamente tu URL.
Además de este robot GoogleBot, existe otro, llamado FreshBot que 'rastrea' con mayor frecuencia los sitios webs con las noticias 'más frescas'.