28 diciembre 2004

El idioma de moda en las escuelas británicas

La demanda del español aumenta entre los alumnos de secundaria frente al
francés y el alemán

El castellano se ha puesto de moda en las escuelas británicas, que ven
cómo cae el francés. A este ritmo, en un par de años tomará la delantera
al alemán. España es el país más visitado por los escolares ingleses, que
empiezan a tener referentes culturales hispanos entre artistas y
futbolistas.

LOURDES GÓMEZ - Londres

EL PAÍS - 20-12-2004

El español es el único idioma extranjero que crece en la educación escolar
y de formación de adultos del Reino Unido. En un par de años tomará la
delantera al alemán en los estudios de secundaria y bachillerato,
impulsado por la propia demanda de los estudiantes. En ambos ciclos, su
potencial expansivo sufre las consecuencias de un sistema educativo
volcado por tradición en el francés. En primaria, en cambio, puede verse
favorecido por el nuevo plan de reforma del Gobierno laborista británico.

El idioma de Cervantes se ha puesto de moda entre los escolares
británicos. Crece año tras año frente a una fuerte caída del francés y del
alemán tal y como se contabiliza en los exámenes oficiales a los que se
presentan los alumnos al finalizar la secundaria obligatoria y el
bachillerato. Francés y alemán dominan, por tradición, en la enseñanza
pública, pero las estadísticas son muy claras respecto a su progresivo
retroceso. El idioma más extendido, el francés, con 347.000 estudiantes
matriculados para el certificado de secundaria en el curso 2000-2001, ha
perdido 29.000 tres años después. En términos relativos, supone un
descenso desde el 6,2% al 5,4% respecto al total de alumnos de secundaria.

En el mismo periodo, las matrículas de alemán cayeron de 135.000 a
122.000, equivalente a un retroceso de tres puntos. El español, en cambio,
vio aumentar el número de estudiantes en 10.000, hasta alcanzar los 64.000
en 2004, equivalente al 1,1% de la población escolar de secundaria. La
tendencia se repite, e incluso se acelera, en los exámenes de
bachillerato, tras la secundaria. En este ciclo de enseñanza no
obligatoria, el español ya está a la par del alemán, con 0,8% del total de
alumnos el curso pasado, y recortando la distancia con el francés (2,0%).

"El español parte de una base baja pero está creciendo constantemente. Su
popularidad se debe tanto a la accesibilidad como al hecho de que España
está de moda. La imagen de España ha mejorado a todos los niveles,
mientras que la de Alemania se ha deteriorado", señala Linda Parker,
directora de la Association of Language Learning.

Michael Lewis, responsable del colegio estatal King Edward VII, de
Sheffield, justifica en dicha accesibilidad la decisión de su centro,
tomada este curso, de dar prioridad al castellano frente a otras lenguas
modernas: "España es el país más visitado por nuestros escolares. Florida,
el segundo destino de sus vacaciones. En la última década hay un
perceptible y constante viraje hacia el español entre los estudiantes. El
universo hispanoparlante es muy importante. La lógica nos llevó a
priorizar el castellano frente a las razones históricas que sustentan la
enseñanza del francés", explicó en un seminario organizado en la Embajada
española de Londres por la consejería del Ministerio de Educación.

"Las nuevas generaciones buscan recompensas inmediatas y aprecian la
utilidad a corto plazo del español. Además, por primera vez, los niños
ingleses tienen referentes culturales hispanos, desde Enrique Iglesias a
Penélope Cruz, Shakira o la llamada armada española de futbolistas que
juegan con clubes ingleses en las últimas temporadas. También hay una
percepción de que el castellano es un idioma sencillo", añade Juan Antonio
del Tejo, consejero delegado del Ministerio de Educación en Londres.

La popularidad ayuda al español a defenderse en una fase de drástica
reforma educativa. El Gobierno británico ha formulado la llamada
Estrategia Nacional de Lenguas, un plan con un horizonte de diez años,
basado en la motivación y la oportunidad. Desde el pasado curso la
enseñanza de una lengua extranjera sólo es obligatoria en la primera fase
de secundaria, de los 11 a los 14 años. Al mismo tiempo se ha ampliado el
currículo del segundo ciclo de la ESO con asignaturas optativas, como
cocina o tecnología, que los estudiantes juzgan más fáciles, entretenidas
o útiles que los idiomas extranjeros. "El alemán está en declive. Es el
más perjudicado por la reforma", admite Parker. "Donde hay elección, gana
el español", señala Del Tejo.

En la elección está la clave, y también el freno, a la expansión del
castellano en los centros británicos. Se imparte francés en las 3.000
escuelas públicas de Inglaterra y español en un tercio de ellas
aproximadamente. Pero se desconoce el número de profesores en lengua
extranjera activos, la mayoría formados en los dos idiomas tradicionales,
francés y alemán. El plan nacional contempla ayudas para el reciclaje del
profesorado desde el alemán al español y promociona la contratación de
profesores nativos, pero el presupuesto escolar aún no arroja un balance
favorable a la expansión de la plantilla.

24 diciembre 2004

Hipótesis sobre la existencia de Santa Claus (2ª parte)

Si respondemos lo anterior a un niño cuando nos pregunte por la existencia de Santa Claus (o bien, lo deduce él por sí mismo), el niño puede llevarse una desilusión tremenda. Por suerte, hay una contraexplicacion que puede sernos útil en este caso: El análisis anterior, basado en las leyes de la Física clásica, presenta un fallo importante, puesto que no considera los fenómenos cuánticos, que son bastante significativos en este caso particular.Como se ha indicado, se conoce con extrema precisión la velocidad terminal del reno a través del aire seco de diciembre sobre el hemisferio norte (por ejemplo). Así mismo, se conoce con tremenda precisión la masa de Santa Claus y su trineo (pues lo que se conoce el número de niños, regalos y renos justo antes del vuelo). En cuanto a la dirección y sentido del vuelo, esta es esencialmente de Este a Oeste.Todo lo anterior significa que se puede determinar con excelente precisión el vector del momento cinético de Santa Claus y su cargamento.Basta con aplicar el principio de incertidumbre de Heisemberg para saber que la posición de Santa Claus, en cualquier momento de Nochebuena, es extremadamente imprecisa. En otras palabras, está " difuminado" sobre la superficie de la tierra, de forma análoga a como el electrón está "difuminado" a una cierta distancia del núcleo del átomo. Por tanto, literalmente puede encontrarse en todas partes en un momento dado.Por último, las velocidades relativistas a las que los renos pueden llegar durante breves lapsos de tiempo hacen posible que, en ciertos casos, llegue a algunos lugares un poco antes de salir del polo norte.Santa Claus, otras palabras, asume durante breves periodos de tiempo las características del tachión. Estamos de acuerdo en que la existencia de los tachiones aún no esta probada y es hipotética, pero lo mismo ocurre con los agujeros negros, y ya nadie duda ya de su existencia. Por consiguiente, es perfectamente posible que Santa Claus exista y reparta todos los regalos en Nochebuena

Hipótesis sobre la existencia de Santa Claus

Como resultado de una abrumadora falta de peticiones, y con la ayuda investigadora de la prestigiosa revista científica DIEZ MINUTOS, se han obtenido las siguientes conclusiones acerca de la existencia de Santa Claus :
1. Ninguna especie conocida de reno puede volar. No obstante, existen 300.000 especies de organismos vivos pendientes de clasificación y, si bien la mayoría de ellas son insectos y gérmenes, no es posible descartar completamente la posible existencia entre ellas del reno volador que sólo Santa Claus conoce.
2. Hay unos 2.000 millones de niños (considerando únicamente a las personas con menos de 18 años) en el mundo. Pero dado que Santa Claus no parece que se ocupe de los niños musulmanes, hindúes, judíos y budistas, la cifra se reduce a un 15% del total (unos 378 millones, según las estadísticas mundiales de población). Según estas estadísticas, se puede calcular una media de 3,5 niños por hogar, por lo que estamos hablando de unos 91,8 millones de hogares (suponiendo que en cada uno de ellos, haya al menos un niño que se haya portado bien).
3. Santa Claus dispone de 31 horas en Nochebuena para realizar su trabajo, gracias a los diferentes husos horarios y a la rotación de la tierra (se supone que viaja de este a oeste, lo cual parece lógico). Esto supone 822, 6 visitas por segundo. En otras palabras, en cada hogar cristiano con un niño bueno, Santa Claus tiene 1 milésima de segundo para aparcar, salir del trineo, bajar por la chimenea, llenar los calcetines, repartir los demás regalos bajo el árbol, comerse lo que le hayan dejado, trepar otra vez por la chimenea, subir al trineo y marchar hacia la siguiente casa. Suponiendo que cada una de estas 91,8 millones de paradas está distribuida uniformemente sobre la superficie de la tierra (lo cual es falso, pero puede valer para los cálculos), hay 1,2 Km entre casa y casa. Esto da un recorrido total de 110 millones de Km, sin contar lo necesario para las paradas a hacer lo que cada uno de nosotros haría al menos una vez en 31 horas. Se deduce de ello que el trineo de Santa Claus se mueve a unos 1000 Km./sg, 3000 veces la velocidad del sonido. Como comparación, el vehículo fabricado por el hombre que mayor velocidad alcanza, la sonda espacial Ulises, se mueve a unos míseros 43 Km./sg. Un reno convencional puede correr a una velocidad punta de unos 24 Km./h.
4. La carga del trineo añade otro elemento interesante al estudio. Suponiendo que cada niño sólo se lleve un tentetieso de tamaño mediano (0,9 Kg), el trineo transporta unas 321.300 toneladas, sin contar a Santa Claus, a quien siempre se le describe como bastante rellenito. En la tierra, un reno convencional no es capaz de transportar más allá de 150 Kg. Aunque el reno volador pudiera transportar diez veces esa carga, no bastaran ocho o nueve, sino que se precisaran unos 214.200 renos. Esto incrementa la carga (sin contar el peso del propio trineo) a unas 353.430 toneladas. A efectos comparativos, esto es unas cuatro veces el peso de Jesús Gil. 5.353.000 toneladas viajando a 1000 Km./sg crean una resistencia aerodinámica enorme, que provocara un calentamiento de los renos similar al que sufre una nave espacial en su reentrada a la atmósfera terrestre. La pareja de renos que vaya a la cabeza (el puto Rudolf y cia) absorberá 1 trillón de julios de energía por segundo, cada uno. En pocas palabras, se incendiarán y consumirán casi al instante, quedando expuesta la pareja de renos posterior. También se originarán unas ondas sonoras ensordecedoras en este proceso. El tiro de renos al completo se vaporizará en 4,26 milésimas de segundo. Santa Claus, mientras tanto, sufrirá unas fuerzas centrífugas 17.500,06 veces superiores a las de la gravedad. Si Santa Claus pesara 120 Kg (lo cual es incluso demasiado delgado), sería aplastado contra la parte posterior del trineo con una fuerza de mas de 2 millones de Kg
Por consiguiente, si Santa Claus existió alguna vez y llevó los regalos a los niños en Navidad, ahora esta muerto.

Encarcelado un joven por almacenar películas en un web de la NASA

Gregory Aaron Herns tiene cierta facilidad para romper códigos de seguridad y le gusta el cine. Estas dos aficiones le van a costar seis meses de cárcel. Con menos de 20 años este joven de Oregon se coló en los servidores web de la NASA y dejó allí las películas que ya no le cabían en su ordenador. Herns lo ha reconocido todo pero se ha excusado diciendo que “fue hace años” y que aquello “fue un episodio que ha dejado atrás”. La justicia no lo ve del mismo modo y le ha impuesto, además, una multa de 200.000 dólares.

Hace algo más de tres años ya empezaban a funcionar las redes de intercambio de archivos y los ordenadores no traían tanta memoria como ahora. Además el peso de los archivos audiovisuales era bastante mayor que ahora. Probablemente esta suma de factores llevó al joven Gregory Aaron Herns a buscar un lugar de almacenamiento alternativo para todas sus películas.
Según cuenta The Register halló la solución en la NASA. Herns rompió los códigos de seguridad del Goddard Space Fligh Center y dejó allí sus películas. Este acto delictivo tuvo consecuencias peores de las esperadas. El servidor se bloqueó y acabó por caer. Los técnicos tardaron horas en arreglarlo.
Ahora, tres años después, Herns estudia Ciencias y ha reconocido ante la juez el delito argumentando que es agua pasada. Pero la magistrada le ha aplicado una sanción ejemplar. A los seis meses de cárcel hay que sumar una multa de 200.000 dólares, que servirá para compensar a la NASA por los daños causados, y la prohibición de acercarse a un ordenador durante los próximos tres años.

Sobre el despido de Ignacio Echevarria

Ignacio Echevarría, ex crítico literario de `El País`«En mi reseña mordí hueso por dos veces: las "sinergias" del grupo Prisa y el tabú del nacionalismo vasco» “No me arrepiento de haber dicho adiós a El País” ”Tres meses y medio de "silencio administrativo", sin paga y sin explicación alguna al afectado. ¿No es eso un despido en toda regla?”
“Ha habido censura contra mi persona. La crítica de Atxaga no se censuró, entre otras cosas porque fue responsabilidad exclusiva de María Luisa Blanco, directora de Babelia, publicarla”
“¿Qué es esto de congelar? Parece que estemos hablando de pescados y no de personas”
”La industria cultural usurpa su lugar a la cultura propiamente dicha, y a continuación ya se sabe lo que pasa: Lucía Etxebarría pasa por escritora, y cosas por el estilo”
“La dirección de El País está en manos de unos incompetentes”
Por Mate GuerraPeriodista Digital20/12/04, 09.53 horas
La independencia y la credibilidad del periódico más importante de habla hispana, El País, han sido cuestionadas. ¿Por quién? Por los suyos: Mario Vargas Llosa, Rafael Conte, Rafael Sánchez Ferlosio, Juan Marsé, Eduardo Mendoza y una larga lista de colaboradores habituales y redactores (pinchar para ver carta enviada a El País). El público “adiós” al periódico de uno de sus colaboradores y críticos literarios más prestigiosos, Ignacio Echevarría, ha desatado una polémica sin precedentes en la historia de este diario, dando a entender que “algo huele a podrido en Dinamarca”. Ejerciendo el derecho de la libre crítica, Echevarría escribió una reseña aguda, demoledora y sin compasión de la novela ’El hijo del acordeonista’, de Bernardo Atxaga, editorial Alfaguara (también del grupo Prisa) y que fue publicada el 4 de septiembre en Babelia (pinchar aquí para leerla). Este hecho le significó que su colaboración fuese “congelada” sin explicación alguna. Después de tres meses sin recibir ninguna respuesta a sus preguntas Echevarría dijo públicamente “adiós” a través de una carta abierta dirigida a Lluís Bassets, director adjunto del diario, y que no salió publicada en El País. Ni una línea, silencio absoluto, aunque varios otros medios se hicieron eco de lo sucedido.
Sin embargo, después de ocho días, el sábado 18, el periódico se vio obligado a publicar una carta que a su director enviaron numerosos escritores, intelectuales, y redactores: “Expresamos nuestra preocupación por el daño que ha sufrido el crédito del periódico a raíz de la carta abierta que el crítico de Babelia y colaborador de la sección de Cultura del diario, Ignacio Echevarría dirigió el pasado 9 de diciembre a Lluís Bassets, director adjunto de EL PAÍS, en la que se denunciaba la represalia y la censura de los que ha sido objeto por ejercer la crítica literaria tal y como venía haciéndolo desde hace catorce años en estas mismas páginas”. La epístola provocó la reacción del rotativo, con la publicación, este domingo, de un artículo a página casi completa de la defensora del lector de El País, Malén Aznaréz (pinchar aquí). En él, Bassets hace sus descargos sobre los hechos, pero la opinión de Echevarría no aparece por ningún lado. Periodista Digital sí ha hablado con este critico literario que no tiene pelos en la lengua a la hora de analizar y valorar lo que pasa en un periódico cuyos directivos, a su juicio, lo están “secuestrando” a sus lectores. Con “cierta temeridad” en su voz crítica, Echevarría sólo pone una condición: “no ha habido fotos mías en España en catorce años y ahora no es el momento”. ¿Cómo recibes la carta publicada el sábado 18 en El País de escritores como Juan Marsé, Eduardo Mendoza, Rafael Conte, Mario Vargas Llosa, entre otros? La recibo con alegría y con agradecimiento. Significa que mi gesto no ha caído en saco roto, y que al menos un sector de la cultura española es capaz de reaccionar a un abuso flagrante (el cometido conmigo) y a una deriva inquietante (la emprendida por El País de un tiempo a esta parte). No nos equivoquemos: ha sido una manifestación de defensa de El País frente a quienes se empeñan en secuestrarlo a los lectores y a los colaboradores que hicieron de él lo que es y está a punto de dejar de ser. Hablas de secuestro de El País, ¿pero no podría ser también la respuesta a un proceso de evolución de los tiempos y al derecho que cada medio tiene para marcar su línea editorial? Un periódico como El País nació con voluntad de orientar e influir en la evolución de los tiempos, como tú dices, y no de navegar a su merced y hacerlo, además, en beneficio propio. El País, por otra parte, y dada su aplastante hegemonía en el marco de la prensa española, tiene adquirido un compromiso histórico con sus lectores (los centenares de miles de lectores que le han dado esa hegemonía) que en cierto modo debería trascender los intereses comerciales de un grupo empresarial. ¿Algunos de los que firman la carta publicada en El País se ha puesto en contacto contigo? Cuando mandé por e-mail mi carta abierta, muchos de quienes la recibieron (la carta se propagó a una velocidad de vértigo) me escribieron para expresar su solidaridad conmigo. Entre ellos, algunos de los que luego han firmado la carta a ’El País’. Pero nadie lo ha hecho con motivo de firmar esta carta, como es lógico, pues no he sido yo quien la ha promovido. ¿Cuándo te incorporaste a El País y cuál ha sido tu trayectoria dentro del diario? Me incorporé hace ya catorce años, y consolidé mi posición en el suplemento por virtud de la independencia, la exigencia y la contundencia que ahora se me recriminan. Es El País el que ha cambiado, no yo. ¿Cómo ha sido tu relación con los responsables de Cultura de El País? Mi relación con los sucesivos responsables del suplemento de Libros de El País ha sido siempre excelente. Y hago constar que he trabajado con, al menos, media docena, a lo largo de catorce años. Ha imperado la complicidad y el buen entendimiento. María Luisa Blanco no ha sido en este sentido ninguna excepción, más bien lo contrario. El problema surge recientemente desde jerarquías superiores del diario, y muy en particular a consecuencia de la gestión melindrosa y servil del responsable último del suplemento, Lluís Bassets. ¿Te duele tu partida de El País? Me duele el modo en que se ha producido. ¿Te ha dolido por una cuestión personal – me refiero a la indiferencia demostrada hacia tu persona y tu trabajo - o por lo que significa tu salida respecto del libre ejercicio de la critica en España? Por las dos cosas. ¿Cómo valoras la publicación de la defensora del lector, Malén Aznárez? La Defensora del Lector ha hecho un evidente esfuerzo de ecuanimidad. Pero no deja de producir pasmo el hecho de que se pueda tratar por extenso "el caso Echevarría", como ella lo llama, sin darme voz de ninguna forma ni reproducir, siquiera parcialmente, mi carta y los argumentos que en ella daba. Lluís Basset habla de que la intención era sólo de ‘congelar’ la relación. ¿Te arrepientes de haber tomado la iniciativa de decir “adiós”? ¿Qué es esto de congelar? Parece que estemos hablando de pescados y no de personas. Tres meses y medio de "silencio administrativo", sin paga y sin explicación alguna al afectado. ¿No es eso un despido en toda regla? Y si no, es un caso gravísimo de negligencia. Por supuesto que no me arrepiento de haber precipitado una situación que ya estaba cantada. ¿Sigues pensando que hubo censura en contra de tu trabajo? Ha habido censura contra mi persona. La crítica de Atxaga no se censuró, entre otras cosas porque fue responsabilidad exclusiva de María Luisa Blanco, directora de Babelia, publicarla. Está claro, a la luz de los acontecimientos, que si Lluís Bassets hubiera tenido oportunidad de decidirlo, no la habría publicado. En cualquier caso, sí censuró mi siguiente reseña, la dedicada a T.S. Eliot, que por cierto se titulaba "Críticos imperfectos". ¿Qué opinas de que Bassets insista en que rechaza tu crítica al libro de Atxaga por considerarlo un ataque personal al autor? En la medida en que un libro pertenece a su autor, todo ataque a ese libro lo es, en cierto modo, al autor. Pero siempre indirectamente, como se deja ver en mi propia crítica. Son las reglas del juego, y no hay otra forma de jugarlo. ¿Por qué crees que sentó tan mal al director adjunto de El País, Lluis Bassets, tu crítica a Atxaga, cuando te la había solicitado la responsable de Babelia, María Luisa Blanco, conocedora de que el escritor vasco no era santo de tu devoción? En mi carta abierta del pasado día 9 dejo bien claro que, antes de encargarme la reseña, María Luisa Blanco -y cito- "me consultó acerca de mi opinión sobre Atxaga, respondiéndole yo, sin falsedad, que se trataba de un autor cuya trayectoria venía siguiendo con curiosidad y con respeto". No sé de donde sacas, por lo tanto, que "no era santo de mi devoción". En la misma carta sugiero muy claramente las razones del malestar de Lluís Bassets. Sólo me queda señalar el trasfondo político de todo este asunto. En mi reseña mordí hueso por dos veces: las "sinergias" del grupo Prisa, por un lado, y el tabú del nacionalismo vasco, por el otro. Hablas de las ‘sinergias’ del Grupo Prisa...¿ crees que existen espacios reales de libertad de expresión del pensamiento en medios que tengan la trascendencia que tiene El País? Lo dudo. Lo preocupante de la situación es que el menoscabo de la crítica y los límites a la libertad de expresión se produzcan dentro del periódico que, al menos hasta hace escasos años, hizo bandera de estos dos principios, y consolidó su prestigio actuando como defensor de los mismos. El actual ‘estado de las cosas’, visos de censura, politización en los medios, concentración de estos en pocas manos...¿cómo calificarías la situación? ¿cuál es tu reflexión? La situación es preocupante, desde luego. Por lo que toca a la crítica, no hay muchas esperanzas. Se trata de un género en indeclinable proceso de extinción. Al menos en el marco de la prensa diaria, y muy en particular en España, donde estamos asistiendo a una especie de "berlusconización" del sistema, y donde la institución de la crítica no merece apenas respeto, debido sobre todo a la indignidad de la mayor parte de quienes practican este oficio. Eso sí, donde la crítica deja de existir, el proceso de pauperización de la literatura misma se vuelve, a su vez, inevitable. La industria cultural usurpa su lugar a la cultura propiamente dicha, y a continuación ya se sabe lo que pasa: Lucía Etxebarría pasa por escritora, y cosas por el estilo. La sombra de esa especie de “berlusconización” de la que hablas ¿se puede extender al ejercicio del periodismo y por lo tanto a la libertad de expresión? Por supuesto. Toda concentración de poder, tanto más si se prolonga, entraña de por sí una amenaza a la libertad de expresión. Y El País, que desde hace más de 25 años concentra un poder enorme, no parece mostrarse especialmente vigilante hacia este peligro. ¿Conoces personalmente a Bernado Atxaga? No. ¿Qué opinión te merece como persona? Ninguna. ¿Y como escritor? Me remito a mi crítica de ’El hijo del acordeonista’. Sabías que Alfaguara, del Grupo Prisa, editaba el libro de Atxaga. ¿Eso afectó en algo a tu trabajo? No. Dices que la critica literaria es un género en proceso de extinción...¿ eso ya lo pensabas antes de tu salida de El País ? Sí. Con frecuencia he dicho que la de los críticos es una especie en extinción, como los osos panda. Van quedando menos cada vez, y algunos de ellos viven en los zoológicos. ¿Qué importancia tiene la sensibilidad ante un escrito o una obra literaria? Una importancia proporcional a la que tienen, por ejemplo, la inteligencia, una cultura más o menos amplia, el conocimiento de la tradición, cierta intuición, cierta temeridad, y unas buenas dotes para escribir. De todo eso está construido el talento de un crítico. ¿Cómo se logra mantener una mirada limpia frente a un trabajo de letras? No se trata de eso. La mirada limpia no es posible, y además no interesa. Lo que importa es que esa mirada se articule en función de un razonado sistema de valores, y acierte a transmitirlo eficazmente, de forma que el lector pueda tomar una posición en relación a él, y por virtud de ello hacerse un juicio propio. ¿Qué hay de cierto en el dicho: “un crítico literario esconde un escritor frustrado? A este topicazo respondo siempre recordando a Juan Benet. Él proponía lo contrario: que es el escritor, más bien, el que viene a ser un crítico frustrado; un hombre que, en su deseo desmedido de alcanzar el conocimiento de lo que le apasiona, no encuentra otra salida que el atajo de la creación. Dejando a un lado su aspecto provocador, la paradoja sugiere que el lenguaje del creador y el del crítico son de naturaleza radicalmente distinta: intuitiva la del primero, analítica la del segundo. De lo que no hay que deducir una oposición, sino una complementariedad. ¿Qué está hacer más daño a El País, el sistema o las personas? Me refiero a que si es un fenómeno particular con ese medio o es algo que afecta también a la prensa en general. Las dos cosas. El sistema marca unas tendencias determinadas. Pero son las personas las que resuelven resistirse o doblegarse a esas tendencias. La dirección de El País hace ya demasiado tiempo, demasiado, que está en manos de algunas personas que no merecen ese puesto y que salvo excepciones, son las responsables más directas de la trivialización y la manipulación del periódico. Ese periódico empieza a ser viejo, y cuenta con una jerarquía demasiado apegada a sus cargos, que se resiste a ceder el puesto a gente más joven. Tu reflexión última sobre todo lo sucedido. Que la dirección de El País está en manos de unos incompetentes.

CARTAS AL DIRECTOR `Caso Echevarría` Ignacio Echevarría (Barcelona) EL PAÍS - Opinión - 20-12-2004
Quiero expresar, en primer lugar, mi sorpresa por el hecho de que se pueda tratar por extenso el caso Echevarría, como lo llama la Defensora del Lector, sin darme voz alguna ni haber reproducido de ningún modo la carta abierta mandada por mí a Lluís Bassets con fecha del pasado día 9. En sus declaraciones, el señor Bassets da a entender que soy yo quien ha roto unilateralmente las relaciones con el diario "sin tantear ninguna otra posibilidad". ¿Le parece poco haberle escrito pidiéndole explicaciones, primero, y dejando pasar a continuación más de un mes a la espera de una respuesta que él prometió darme en el plazo de unos días? Usted mismo admite haber decidido unilateralmente "congelar" su relación con un colaborador de modo indefinido, sin informarle en absoluto de ello. ¿No autoriza esto a hablar de "represalias" contra ese colaborador, a quien se priva de un medio de sustento, aparte de callar su voz? El señor Bassets (que, increíblemente, no duda en hacer suyas las palabras dichas por mí y que a él le parecen tan ofensivas) alude a una frase que yo acepté suprimir de mi reseña. Y dado que él mismo enjuicia esa frase, creo que los lectores tienen derecho a conocerla. Decía así: "Ocasiones hay en que la indigencia narrativa admite ser tomada por indicio de incompetencia moral. Ésta parece ser una de ellas". Me pregunto si no hay también ocasiones en que la indigencia periodística admite ser tomada, asimismo, por indicio de incompetencia moral.

LA DEFENSORA DEL LECTOREl `caso Echevarría`
Malen AznárezEL PAÍS - Opinión - 19-12-2004
Varios lectores se han dirigido a esta Defensora pidiendo la aclaración de unos hechos que consideran sumamente graves. "¿Se ha apartado al crítico Ignacio Echevarría del suplemento Babelia? Si es así, ¿tiene esto algo que ver con el hecho de que su crítica a la última novela de Bernardo Atxaga, El hijo del acordeonista, se dirigiera contra uno de los lanzamientos estrella para el otoño de una editorial, Alfaguara, que pertenece al mismo grupo empresarial de este periódico?", pregunta desde Vitoria Javier Berasaluce Bajo. "Me parece que los lectores de EL PAÍS y de Ignacio Echevarría merecemos una explicación de lo ocurrido", dice E. L. de Cegama. "Creo que el asunto es lo suficientemente grave y afecta a la credibilidad del periódico para que la carta abierta de Echevarría al director adjunto se despache con un ’sin comentarios", añade Segundo Saavedra. Es el resumen de casi una veintena de quejas. La redactora jefe de Babelia, María Luisa Blanco, da su versión de lo sucedido: "El libro de Bernardo Atxaga se programó a finales de julio para que protagonizara la primera portada de Babelia de septiembre. La crítica del libro se le pidió a Ignacio Echevarría. Rafael Conte y Echevarría se reparten la crítica de los libros considerados más importantes, que suelen coincidir con aquellos a los que se les dedica una portada. La de Atxaga se decidió en el contexto de potenciar valores literarios actuales que no habían tenido hasta el momento un excesivo subrayado dentro de las páginas del suplemento. En esa línea se ha dado portada a autores como Ray Loriga, Belén Gopegui o Mario Onaindía. Desde un punto de vista informativo se consideró interesante hacer una entrevista a Bernardo Atxaga por las expectativas generadas en torno a una novela esperada desde hacía siete años, premio de la Crítica cuando el libro se publicó en euskera. Atxaga venía avalado, además, por su trayectoria literaria; fue, por tanto, una apuesta explícita por el autor. Como es frecuente en el periodismo, no siempre coincide la opinión de un crítico o un columnista con un despliegue informativo concreto. En Babelia hay otros precedentes: Sarah Waters, escritora británica, avalada por un enorme éxito, salió en una doble página con entrevista y una crítica negativa de José María Guelbenzu. El respeto a la libertad e independencia de la crítica lleva a este tipo de divergencias. Después de la publicación de la crítica de Atxaga, el director, Jesús Ceberio, me pidió públicamente que comunicara al crítico que este periódico no utiliza ’bombas atómicas’ contra nadie. Así se lo comuniqué y le reclamé la reseña de dos libros pendientes desde julio. A las dos semanas envió la crítica de uno de ellos, El bosque sagrado, de T. S. Eliot, que el director adjunto, Lluís Bassets, guardó hasta nueva orden. Dos meses y medio después se recibió la carta abierta de Ignacio Echevarría". Esta Defensora ha planteado al director adjunto, Lluís Bassets, responsable de Opinión y del suplemento Babelia, y destinatario de la carta abierta de Echevarría (en la que le pedía explicaciones por la crónica retenida, hablaba de censura y aseguraba que el periódico había defendido a ultranza los intereses del grupo empresarial), las siguientes preguntas:
1. ¿Por qué Echevarría no ha publicado ninguna crítica en Babelia desde hace más de tres meses? ¿Tiene algo que ver con el hecho de que la última que publicara fuera una crítica muy negativa del libro de Bernardo Atxaga editado por Alfaguara? ¿Tiene razón el crítico cuando afirma que ha sido objeto de una represalia por culpa de esa nota negativa?
2. ¿No queda en entredicho, como señalan algunos lectores, la credibilidad de EL PAÍS, cuando entran en colisión los intereses del grupo empresarial al que pertenece con una crítica independiente?
3. ¿Por qué no se ha publicado la carta abierta de Echevarría?
Éstas son sus respuestas de Bassets:
1. "Resulta difícil sobreponerse al estupor que suscita la lectura de esta novela. Cuesta creer que, a estas alturas, se pueda escribir así’. Hago mías estas palabras con las que empezaba Echevarría su crítica, pero aplicada a lo que él escribe. No me parece razonable que en un diario de información general, que pretende hacer un servicio al mayor número posible de lectores, se ataque personalmente a un escritor y se haga utilizando además una forma tan cruel. (La versión original ni siquiera le ahorraba al autor una referencia despectiva a su competencia moral, frase que aceptó suprimir a sugerencia de la Redacción de Babelia). Creo que un diario como EL PAÍS es ecléctico y plural por definición en cuestiones estéticas, lo cual no significa que sus críticos no lleguen al fondo de las cosas ni tengan libertad para expresar sus reservas o su enmienda a la totalidad de una obra, independientemente de quién sea el editor. Su artículo contra Atxaga llevó a interrogarnos sobre el papel de este crítico y decidimos congelar por el momento su colaboración. Envió semanas más tarde una crítica cuya publicación fue aplazada. Entiendo que la dilación molestara a un crítico tan reconocido y valorado, y no tengo inconveniente en reconocer que podía y debía publicarse. Lamento de verdad que él mismo haya decidido dar por terminada su relación con el periódico. No ha habido censura. No ha habido despido ni rescisión por nuestra parte de una relación. Ha sido Echevarría quien la ha roto sin tantear ninguna otra posibilidad. ¿Ha habido limitación al derecho a la información y a la libertad de expresión? Creo sinceramente que no y que en este bloque de derechos y libertades se incluye el de los lectores a elegir el diario que quieren leer y por parte de las empresas periodísticas el de contratar los artículos que desean ver publicados en sus páginas".
2. "Un periódico tiene la credibilidad que le dan sus lectores. Que la crítica está mediatizada por los intereses editoriales del grupo empresarial es una opinión que no comparto. Como mínimo expresada en estos términos".
3. "No creo que una carta abierta dirigida a mí sea la forma más adecuada de resolver el conflicto. Cuando la recibí y pensé que sólo la había dirigido al periódico -al director, a Babelia y a mí mismo-, expresé mi deseo de verla publicada. Me convenció de lo contrario su divulgación inmediata y masiva en Internet sin conceder siquiera 24 horas al diario para su publicación. No creo que EL PAÍS deba prestarse como plataforma para una acción contra el propio diario". Son explicaciones que el director de EL PAÍS, Jesús Ceberio, "comparte y respalda de principio a fin", al tiempo que subraya que "en modo alguno puede hablarse de censura, puesto que la crítica se publicó". El pasado viernes, Ceberio reconoció haber gestionado "muy mal" este "conflicto". Ante la inquietud del Comité de Redacción por la carta de más de un centenar de críticos, colaboradores y redactores de EL PAÍS -publicada ayer en Cartas al Director-, Ceberio lamentó que "este conflicto, que ya reconocí haber gestionado muy mal, dé pie a conclusiones que me parecen desmesuradas y que tratan de extender una sospecha general sobre el periódico. EL PAÍS lleva más de 28 años ejercitando la libertad de expresión y de crítica, como bien saben los firmantes de la carta que frecuentan sus páginas. Por encima de posibles errores, ése es un compromiso permanente de la dirección con los profesionales que hacen el periódico y con los lectores". Esta Defensora está de acuerdo en que el periódico tiene derecho a escoger los artículos que quiere publicar en sus páginas. El caso es que Echevarría había escrito, este mismo año, otras críticas en idéntico tono implacable. Y antes había fustigado con dureza a escritores de la talla de Javier Marías, sin que -como el propio crítico dice en su carta- hasta ahora eso hubiera sido "motivo de reprobación". Echevarría también había criticado distintos libros de Alfaguara. Cuatro en este mismo año, entre ellos Delirio, de Laura Restrepo, último premio Alfaguara de Novela. Nunca hubo quejas de censura por parte del crítico, quien siempre escribió con absoluta libertad lo que creyó conveniente y así se publicó. No se puede hablar, por tanto, de censura. Pero esta Defensora cree que más que una "muy mala gestión" de lo que la dirección asume como un "conflicto", el desarrollo del mismo ha sido un auténtico disparate. No sólo debían haberse extremado todo tipo de precauciones para evitar el conflicto y las sospechas, sino que antes que nada debió de hablarse con Echevarría en vez de mantener silencio durante tres meses. Si, como ha asegurado Jesús Ceberio, la decisión no fue prescindir del mismo, "sino congelar la relación durante un tiempo", parece de locos haber llegado a una situación que ha desembocado en la pérdida de un crítico de prestigio, y dado pie a graves repercusiones para la credibilidad del periódico. La discusión que se podría plantear, a juicio de esta Defensora, es si ha existido conflicto de intereses, porque es cierto que dentro de los grandes conglomerados periodísticos existe siempre esa sospecha. Y consecuencias derivadas de ese conflicto. El Libro de estilo señala que la mejor forma de evitar el conflicto de intereses "es la transparencia interna que este periódico se compromete a mantener". Asimismo dice que, por encima de cualquier otro, prevalecerá el interés del lector; y añade que "en las informaciones relevantes de contenido económico o financiero referidas a cualquier empresa integrada o participada por el Grupo Prisa se hará constar que se trata del grupo editor de EL PAÍS". En este caso, el Libro de estilo no ayuda a aclarar el problema planteado, porque publicar que la editorial pertenece al Grupo Prisa -que no se hizo- no hubiera resuelto nada. Esta Defensora cree que, de alguna forma, habría que establecer unos principios rotundos que, en casos de sospecha de conflicto de intereses por productos relacionados con el grupo empresarial, dejaran bien a resguardo la independencia de las informaciones, especialmente las críticas. Nada dudoso que pueda impedir, en palabras de Bassets, que los críticos de EL PAÍS no puedan llegar "al fondo de las cosas ni tengan libertad para expresar sus reservas o su enmienda a la totalidad de una obra, independientemente de quién sea el editor". Porque si los lectores están por encima de todo, es precisamente en casos como éste cuando el cuidado ha de ser exquisito. La credibilidad es difícil de alcanzar, pero se pierde con facilidad. Y ya se sabe que la mujer del César no sólo tiene que ser honrada, sino también parecerlo. Los lectores pueden escribir a la Defensora del Lector por carta o correo electrónico (defensora@elpais.es), o telefonearle al número 91 337 78 36.

CARTAS AL DIRECTOR Preocupación Rafael Conte, Mario Vargas Llosa, Rafael Sánchez Ferlosio, Juan Marsé, Eduardo Mendoza, Félix de Azúa (y 68 firmas más.)

Por la presente, algunos críticos, redactores, escritores, lectores y colaboradores de EL PAÍS expresamos nuestra preocupación por el daño que ha sufrido el crédito del periódico a raíz de la carta abierta que el crítico de Babelia y colaborador de la sección de Cultura del diario Ignacio Echevarría dirigió el pasado 9 de diciembre a Lluís Bassets, director adjunto de EL PAÍS, en la que se denunciaba la represalia y la censura de los que ha sido objeto por ejercer la crítica literaria tal y como venía haciéndolo desde hace catorce años en estas mismas páginas. Igualmente manifestamos nuestra preocupación por la posibilidad del futuro ejercicio libre de la crítica en las páginas de EL PAÍS.

Carta abierta a Lluis Bassets, director adjunto del diario El País Ignacio Echevarría Barcelona, 9 de de diciembre de 2004
Estimado Luis, Como esta es una carta abierta, conviene repasar algunos hechos que te son bien conocidos. El pasado 4 de septiembre apareció en Babelia una reseña mía sobre la novela ’El hijo del acordeonista’, de Bernardo Atxaga, por entonces recién publicada. La novela -interesa puntualizarlo- ha sido editada en castellano por Alfaguara, que pagó un importante adelanto para hacerse con ella, y que la lanzó como uno de los "platos fuertes" de la rentrée otoñal. Como suele suceder en estos casos, Babelia prestó una atención especial a la novedad, dedicándole a Atxaga la portada del suplemento y una amplia entrevista. En este contexto apareció mi reseña, que era inequívocamente desaprobatoria del libro, pero que -importa hacerlo constar- me había sido solicitada por la directora del suplemento, María Luisa Blanco, quien antes me consultó acerca de mi opinión sobre Atxaga, respondiéndole yo, sin falsedad, que se trataba de un autor cuya trayectoria venía siguiendo con curiosidad y con respeto. La publicación de la reseña provocó en la dirección del periódico una fuerte conmoción, que se tradujo de inmediato en un pautado despliegue de artículos, entrevistas y crónicas que, en conjunto, apuntaban tanto a paliar y neutralizar los posibles efectos de la reseña como a compensar a Bernardo Atxaga por los perjuicios de todo tipo que ésta pudiera acarrearle. En cualquier caso, la reacción fue tan desproporcionada, que llamó la atención de numerosos medios de prensa españoles, que se hicieron eco de ella de la más variada forma, en general con sorna, pero también con escándalo y con sorpresa. Yo mismo quedé consternado, y más expuesto que nunca a las dudas de siempre, que me asaltaron con especial crudeza. ¿Tiene sentido ejercer la crítica en un medio dispuesto a desactivar los efectos de la misma y a desautorizar a su propio crítico? ¿Tiene sentido tratar de hacer una crítica más o menos exigente e independiente en un medio que parece privilegiar y defender a ultranza, sin el mínimo decoro, los intereses de una editorial que pertenece a su mismo grupo empresarial? Haciendo caso a quienes me recomendaban no abandonar ni ceder terreno precisamente en momentos como éste, me resolví al final a escribir una nueva reseña, apalabrada ya desde meses atrás, y que mandé a la redacción de Babelia el pasado 13 de octubre. Se trataba en esta ocasión de un comentario a ’El bosque sagrado’, un ya clásico libro de ensayos críticos de T.S. Eliot que la editorial Langre, de El Escorial, ha publicado este mismo año. Al poco de ser recibida en el periódico, la reseña fue "retenida" por ti, que diste instrucciones de que no se publicara. Como esta situación se prolongara durante más de dos semanas, me decidí a dirigirte, con fecha del 28 de octubre, una carta en la que te manifestaba mi extrañeza y en la que te pedía explicaciones. Añadía en mi carta que me resistía a aceptar las explicaciones que a mí mismo se me ocurrían, y te recordaba que llevaba catorce años colaborando con el periódico. En la respuesta que me dabas el día siguiente, en carta del 29 de octubre, confirmabas que habías impartido, en efecto, instrucciones de que mi reseña no se publicara, y para justificar esta decisión aportabas unas pocas reflexiones que ponían muy en duda las posibilidades de mi continuidad en Babelia a la luz, sobre todo, del tono en tu opinión demasiado tajante y descalificatorio empleado por mí a la hora de valorar la novela de Atxaga. "Se ha dicho", me escribías, "y supongo que te habrá llegado, que tu crítica era como un arma de destrucción masiva y que el periódico hace mucho tiempo que ha renunciado a utilizar este tipo de armas contra nadie." Tengo entendido que quien dijo esto, y lo dijo a voz en grito, frente a varios testigos, fue Jesús Ceberio, director de El País, el lunes siguiente a la publicación de mi reseña. Y te confieso que, dentro de todo, no deja de resultar halagador, para mí y para el oficio de crítico, que a alguien le quepa pensar que una simple reseña, escrita en el tono que sea, pueda tener los efectos de una arma de destrucción masiva. No deja de resultar cómica, por otra parte, la ocurrencia de emplear la metáfora "arma de destrucción masiva" en estos tiempos que corren. Parece que estamos todos condenados (unos más que otros) a presumir su existencia allí donde no las hay. En tu carta aceptabas tranquilamente la posibilidad de que las explicaciones que yo mismo me daba acerca de lo ocurrido, y que me resistía a aceptar, fueran buenas. Y eso es lo alarmante, pues entre esas explicaciones se cuentan dos particularmente graves. A una ya he hecho referencia al aludir a mis dudas sobre el sentido de tratar de hacer una crítica independiente en un medio que parece privilegiar, con descaro creciente, los intereses de una editorial en particular y, más en general, de las empresas asociadas a su mismo grupo. No parece casual que sea un libro de Alfaguara el que haya alentado tus escrúpulos sobre el tono que eventualmente empleo a la hora de hablar sobre un libro que considero francamente malo. Llevo muchos años empleando un tono muy parecido, y el hacerlo no ha sido hasta ahora motivo de estupor ni de reprobación, más bien lo contrario. Te invito, para comprobarlo, a releer mis reseñas de las últimas novelas de autores como Jorge Volpi (Seix Barral), Antonio Skármeta (Planeta), Jaime Bayly (Espasa) o Lorenzo Silva (Espasa), tanto o más duras que la dedicada a Bernardo Atxaga, todas ellas publicadas en el plazo de un año a esta parte, o poco más. Pero lo que me preocupa de verdad es que El País, del que vengo siendo lector desde hace más de veinte años, y donde vengo escribiendo desde hace catorce, pueda ejercer de un modo abierto la censura y vulnerar interesadamente el derecho a la libertad de expresión, del que tan a gala tiene ser defensor y valedor. Eso, y no otra cosa, es lo que se desprende de la resolución de vetar a un antiguo colaborador por el solo motivo de haber manifestado contundentemente, sí, pero también argumentadamente, su juicio negativo acerca de una novela. Me decías en tu carta que dudabas aún sobre qué hacer conmigo, y me anunciabas, para "los próximos días", una "respuesta completa" a mi petición de explicaciones. Pero ha pasado más de un mes, y supongo que las pobres reflexiones que entonces me adelantabas no han hecho entretanto sino cobrar cuerpo. Con fecha del mismo día 29 de octubre te escribía yo que quedaba a la espera de tu "respuesta completa". Pero no dispongo de una eternidad para eso. Entiendo que la espera ha transcurrido en vano, y soy yo el que de nuevo tomo la iniciativa de escribirte esta carta abierta para esta vez simplemente decirte adiós, y despedirme de paso de los lectores de El País que durante todo este tiempo han seguido, con su aprobación o con sus desacuerdos, mi empeño quizás insensato de perseverar en el cada vez más menoscabado y cuestionado ejercicio de la crítica. Vale.

Una elegía pastoralLa necesidad de la ficción
Ignacio Echevarría BABELIA - 04-09-2004
Resulta difícil sobreponerse al estupor que suscita la lectura de esta novela. Cuesta creer que, a estas alturas, se pueda escribir así. Cuesta aceptar que, quien lo hace, pase por ser, para muchos, mascarón de proa de la literatura de toda una comunidad, la del País Vasco, cuya situación tan conflictiva reclama, por parte de quien se ocupa de ella, el máximo rigor y la mayor entereza. Bernardo Atxaga (Aestasu, Guipúzcoa, 1951) nunca ha eludido -y eso le honra- la representatividad que viene recayendo sobre él desde el éxito clamoroso de Obabakoak (1988). No cabe dudar de las presiones que ello comporta y de lo difícil que tantas veces ha de resultarle abrirse paso a través de ellas. Hasta cierto punto, ello podría servir de atenuante de la tibieza y de la confusión que rodean la percepción que Atxaga tiene de la realidad vasca. Pero no puede de ningún modo atenuar, por lo que toca a esta novela, el carácter tan tópico -acusadoramente tópico, esta vez- de sus planteamientos narrativos, la enclenque consistencia de sus personajes, la poquedad de sus desarrollos. El hijo del acordeonista tiene por principal escenario Obaba, la imaginaria localidad vasca en la que viene recreando Atxaga, con tintas arcaizantes, los atributos del ámbito rural en el que él mismo se crió. Entre otras cosas, la novela viene a contar el deterioro y la pérdida definitiva de ese mundo idílico por obra del progreso, sí, pero sobre todo por la injerencia de una violencia histórica en cuya espiral queda atrapado David, el protagonista del relato. Las circunstancias que, hacia finales de los años sesenta, pudieron empujar a un sano e ingenuo chavalote vasco a militar en ETA: tal parece el asunto que Atxaga pretende ilustrar, echando mano de la experiencia de toda su generación y, eso sí, dejando claro su actual distanciamiento de la actividad terrorista tal y como se viene desarrollando desde el establecimiento de la democracia. Cuando apenas cuenta 13 años, un informe psicólogico atribuye la poca sociabilidad de David al "apego" que siente por "el mundo rural", y hace constar que "los viejos valores" aparecen en su mente "confundidos con los modernos". Muy tempranamente, David siente la llamada poderosa de formas de vida arcaicas, que lo mueven a añorar un "mundo antiguo" que sobrevive todavía en las cercanías de Obaba. Allá frecuenta el caserío familiar de Iruain, en "un pequeño valle verde, bucólico", que parece destinado a acoger a los "campesinos felices" (así los llama él siempre, citando a Virgilio), junto a los cuales se siente David más a gusto que entre sus compañeros de colegio. El conflicto empieza cuando, siendo todavía adolescente, David descubre poco a poco el oscuro pasado de su padre, acordeonista de profesión, que colabora con las autoridades franquistas y que estuvo implicado, al parecer, en los fusilamientos que tuvieron lugar en Obaba tras la entrada en el pueblo de los facciosos, a los pocos meses de estallar la Guerra Civil. Pese a su completa ignorancia de lo ocurrido, David se siente "enfermo sólo de pensar que puedo ser hijo de un hombre que tiene sus manos manchadas de sangre". A partir de entonces, el mundo de David queda ensombrecido por la maldad impenitente de los fascistas y sus secuaces. Ellos son el origen de todos los males, pues no sólo son ladrones y asesinos, no sólo son españolistas y están moralmente corruptos, sino que, para colmo, son los que, a fin de hacer prosperar sus turbios negocios, y siempre "llevados por su odio a las gentes del País Vasco", hacen traer a Obaba las grúas y los camiones que con sus ruedas aplastan las "palabras antiguas", hundiéndolas en el barro "como copos de nieve", dejando ver "lo desigual de la lucha, qué poca esperanza había para el mundo de los ’campesinos felices". La progresiva toma de conciencia de este estado de cosas ocupa al menos dos terceras partes de la novela, en las que de paso se da cuenta minuciosa -y sonrojante- de las zozobras amorosas de David. El resto del libro, a fuerza siempre de introducir elipsis temporales toda vez que el relato se enfrenta a una dificultad, da cuenta de las forma casi inevitable en que David se incorpora a ETA, organización que, conforme a su testimonio, parece limitarse a distribuir panfletos y hacer volar monumentos y edificios públicos. Sólo cuando las cosas empiecen a desmandarse tomará David la decisión de emigrar a Estados Unidos, donde a la vera de su tío Juan, poseedor de un rancho dedicado a la cría de caballos, cumple su ideal de vida bucólica, al lado de Mari Ann, su mujer (hija de un veterano brigadista internacional, cómo no), y sus dos hijitas. Con ellas juega David a enterrar en pequeñas cajas de cerillas palabras que en la "vieja lengua" de su país van cayendo en desuso. La beatitud y el maniqueísmo de sus planteamientos hace inservible El hijo del acordeonista como testimonio de la realidad vasca. A este respecto, la novela sólo vale como documento acrítico de la inopia y de la bobería –de la atrofia moral, en definitiva- que no han dejado de consentir y de amparar, hoy lo mismo que ayer, de forma más o menos melindrosa, el desarrollo del terrorismo vasco, reducido aquí a un conflicto de lobos y pastores, un problema de ecología lingüística y sentimental, al margen de toda consideración ideológica. Existe un huidizo concepto, el de la razón narrativa, que por su parte ampara las sinrazones que puedan caber en un relato. Pero es esta razón narrativa la que empieza por fallar completamente en El hijo del acordeonista, novela que incumple las mínimas reglas del decoro literario. El texto se ofrece como un desordenado "memorial" escrito por David pero reescrito póstumamente por su amigo Joseba, antiguo camarada en la lucha y en la actualidad conocido escritor vasco. Un artificio tramposo que, con sus chispas metaliterarias -y metaficcionales, dado que se insinúan aquí y allá claves autobiográficas-, no consigue amenizar la deriva tan previsible de un libro construido con una sentimentalidad jurásica, que en sus mejores páginas trae, bien que a su modo, el recuerdo de las novelas de José Luis Martín Vigil. Todo servido en una prosa de seminarista, de una cursilería casi conmovedora, llena de ridículos arrobamientos ("los osos: tan inofensivos, tan inocentes, tan hermosos") y capaz de refutar en términos como los siguientes las maledicencias que corren en torno a don Pedro, un indiano ricachón -pero republicano- de quien se cuenta que labró su fortuna a costa de su hermano: "Detalles policiales aparte, los dos hermanos se querían mucho: porque eran Abel y Abel, y no, de ninguna manera, Caín y Abel. Desgraciadamente, como bien dice la Biblia, la calumnia es golosina para los oídos...". Y sigue. Para nimbar el marco pastoral de la novela con favorecedoras luces crepusculares, resulta que David escribe su memorial sabiéndose víctima de una grave dolencia que pronto lo arrancará de su particular paraíso terrenal. Aunque tarde, ha comprendido que "la vida es lo más grande, quien la pierda lo ha perdido todo" (sic). Pero incluso a la muerte consigue arrancarle David rasgos embellecedores, pues en su cercanía el amor adquiere, dice, nuevas formas: "Formas dulces, casi ideales, ajenas a los conflictos y a los roces de la vida cotidiana". Como las del camino de salvación que postula esta novela.

20 diciembre 2004

Copia privada, descarga de archivos, canon... y otras dudas legales

Para contribuir a la clarificación de las dudas que surgen entre los internautas sobres estas cuestiones. Los servicios jurídicos de la Asociación de Internautas dan respuesta a las preguntas más frecuentes que los internautas realizan reiteradamente sobre la situación legal de distintos aspectos referidos a la Propiedad Intelectual, descarga de ficheros, conexiones... y su relación con la Sociedad de la Información en España.
¿Qué es la copia privada?
Es un supuesto legal en el que no es necesaria la autorización del creador de una obra ya divulgada para proceder a la reproducción de la misma para uso privado del copista, siempre que no vaya a ser objeto de utilización colectiva ni lucrativa. Por tanto, es un derecho establecido por el legislador que limita la capacidad del autor para autorizar la reproducción de su obra, ya que no se necesita tal autorización, siempre que se realice para uso privado y la copia obtenida no sea objeto de utilización colectiva ni lucrativa.
¿Descargar ficheros en Internet es delito?
Depende del contenido concreto del fichero y depende del ánimo perseguido al realizar esa descarga. Lo que está penado es realizar esa actividad con ánimo de lucro. Si descargas un fichero para lucrarte, estarás incurriendo en una actividad delictiva.Descargar un fichero de música sin ánimo de lucrarte y para tu uso privado, no es delito; un fichero de un libro sin ánimo de lucrarte y para tu uso privado, tampoco es delito; un fichero de una película, tampoco es delito si lo haces sin ánimo de lucro y para tu uso privado.Un fichero de una distro, tampoco, pero de un programa informático cuya distribución no es libre ni ha sido autorizada por su autor o distribuidor, sí sería delito porque, a diferencia de los otros tipos de ficheros, la descarga de software no está amparada por la copia privada (que permite la reproducción de obras ya divulgadas para uso privado del copista) al necesitar autorización del autor o distribuidor del software.
¿Desproteger Cd's y Dvd's para hacerme una copia para mi uso privado es delito?
No, salvo que usemos un medio "específicamente destinado" a desproteger o saltarse la protección concreta. Es decir, usar un aparato o un programa informático que permite copiar ése y otros cd's y dvd's no es delito.Lo que está tipificado como delito, al igual que antes de la reforma de 1 de octubre de 2004, es incluso la simple tenencia del denominado "crack": "medio específicamente destinado" a facilitar la supresión o neutralización de la protección concreta o “dispositivo técnico” del programa informático o de la obra distribuida en soporte digital.
¿Hacer uso de las redes P2P puede ser delito?
Rotundamente, no, salvo que se realice con ánimo de lucrarse con tal uso.
¿Compartir conexiones y acceso a sistemas de pago?
Sí puede considerarse delito, siempre que esté expresamente prohibida esa práctica por el prestador de servicios u operadora y se le ocasione un perjuicio superior a los 400 euros.
Aprovechar una conexión inalámbrica ajena desprotegida, ¿puede ser delito?
Sí, en primer lugar podemos estar vulnerando el secreto de las comunicaciones y la intimidad del titular de esa conexión. En segundo lugar, estamos incurriendo en una conducta tipificada como delito, siempre que la defraudación supere los 400 euros. En tercer lugar, podemos estar incurriendo en el acceso no autorizado a un equipo de telecomunicación o incluso a un servicio de acceso condicional, en cuyo caso es indiferente la cuantía de la posible defraudación. Y, finalmente, si hacemos uso de un equipo o programa informático “diseñado o adaptado” para hacer posible tal acceso, también estaríamos incurriendo en una conducta delictiva con independencia de la cuantía de la posible defraudación.Además, las reglas de netiqueta obligan a comunicar tal circunstancia a quien padece la desprotección.
¿Puedo hacer público determinado error que posibilita el acceso a servicios de pago y la forma en que puede accederse como prueba evidente del error?
No, lo que está penado es, precisamente, difundir el modo de conseguir ese acceso no autorizado. Además, las reglas de netiqueta obligan a comunicar tal circunstancia a quien padece el error descubierto.
¿Va a desaparecer la copia privada con la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual?
Posiblemente, sí. La reforma pretendida desde el Ministerio de Cultura ampara la generalización de las medidas de protección anti-copia, sin posibilidad de que el tenedor de una copia legítima o quien tiene acceso legítimo a una copia pueda realizarse otra copia salvo que el autor y productor lo permitan posibilitando tal copia privada.
¿Va a desaparecer el canon por copia privada con la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual?
Contrariamente a lo que resultaría lógico, no, sino todo lo contrario; es decir, se amplía el abanico de posibles “soportes” que permitan la fijación incluso provisional y temporal de obras sujetas a derechos de autor que deberán pechar con el canon por copia privada, aunque dicha copia esté imposibilitada técnica y legalmente.
¿Puedo comprar equipos de grabación y soportes digitales vírgenes en países en los que no exista el canon?
Por supuesto, incluso reglamentariamente está prevista dicha importación siempre que por su cantidad no pueda presumirse un uso comercial sino un uso del adquirente.
http://www.internautas.org/index.php?op=1&id=2565
Asociación de Internautas
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Nota para contacto:
Para cualquier consulta sobre este documento puedes contactar con: Pedro Tur Giner, abogado y secretario de la Asociación de Internautas en el móvil 649132167
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16 diciembre 2004

Voy de boda

Estoy un poco fastidiao'. Acabo de recibir una invitación de boda, ya me dirán si no es para estar jodido. ¡Será posible! ¡Es que se te queda la misma cara que cuando te llega una multa! ¡Hale, a soltar pasta!
Porque hay que ver como se desbarra en las bodas. Sobre todo las mujeres, que no solo se disfrazan de paquete de caramelos, algunas hasta se ponen fiambrera en la cabeza, que las ves y dices: "¿Mamá? ¿Eres tú o el soldado Ryan?".
Lo más raro es ese bolsito diminuto que llevan todas, "¡Anda, una almeja metálica!". ¿Que llevan ahí, una compresa extraplana? Sin alas, claro, porque asomarían. Si es que es muy fuerte eso de las bodas.
Una de las cosas que mas odio de las bodas son las esperas: ¡te tiras media hora en la puerta de la iglesia con las manos sudando llenas de arroz, que cuando salen los novios, lo que les tiras es arroz a la cubana...! Ahora, que los peores son los niños, que tiran el arroz a la cara, con una mala hostia: "En el ojo, macho", le he dao' en el ojo....". Y el novio, ahí, aguantando.
Odio las bodas. Yo, en la ultima no conocía ni a la que se casaba y cuando fui a darle el beso de rigor, me tuve que presentar:- Soy Floren, el hijo de la tía Tere, la que no se habla con el abuelo.
- Ah, encantada, gracias por venir.
Si es que da igual, la novia no se entera, va como drogada, le podría haber dicho:
- ¿Me prestas un par de kilitos para la entrada de un piso?
- Ah, encantada, gracias por venir.
O:
- Soy el violador del Ensanche, vengo a enseñarte el pito.
Ella hubiera dicho igualmente:
- Encantada, gracias por venir.
Lo que mas odio de las bodas en el momento del traslado al banquete. Tu madre te coloca a tus tías, pero como tu coche es de dos puertas, las tienes que meter a empujones. El vestido se les sube a las caderas y van todo el camino enseñando la faja. Pero a ellas todo les hace gracia:
- Nene, sube la ventanilla, uuuhh, ji, ji, ji, que me despeino, y sigue, sigue al tio Juan, que se sabe el camino, uuhhh, ji, ji, ji.
¡Ji,ji! ¡Hala, fila de doce coches, tocando la bocina! Y como el primero se pase un semáforo... ¡emergencia, emergencia! Todo Dios sacando el móvil:
- Atención, hemos girado a la izquierda, veis al tío Juan, egggg. Nosotros estamos dando vueltas a la rotonda, eggggg, cogiendo inercia, egggg, me copias, me copias... Pato rojo a pato azul, hemos perdido al tío Juan, tío Juan contesta, cambio, eggggg.
Da igual, es un desastre. Cuando llegas, el tío Juan lleva dos horas sentado y encima te dice:
- ¿Dónde os habéis metido, joder?
Lo único que esta bien organizado en las bodas es el reparto de los idiotas: ponen uno en cada mesa. Pero el resto es un descontrol: están entrando la tarta y a tu mesa aun no han llevado el chuletón. Yo siempre me he preguntado porque cortan la carta con un sable, ¿que sentido tiene? Como no sea por tener un arma a mano para cuando entren los de la tuna...
¿Y que me dicen del vídeo? Se acerca el de la cámara y todo el mundo se cree que esta en El Semáforo: el idiota se pone una servilleta en la cabeza, el tío Juan canta la jota de siempre y una de las tías llora:
- Hijos míos, que os queráis mucho y os respetéis siempre...
¡Hombre, por favor! ¿Esto es lo que pasa el día mas feliz de tu vida?
¡Es todo muy fuerte! Porque después llegan las mujeres con peladillas envueltas en un trozo de tul y paquetes de cigarrillos gritando:
- Fúmate uno mujer, que estamos de boda.
Y de pronto te encuentras a tu vieja echando humo por la nariz como si fuera una vaporeta.
A nosotros, en cuanto nos descuidamos, nos colocan un puro. Yo, a la tercera calada, empiezo a ponerme blanco y lo tiro.
Pero allí están los vigilantes de puros, tan atentos ellos:
- ¿Ya te has fumado el puro? ¡Dale otro al chaval y una copa de coñac, pa' que se haga un hombre!
Un hombre, un hombre... ¡hombre, no me jodas!
¡Y el baile! Eso es lo mas fuerte. Lo peor es cuando el tío de la novia la saca a bailar un pasodoble. El tío va to resudao' con la camisa pegada al cuerpo, le planta la manaza en la espalda, le sube el vestido medio metro y canturrea mordiendo el puro:
- La 'ente 'anta con ardor que 'iva España, nana na nana nana na, y España es la mejor, tara ran tan taran tara ro.Lo que menos entiendo es por que los novios pasan de mesa en mesa preguntando:
- ¿Que tal? ¿Habéis comido bien?
A ti te dan ganas de decirles:
- Pues no, la comida era una mierda, y no he dejado de soltar pasta entre la corbata, la liga y la tuna... ¡Y encima me habéis puesto al lado del bafle!
Pero no, les dices que todo ha estado perfecto. Y así, con una mentira, los novios comienzan su vida de casados. Claro que no será la única... En fin, ¡que vivan los novios, pero a mi que no me inviten a mas bodas!.

RUSIA EN LA ENCRUCIJADA

Extracto del libro de Sara Gutiérrez y Eva Orúe. Ed EspasaHoy Madrid 1997 ISBN: 84-239-7754-4

“¿Y si tomaramos un vodka?” Esa es la pregunta que, en Rusia, se puede temer, porque un vodka nunca es un vodka. Contestar da,sí, es consentir una sucesión de brindis y tragos, tragos y brindis, con los que tu anfitrión pretende demostrarte que se preocupa por ti y por los tuyos, por tu pasado y tu futuro, por tu trabajo y tu vida privada… En esta progresión alcohólica, antes del colapso, llega un momento en que el bebedor, en tono agresivo, pregunta a su compañero de botella: “Ti miniá wazhayesh?” que, traducido literalmente, significa: ¿Tú me respetas? “Uvazhaiu”, debe responder el interpelado, te respeto. El interrogatorio continúa: “Ti miniá lubish?”, ¿me quieres? Y la contestación, previsible: “Lubliu”, te quiero. “Davai piom!”, ¡entonces bebamos! Y beben, y los lazos de camaradería se estrechan, y la estabilidad se reduce, y la botella se vacía. Contestar da es como jugar en una tómbola donde el premio es una siesta etílica debajo de la mesa y para la que llevas todos los números. Un vodka nunca es un vodka…
“El consumo de alcohol tiene lugar, normalmente, en las siguientes situaciones: cada día en el trabajo o después del trabajo; de forma regular todos los días libres; el día de paga; de forma regular en las fiestas” (Y. Pietrenko, “Pianstvo-norma zhizni”, 11-I-1995). Que nadie crea que Yelena Pietrenko pretende resultar graciosa: no puede haber sorna cuando se está hablando del drama de la bebida en Rusia. Los parámetros de la Organización Mundial de la Salud determinan que la situación en un país es peligrosa si el consumo de alcohol puro per capita alcanza los ocho litros. Pues bien: el Ministerio del Interior afirma que, en 1993, los rusos consumieron 12 litros por cabeza, y en 1994, 14,5 litros. Unas cifras ya de por sí alarmantes, mucho más si tenemos en cuenta que los números oficiales son siempre inferiores a los reales. Las consecuencias de la ingesta desenfrenada se agudizan por la propia cultura de consumo: bebidas fuertes, calidad baja, dosis de choque.
Una encuesta realizada por el Fondo Opinión Pública en noviembre de 1994 reveló que el 80 por 100 de los rusos vive en un medio donde beber alcohol es habitual; el 51 por 100 de las mujeres toma bebidas de alta graduación y lo mismo hace el 81 por 100 de los hombres; sólo 34 de cada cien jóvenes de entre dieciséis y veinticuatro años no toman bebidas fuertes; y el grupo social que más bebe es el de los cuadros militares.
Los datos, demoledores, fueron sin embargo recibidos con alivio por algunos. El diario Izvestia, sin asomo de ironía, recogió los resultados bajo el titular “Parece ser que aquí no beben tanto”, haciendo hincapié en que uno de cada cinco hombres y una de cada dos mujeres no beben ni vodka, ni coñac, ni licores. Este sesgo informativo testimonia la aceptación de la ingesta de alcohol como algo rutinario, sin gran repercusión social.
En 1993 la familia media rusa gastó el 3,8 por 100 de sus ingresos en la compra de bebidas alcohólicas fuertes. El porcentaje no es muy elevado, pero cuando hablamos de dinero conviene no perder de vista un factor esencial: el vodka es muy barato. La abundancia de alcohol en el domicilio paterno es la causa de que los adolescentes se hayan convertido en un grupo de altísimo riesgo: en el 80 por 100 de los casos, su iniciación tiene lugar en el seno de la familia.
La situación es especialmente grave en algunas regiones en las que por tradición, por el clima, por la crisis económica, o por las tres cosas y alguna otra, el consumo supera la media nacional. La cadena montañosa de los Urales marca la frontera entre la Rusia europea, donde se bebe mucho, y la Rusia asiática, donde se bebe todavía más. Antón Chejov visitó Krasnoyarsk en 1891. No era un extranjero, conocía perfectamente los hábitos de sus compatriotas. Médico, además de escritor, Chejov quedó profundamente marcado por lo que observó. “Las fuerzas vivas y el pueblo beben vodka de la mañana a la noche, beben de manera inconcebible, ordinaria y torpemente, sin medida y sin emborracharse. Después de las dos primeras frases, los notables locales le hacen a usted una pregunta: “¿Y si bebiéramos un vodka?”. En este aspecto, todo sigue igual. Allí, en los pueblos pequeños del Norte, donde la vida es más que en ningún otros sitio la antesala de la muerte, el vodka es el compañero imprescindible que te quita el frío, te ayuda a sobrellevar las muchas penas, te permite olvidar que hace meses que no cobras… Beben porque están cansados de la rutina, porque la vida que llevan no es vida; beben porque están aburridos, porque no tienen a dónde ir, nada que hacer; beben porque querrían salir y empezar de nuevo, pero no pueden.
La borrachera es consecuencia de una insatisfación permanente y ocupa el papel de las ceremonias o cuando menos las complementa. Los soviéticos inventaron multitud de celebraciones, pero estos rituales de nuevo cuña, sin raíces, no despertaban ninguna emoción si no había alcohol. “Intentabamos crear artificialmente la atmósfera de una fiesta continua, que siempre terminaba con rondas de bebidas. Era típico del estilo de vida soviético.”, admite Vladimir Galatski. Un planteamiento que se perpetúa, como pudimos comprobar en uno de los centros de desintoxicación etílica de Moscú. “Hoy tuve una fiesta y he bebido un poco con un amigo mío. Hemos bebido un poco…” El estado en que se hallaba este ciudadano demostraba que había bebido bastante más de lo que él creía y por un motivo de lo más confuso. “La fiesta de la Santísima Trinidad… Una fiesta religiosa soviética”. El estaba obnubilado y nosotras anonadadas. ¿Qué Santísima Trinidad es la soviética? ¿Marx, Engels y Lenin? ¿O confundió sovíetica con ortodoxa por aquello de la rigidez de los dogmas? Nos quedamos con la duda, porque el oficial ya le estaba desvistiendo para meterle a dormir en la celda.
En Rusia, el que no bebe no puede considerarse un digno representante de la nación. “El coronel es un buen tipo también –razonaba uno de los personajes de Grossman-, pero lleva una verdadera vida de monje, no bebe en absoluto vodka. En eso se equivoca” El ruso por el mero hecho de serlo debe ser un gran bebedor. “A mí esta respuesta no me vale –nos dijo el sociólogo Alexei Levinson-. Hay otra versión según la cual la culpa es de los judíos, un pueblo comerciante que envició en la bebida al pueblo ruso. Tampoco puedo aceptarlo. Si consideramos que el alcohol es un tipo de droga, tenemos a un Gobierno, el ruso, que desde hace mucho tiempo, desde Iván el Terrible, reparte droga entre sus ciudadanos. Esto, desde el punto de vista moral, es algo monstruoso. ¿Por qué lo hace? Por muchas razones. La razón fiscal (cobrar impuestos) es sólo una de ellas. El alcohol es un regulador muy grosero con la ayuda del cual muchos procesos sociales podían ser controlados. Por ejemplo, en tiempos de Brezhniev, el sistema educativo era muy bueno y la gente ocupaba puestos de trabajo que estaban muy por debajo de su preparación. Aquí hay una gran necesidad de mano de obra no cualificada: coger pesos y transportarlos, picar hielo… Y este trabajo debía hacerlo gente con estudios. Uno de los métodos para reducir el desfase hubiera sido mecanizar la industria y dar puestos de trabajo dignos, pero era más sencillo convertirles en alcohólicos crónicos, provocar una degradación de la personalidad hasta que aceptaran lo que les dieran.” O hasta que dieran lo que les pidieran, por ejemplo, el voto. En las presidenciales del 91, Zhirinovsky obtuvo una cantidad millonaria de sufragios, gracias, entre otros guiños electorales, a la promesa de reducir a la mitad el precio del vodka. Cinco años más tarde, Boris Yeltsin recurrió al mismo truco cuando se comprometió a mantener bajos los precios del vodka. “La gente alberga sentimientos especiales hacia esa bebida”, dijo ante los obreros de una fábrica de Yekaterimburgo.
Las propiedades democráticas del vodka son bien conocidas, pero no es el único brebaje capaz de captar votos. Algunos osados se decidieron a formar un grupo alrededor de la otra bebida alcohólica nacional, y fundaron el Partido de amantes de la Cerveza, asociación politico-festiva cuyos objetivos programáticos eran incrementar el número de bares donde beber buena cerveza y adecentar los mingitorios publicos. Los bebedores de vodka, merced a una callada labor de zapa que les permitió infiltrarse en los órganos de decisión del partido, trataron de debilitar a los amantes de la cerveza con la amenaza de una escisión.
El vodka, anestésico pero también estimulante, era el empujón que necesitaba el obrero remolón. El hoy alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, recuerda cuando siendo capataz, tuvo que supervisar la construcción de una cafetería en un campamento de pioneros. “Todo el mundo decía que no podríamos hacerlo. (…) Así que me fui directo a los conductores de los bulldozers y regalé a cada uno una botella de vodka. (…) Y puedo asegurarles que lo logramos”. No siempre se trataba de un obsequio amistoso: pagar con vodka era tan frecuente que, debido a la rígida politica salarial, los incentivos se abonaban en botellas, no en rublos. […]
Quiere la leyenda que, cuando el país se vio en la tesitura de elegir entre la fe cristiana o el Islam, optó por el cristianismo simplemente porque permitía tomar bebidas alcohólicas. Se atribuyen al príncipe Vladimir unas palabras muy significativas: “Los rusos disfrutan bebiendo. ¡Sin esto, no podemos existir!” Nikolai Kostomarov, historiador concienzudo, afirma que el pueblo ruso se debilitó por su amor a la bebida e ilustra su tesis con episodios como el ocurrido durante el levantamiento en Moscú. Se produjo un incendio y rápidamente las llamas alcanzaron el principal kayak (taberna). El pueblo acudió en masa, pero no para apagar el fuego, sino para salvar el vino en los gorros, en las botas… todos querían pimplar gratis. Vagaban borrachos, se olvidaron del motín, se olvidaron del incendio… La rebelión se acabó y la mayor parte de la capital quedó convertida en cenizas.
Los hombres cerraban los tratos con una cogorza colosal y sólo se sentían realmente a gusto con otros hombres si se habían emborrachado juntos. Era costumbre mojar todos los acontecimientos: los militares, por ejemplo, metían las medallas en un vaso de vodka o champán que apuraban antes de sacar la condecoración para ponérsela. Tambían bebían las mujeres, incluso en las fiestas de sociedad, donde se consideraba de buen tono que las damas libaran hasta perder el sentido. La anfitriona se las apañaba entonces para que su invitada fuera trasladada discretamente hasta su hogar y, al día siguiente, mandaba a alguien de confianza para interesarse por su estado. Respuesta invariable: “¡Ayer lo pasé tan bien que no sé como llegué a casa!” Kostomarov subraya, no obstante, que era vergonzoso emborracharse muy deprisa.
Rusia es como es gracias al vodka. “Si la historia de los Estados Unidos es la historia de la emigración, la historia de Rusia es la historia del beber vodka. (…) Marineros borrachos tomaron el Palacio de Invierno en 1917. Drogados “cien gramos” ganaron la Gran Guerra Patria (II Guerra Mundial). Defensores borrachos de la Casa Blanca defendieron la democracia frente a golpistas borrachos.” (…)
Vladimir Yamnikov, director de la fábrica Cristall (la mejor del país), en la que el estado tiene el 51 por 100 de las acciones, culpaba al Gobierno porque “ha dado licencia para producir y vender vodka a muchas empresas que no tienen ni la cualificación suficiente ni la maquinaria necesaria. Por supuesto, la calidad del producto que elaboran, junto a la proliferación de fábricas ilegales, han hecho que la gente desconfíe; pero, gracias a Dios, todavía quedan fábricas que hacen buen vodka”. (…)
Los excesos etílicos no afectan sólo a la salud individual de millones de rusos (cirrosis hepáticas, intoxicaciones, psicosis), sino también a la estabilidad social (divorcios, delincuencia) y laboral (absentismo, bajo rendimiento, accidentes). El alcohol es un problema de Estado.

15 diciembre 2004

Google pondrá en la Red millones de libros de bibliotecas académicas

La digitalización de los fondos de varias universidades exigirá más de cinco años
AGENCIAS - Nueva York
EL PAÍS - Cultura - 15-12-2004

Google, el buscador en Internet más utilizado en el mundo, anunció ayer su intención de poner en la Red las bibliotecas de cinco de las instituciones académicas más importantes del mundo. Este proyecto, que se desarrollará en los próximos años, es el fruto de un acuerdo entre la firma californiana y las universidades estadounidenses de Harvard, Stanford y Michigan, la británica de Oxford y la Biblioteca Pública de Nueva York, según informó la compañía en un comunicado. Los libros, en una cantidad que se cifra en millones, serán escaneados a fin de que los usuarios de Internet puedan consultarlos a través del buscador y desde los propios sitios de las universidades. Los internautas podrán consultar el texto íntegro de las obras de dominio público. En los textos sujetos a derechos sólo podrá consultarse un extracto y las referencias bibliográficas. Google no descarta llegar a acuerdos comerciales con los editores de las obras o promover su compra desde terceros sitios como la librería en línea Amazon. También planea enlaces con bibliotecas públicas en las que se puedan consultar los libros.
Digitalizar la biblioteca de Michigan, un caso, llevará seis años, pues tiene un fondo de siete millones de volúmenes. La biblioteca de Nueva York permitirá a Google incluir únicamente una pequeña parte de sus libros, los que ya no tienen derechos de autor. Harvard limita de momento su participación a 40.000 obras, mientras que Oxford quiere que Google escanee los libros del siglo XIX que se guardan en la biblioteca Bodleian. Una portavoz de dicha universidad informó de que entre los libros que se digitalizarán hay novelas, poesía, publicaciones políticas y libros de arte. "Existen muchas obras importantes descatalogadas y sólo disponibles en unas pocas bibliotecas del mundo que ahora estarán al alcance de cualquiera", añadió. Google escaneará alrededor de un millón de libros, menos del 15% del fondo de la Bodleian.
Acceso universal"Antes incluso de lanzar Google, soñábamos con que fuera posible la consulta en Internet de la increíble cantidad de información que los bibliotecarios clasifican con tanto amor", explicó Larry Page, uno de los fundadores de Google. "Hoy tenemos la alegría de anunciar este proyecto destinado a digitalizar las colecciones de esas bibliotecas increíbles para que todos los usuarios de Google puedan utilizarlas instantáneamente", añadió. Para Larry Page, "la misión de Google es organizar la información mundial". "Estamos encantados de poder trabajar con esas bibliotecas para llevar a cabo dicha misión". "El proyecto tiene como fin desbloquear toda la riqueza de información que está fuera de la Red y ponerla en línea", afirmó Susan Wojcicki, directora de gestión de productos de Google. "Creemos apasionadamente que el acceso universal a los tesoros mundiales de la edición es un objetivo crucial", comentó Mary Sue Coleman, presidenta de la Universidad de Michigan. Con este acuerdo "se resuelve un viejo problema: cómo llegar a la gente cuando ella no puede llegar a nosotros", señaló John Wilkin, bibliotecario de la Universidad de Michigan.
El buscador ya ha lanzado un servicio, Google Scholar, que da acceso a obras académicas como tesis o resúmenes. Otra compañía norteamericana que vende un servicio similar ha demandado a Google por uso de la marca Scholar. La existencia de bibliotecas virtuales de menor dimensión no es inédita. La española www.cervantesvirtual, por ejemplo, permite la lectura de unos 12.000 títulos.

Georgetown. Magistral lesson para la clase de november de Aznar

The problem de Spain con the basque terrorism not begining con the gouvernement of Francisco Franco, por cierto caudillo de España por la gracia de God. Nonononó, my friends, nada más lejos de la reality. In fact, the problem con basque terrorism begining de begining very antes, cuando in alliance con los rojos separatistas, obligaron a Spain, una grande y libre, a denfending la patria in the gloryus levantamiento del 18 july of 1936.
The basque people are very, very, very bad people, amigos, pero very, very, very bad. And, de relation entre basque terrorist y Al Quaida, did not begin with the 11-M Crisis, cuando the basques y the moors, osea los moros, destroid Atocha station in Madrid, sino que begining hace un porrón de years, cuando los moors infieles invaded Spain, to the early 8th century, año arriba o abajo.
And, en efecto, when los moors estos invaded Spain, Don Pelayo, begining de begining the Reconquista, por la gloria de Dios. And in franco-spanish antiterrorist alliance, Charles Magnus, más conocido como, Carlomagno, antecessor of Charles Pasqua, becoming kill the moors. Carlomagno kill a saco de moors, with Roldán, no el sociata ladrón ése que caba de to exit
of prison, not confunding please. I speak del Roldán de la espada Durandall.
Pues eso, que when Carlomagno and Roldán coming to kill de moors, the basque terrorist hicieron atentading-trampa en Roncesvalles. And no acabó ahí la cosing, sino que the Banu Qasi family, que eran moors y ciertamente antecessors of Bin Laden, to have relations with the premier rey from basques, Iñigo Aritza, antecessor of Juan José Ibarretxe, sin duda.
Y desde entonces, basque terrorist and islamic terrorist es todo uno, como queda demostriting en atentading de Madrid, y en missiling que ETA shopping a Al Quaida en Afganistán. It is demostreiting olso, that basque people baja al moro to fumar hashish, y que les interesa to much the conflict in Palestina, in Sahara, in Kabilia, y olso les gusta to much to go a la Alhambra de Granada, donde the moor Boabdil lloró like a woman lo que did not defender like a man de pelo en pecho.
Y this is de history, amigos, que not cunfunding you with basque or islamic propaganda, because they are very bad people, amigos, como my friend Del Burgo va a demostraiting in the parlamentary commission in the Congress. Vivaspaña. Toma magistral lesson para la clase de november.

10 diciembre 2004

Historia de un informático

Hola, vengo a contarles una cosa humillante acerca de mí: Soy informático.

Como lo oyen informático, y es una cosa de la que me han hecho avergonzarme.

Antes cuando uno decía, "soy informático", la gente se callaba a tu lado, se notaba la admiración, vamos que te trataban como si cagases nocilla.

Ahora dices soy informático, y te dicen "y ¿a que academia has ido?", ¡joder señora! un poco de respeto que soy un ingeniero. La verdad que no seria la primera vez que oigo "pero como sois los informáticos, ¡si el ordenador te lo hace todo!".

Vale nos habéis pillado, pensábamos mantenerlo en secreto mas tiempo, pero es cierto, vuestro PC's y programas aparecieron de la nada y evolucionan ellos solitos. Una vez conecte un PC a un portátil, y la nueve meses había surgido una grabadora de DVD, ¡y su abuelo es un spectrum que se lo monto con el tocadiscos!

En serio.. ¿conocen alguna profesión menos valorada que la de informático?

Es como si tu trabajo no valiera nada, ¡pepe venga venme a arreglar el ordenador que no te cuesta nada!, me'cago... Fui a la panadería de mi amigo Juan a ver si eso era en todas las profesiones, y le
dije:

-"Juan dame una barra de pan", y cuando salgo me dice

- "oye, ¿que no me la vas a pagar?",

-"pero coño Juan, no jodas, que a ti no te cuesta nada"

-"¿ pero tu eres gilipollas ?"

-"No. ¡soy informático !!"

Y las madres. ¡hay las madres!, quien les explica en que consiste tu trabajo, el otro día fui a verla y me dijo:

- "hijo, mírame a ver el teléfono qu! e se cayo el otro día y no da línea"

- "mama si quieres te lo llevo al técnico"

- "Pero hijo, ¡Tu no eres informático!"

Sin mas, cuando voy a casa de los padres de mi novia, tengo que estar mirando tostadoras y televisiones que no funcionan bien, yo creo que piensan "hay que vigilar a la niña por que el chico con que esta no sabe nada de informatica,... igual trafica con drogas !".

La verdad que lo peor es cuando te encuentras un amigo por la calle, y te dice "coño, que el ordenador que me compraste hace 5 años, se me ha quedado anticuado, eh, a ver si prestamos mas atención, que yo no puedo tirar el dinero... jeje", con supuesta ironía cabrona.

OK, ¡ la próxima vez intentare que la informática no avance hasta que te mueras !

Pero este por lo menos sabe que su PC se ha quedado anticuado, la semana pasada, me pidió uno que le pusiera la última tarjeta en 3D, a su 486, cuando le dije que no se podía me dijo:

- "ah, entiendo, pero me la puedas poner de todas maneras"

- "Pues claro, y después bajo al garaje y te pongo el reactor de un avión en el SEAT panda, ¡Si soy informático!"

En fin, hágame caso, y realicen un oficio que sea respetable, como concursante de Gran Hermano, y a disfrutar de la vida...

08 diciembre 2004

CUESTIONARIO PARA GENTE INTELIGENTE !!!!

Te consideras una persona inteligente? Aca abajo hay 7 preguntas. Hay que responderlas instantaneamente. No puedes tomarte todo tu tiempo para responderlas, ok?? Vamos a ver qu tan inteligente sos realmente: *

*_1er Pregunta: _*
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*Ests corriendo una carrera. Pass a la persona que va segunda. En que puesto quedaste??? *

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**** **** **
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* _Respuesta: _ *
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* Si dijiste que quedaste primero ests totaaalmente equivocado! Si pasas al que esta en segundo puesto, ocupas su lugar. Por lo tanto quedaste segundo!!*

* Trata de no contestar semejantes idioteces en las prximas preguntas. *
*Para responder la segunda pregunta no te tomes todo el tiempo que te tomaste para responder la primera. Las cosas tienen que ser mas veloces. *
**



*_2ª Pregunta:_ *

*Si estás corriendo la misma carrera que en la anterior pregunta, pero en este caso pasas a la última persona.. en que puesto estás ahora...? *
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**
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* _Respuesta:_ *
* Si dijiste que estas penúlltimo, es decir segundo contando de atrás para adelante, estás equivocado nuevamente.. *

* Dime como podrás pasar a la ULTIMA persona?? Si es la última, se supone que no hay nadie más detrás de el...*




* _3ª Pregunta:_ *
Muy tramposa matemática! NOTA: Esto tiene que ser respondido sólo utilizando tu cabecita. Está PROHIBIDO que uses una calculadora.. a ver como te va con esta pregunta...*
**
*Tienes 1000.. sumale 40 a ellos. Ahora sumale otros 1000. Ahora agregale 30 a ese resultado. Sumale otros 1000. Ahora sumale 20. Sumale otros 1000. Y por último sumale 10. Cual es el total?? *
**
**
**
**
**
* El resultado te dio 5000? Realmente la respuesta correcta es 4100. *
**
* Ah bueno.. no me crees? Entonces hacelo con la calculadora! De verdad que me parece que hoy no es tu dia.. A lo mejor tienes mas suerte con la útima pregunta... *



* _4ª Pregunta:_ *
* **El papa de María tiene 5 hijos: 1. Nana, 2. Nene, 3. Nini, 4. Nono. *

*Cmo cres que se llama su 5º hijo? *

**
**
**
**
**
* Respuesta: Nunu? *
**
* NO! Es obvio que no.. Se llama María. Lee de nuevo la pregunta.... "El papá de MARIA"..... *





* _5ª Pregunta:_*

*Puede un hombre que vive en Mexico ser enterrado en los Estados Unidos?*

**

**

**

*_Respuesta:_ *

* NO! Cmo vas a enterrar a un hombre vivo???????????*



*_6ª Pregunta:_*

* Un hombre construye una casa de forma rectangular. Todas las paredes tienen vista hacia el sur. Un enorme oso pasa por enfrente de la casa, de qu color es el oso?*

* *

* _Respuesta:_*

* Blanco: Si todos los lados tienen vista hacia el sur, la casa debe estar en el Polo Norte, así que la respuesta es BLANCO (oso polar).*



* _7ª Pregunta:_*

* Cuntos animales de cada sexo llev Moises en el arca?*

**

* _Respuesta:_*

* Cero: Fue Noé el que estuvo en el arca, no Moisés!*

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Cita

"El que sabe corresponder a un favor recibido es un amigo que no tiene precio." (Sófocles)

07 diciembre 2004

El tamaño, en China, sí importa

Por Víctor RodríguezEl Mundo06/12/04, 00.35 horas

Tres centímetros. «Le aseguro que no es una preocupación frecuente.Llevamos años diciendo que el tamaño del pene no es un factor decisivo en la práctica sexual y eso ha calado. Los mitos del tamaño son más propios de los años 50 y 60».
Lo dice Félix López, catedrático de Psicología de la Sexualidad de la Universidad de Salamanca. No es que el humilde cronista tenga motivos para no creerle. Pero, convencido de que así es, le asalta cierta perplejidad cuando el mayor vendedor de extensores peneales del mundo le cuenta que en su consulta madrileña se ha encontrado con algún varón no del todo satisfecho con sus 25 centímetros. O que es «frecuente» la pregunta de padres con sus hijos de 12 años deseosos de que los chavales porten con dignidad no se sabe muy bien qué estandarte familiar. Y desde luego, al humilde cronista le sobrepasan cuando le informan de la fascinación que el extensor levanta en Asia.
Tras haber vendido en España 50.000 unidades de un aparato que permite que el pene crezca tres centímetros en seis meses sin cirugía y de exportarlo a 80 países, los responsables de Andromedical se frotan las manos mirando a Oriente. «En China, los pedidos desde agosto son de cientos de miles; en la India, igual, en Pakistán han pedido 200.000 unidades, en Japón llevamos 50.000...», enumera el director general, el andrólogo Eduardo Gómez de Diego, 38 años, soltero y creador del ingenio.
¿La razón? La media del pene de los coreanos en erección es de 9,6 centímetros y la del de los indios de 10,2 frente al 13,58 de los españoles o el 13,9 de los colombianos, por ejemplo. Pero no es tan sencillo concluir que los asiáticos tienen los genitales más pequeños que los caucásicos o los negros. Datos fiables revelan que la media del pene de los japoneses es de 13 centímetros, la misma que la de los chinos. Y países bien dotados en el imaginario colectivo como Brasil o Arabia Saudí puntúan con idénticos y discretos 12,4 centímetros. EEUU, 12,9; Venezuela, 12,7; Grecia, 12,18... Noticias de Francia o Alemania apuntan medias por encima de los 14 centímetros, pero son referencias no publicadas en ninguna revista de andrología. No parece, pues, que la demanda asiática tenga que ver tanto con el supuesto menor tamaño como con el exagerado poder adquisitivo de los nuevos ricos, la fascinación por valores occidentales, la preocupación estética y la penetración de la pornografía.
El Andropenis, que ya ha servido de inspiración para una película porno en Italia, funciona de la manera más sencilla. Se basa en un principio de tracción utilizado ancestralmente, el mismo que emplean las mujeres jirafa de Birmania para alargar su cuello.Ya en 1903 se vendía en EEUU un artilugio parecido. El aparato mantiene estirado el pene durante horas, de manera que, al cabo de meses, desinhibe un factor de reproducción de las células de los tejidos. Su eficacia está avalada por más de una decena de estudios y el 68% de andrólogos españoles lo utilizan con sus pacientes, ya sea como método único o como complemento a la cirugía. Hasta ahí, el lado bueno.
«Es fácil de poner o quitar. Por su discreción y comodidad se puede llevar caminando, sentado o de pie», se lee en la publicidad.El humilde cronista está en condiciones de afirmar que el Andropenis NO es fácil de poner. Sólo después de dos intentos y un cuarto de hora bregando con las 115 páginas de instrucciones en 14 idiomas fue posible calzarse el extensor, no sin ayuda y algún gritito de dolor al pellizcar el prepucio, más por torpeza que por el diseño del aparato, eso sí. Nada que objetar a lo de la comodidad.Ciertamente, en cuanto se consigue fijar, uno se olvida de que lo lleva. El humilde cronista desconoce si al cabo de nueve horas diarias durante seis meses -como aconseja el tratamiento- y quitándoselo y poniéndoselo cada vez que se orina la percepción es la misma.El aparato no se puede llevar mientras se duerme por las posibilidades de erección. En cuanto a la discreción, bueno, Andropenis resultaría discreto en el improbable caso de que su usuario soliera llevar un par de calcetines en el bolsillo. Según el director del Servicio de Andrología del Institut Conceptum de Reus (Tarragona), Javier Ruiz Romero, coordinador del estudio que fijó en 13,58 centímetros el patrón español, y que suele usar el Andropenis como complemento a la cirugía, «es uno de los tratamientos con índice de abandono más alto. El 70% de pacientes lo interrumpe».
El dato no preocupa a cientos de miles de asiáticos ansiosos de ser bombardeados ya con los anuncios de teletienda del Andropenis, fabricado en Taiwan. No se reparará en edades o clases sociales.Desde Andromedical se asegura que entre sus clientes hay lo mismo sin papeles que todo un presidente de república americana y un despistado senador español a quien le han enviado ya tres. «He hecho felices a millones de hombres», asegura ufano el doctor Gómez de Diego. «El tamaño importa. No para la satisfacción de la pareja, pero sí para la confianza en sí mismo del individuo.Eso se transmite a la relación».
Frente a su opinión, la del profesor López. Según una encuesta de la Asociación Española de Andrología, sólo el 0,43% de las consultas a andrólogos y urólogos tuvo como motivo principal el tamaño del pene en 1999. Dice el catedrático de Salamanca que lo importante es «que la gente aprenda a quererse, acariciarse y disfrutar con un centímetro más o menos». Pues eso, gente.A quererse. Aquí y en China.

Porno duro

Por Javier Cercas El País 06/12/04, 00.37 horas

La historia le ocurrió a un amigo escritor. Un día, dos jóvenes integrantes de un club de lectura se le acercaron para que les firmara una de sus novelas; mi amigo decidió dedicarles la novela a todos los miembros del club y preguntó cuál era el nombre de éste. “Rocco y Saramago”, contestaron los dos jóvenes.

“Saramago sé quién es”, dijo un poco perplejo mi amigo, que es admirador de Saramago. “¿Pero Rocco?”. “Rocco Siffriedi”, contestaron los jóvenes, sonriendo de forma maligna. “¿El actor porno?”, conjeturó mi amigo. La decepción borró la sonrisa de los dos jóvenes.

“Aprobado”, sentenciaron, y a continuación le contaron que semanas atrás habían mantenido una conversación similar con un eximio escritor a quien, cuando preguntó quién era Rocco Siffriedi, le mintieron: “El escritor siciliano del siglo XVIII, tal vez lo conoce”. “Por supuesto, por supuesto”, mintió a su vez el escritor. “He leído alguna cosa suya. Me parece excelente”.

No pude evitar acordarme de esta anécdota cuando hace poco murió Russ Meyer. Meyer no fue el Rocco Siffriedi de los años setenta, pero casi: Siffriedi es el rey del porno duro; Meyer fue el rey del porno blando. Su caso parece el caso a la vez curioso y común del artista maldito redimido por el tiempo.

Nacido en Oakland en 1922, desde finales de los cincuenta Meyer produjo, financió, escribió y dirigió 23 películas saturadas de rubias platino de pechos descomunales, cinturas de avispa y nalgas aguerridas que al principio fueron saludadas por la crítica como basura expelida por la mente perturbada de un guarro de una vulgaridad aplastante.

A finales de los sesenta, sin embargo, Meyer empezó a ser reivindicado por el underground americano, y en los noventa llegó su consagración: sus películas se comentaban en las aulas de Harvard y Yale, eran adquiridas por los museos más respetables y proyectadas en retrospectivas de los festivales más prestigiosos, y a su muerte todos los periódicos serios le consagraron respetuosas necrológicas.

El tiempo lo prestigia todo, porque convierte el pasado en arqueología. ¿Prestigiará también a Rocco Siffriedi, cuyas películas son ahora mismo consideradas basura execrable? Es verdad que el porno de Meyer y Siffriedi son en apariencia diametralmente opuestos: en Meyer no había sexo, y sus películas parecen ahora de una inocencia enternecedora si las comparamos con las de Siffriedi, que desbordan de sexo salvaje y triples penetraciones; pero en el fondo no son tan distintos, pues al fin y al cabo, según Román Gubern, las películas de ambos se rigen por la misma regla de oro, enunciada por Meyer así: “Nunca dejo que la historia interrumpa la acción”.

¿Prestigiará el tiempo a Siffriedi? ¿Veremos sus películas proyectadas en cineclubes y festivales serios y compradas por museos y estudiadas en Harvard y Yale? ¿Cuándo empezará su reivindicación por los vanguardistas más radicales? ¿O ha empezado ya y son los miembros pioneros del club de lectura Rocco y Saramago?

No tengo ni idea. El porno duro tiene mala prensa, y no parece que eso vaya a cambiar. Además, dicen que las mujeres lo detestan. Bueno, unos dicen que sólo algunas mujeres lo detestan; otros, que las mujeres lo detestan porque está hecho para hombres; otros, que todas las mujeres lo detestan y que lo detestarían igual aunque estuviera hecho para mujeres. Esto último no lo entiendo; al parecer, Martin Amis, sí.

Hace poco afirmaba que todas las mujeres detestan la pornografía porque “no soportan ver la industrialización de un acto de amor que de hecho puebla el mundo” y porque “la pornografía no sólo niega, sino que excluye la idea de que el sexo tiene un significado, y de que tiene que ver con el amor”.

El argumento de Amis parece darle la razón a aquel chiste ya viejo, según el cual las mujeres siempre se quedan a ver hasta el final las películas porno para averiguar si los protagonistas acaban casándose. Pero sigo sin entenderlo: ¿por qué los hombres aceptamos la industrialización del sexo y las mujeres no? ¿Está seguro Amis de que sólo los hombres disfrutan con un sexo sin significado y de que para nosotros el sexo no tiene que ver con el amor?

Hace muchos años vi una película de Russ Meyer: era interesante, pero confieso que me gustó menos que algunos clásicos autóctonos del destape, como Zorrita Martínez o Sex o no sex. Hace algún tiempo vi una película de Rocco Siffriedi; era interesante, pero no la vi hasta el final, y no porque ya supiera que al final los protagonistas no se casan, sino por las mismas razones por las que resulta científicamente imposible ver más de cinco minutos seguidos de Gran Hermano. Y poco después de la muerte de Russ Meyer me encontré a mi amigo escritor.

Por supuesto, le hablé de Rocco Siffriedi; entonces él palideció un poco y, después de algunas vacilaciones, me contó una pesadilla atroz que le perseguía desde hacía meses. La pesadilla transcurría dentro de cien años. Él volvía a encontrarse con los dos jóvenes del club Rocco y Saramago, que volvían a pedirle su firma; entonces les preguntaba de nuevo por el nombre del club y, cuando ellos se lo decían, se oía contestar lo siguiente: “Rocco sé quién es. ¿Pero Saramago?”.